UN POEMA EN EL BOLSILLO
Pedí inspiración al cielo,
rogué inspiración al sol,
y una tarde de arrebol
imploré por un anhelo.
Al exprimir mi pañuelo
me dio la luna su brillo
y con el canto del grillo
mendigué por poesía,
y al darme cuenta, tenía
*un poema en el bolsillo.*
Exigí luz inspirada
creyendo ser escritor,
mas, parece que el fulgor
no iluminó mi jornada.
Busqué albor y no hubo nada
desde el sótano al altillo,
pues se me quemó el bombillo
y se apagó mi bujía,
mas, me salvó que tenía
*un poema en el bolsillo.*
Leí a grandes poetas
queriendo copiar su forma,
mas nunca alcancé su horma
ni aprendí de sus recetas.
No pude alcanzar mis metas
ni construir un castillo,
quise robar como un pillo
a la noche su poesía
y al darme cuenta, tenía
*un poema en el bolsillo.*
Reivindiqué cada verso
de mi clandestinidad,
y la cruel adversidad
nunca calló a mi universo.
Hubo solo un fallo adverso,
el de un juez y su martillo
que me sentó en el banquillo
con una condena arpía,
y al darme cuenta, tenía
*un poema en el bolsillo.*
Me embarqué de polizón
con un mísero equipaje,
para andar liviano el viaje
por la vida, sin bastón.
Y una flecha en mi talón
me hincó su agudo colmillo,
me hizo sangrar el tobillo,
disparando mi agonía,
y al darme cuenta, tenía
*un poema en el bolsillo.*
De esas cosas que uno guarda
y después jamás se acuerda,
porque la memoria lerda,
para recordarlas tarda.
Pero son una cucarda
y valen más que un anillo,
cuando asoma un pajarillo
enjaulado en papel blanco,
y aparece en tono franco
*un poema en el bolsillo.*
© Rubén Sada. 30/07/2022. Pie forzado v.10 pertenece a Delia Arjona.
rogué inspiración al sol,
y una tarde de arrebol
imploré por un anhelo.
Al exprimir mi pañuelo
me dio la luna su brillo
y con el canto del grillo
mendigué por poesía,
y al darme cuenta, tenía
*un poema en el bolsillo.*
Exigí luz inspirada
creyendo ser escritor,
mas, parece que el fulgor
no iluminó mi jornada.
Busqué albor y no hubo nada
desde el sótano al altillo,
pues se me quemó el bombillo
y se apagó mi bujía,
mas, me salvó que tenía
*un poema en el bolsillo.*
Leí a grandes poetas
queriendo copiar su forma,
mas nunca alcancé su horma
ni aprendí de sus recetas.
No pude alcanzar mis metas
ni construir un castillo,
quise robar como un pillo
a la noche su poesía
y al darme cuenta, tenía
*un poema en el bolsillo.*
Reivindiqué cada verso
de mi clandestinidad,
y la cruel adversidad
nunca calló a mi universo.
Hubo solo un fallo adverso,
el de un juez y su martillo
que me sentó en el banquillo
con una condena arpía,
y al darme cuenta, tenía
*un poema en el bolsillo.*
Me embarqué de polizón
con un mísero equipaje,
para andar liviano el viaje
por la vida, sin bastón.
Y una flecha en mi talón
me hincó su agudo colmillo,
me hizo sangrar el tobillo,
disparando mi agonía,
y al darme cuenta, tenía
*un poema en el bolsillo.*
De esas cosas que uno guarda
y después jamás se acuerda,
porque la memoria lerda,
para recordarlas tarda.
Pero son una cucarda
y valen más que un anillo,
cuando asoma un pajarillo
enjaulado en papel blanco,
y aparece en tono franco
*un poema en el bolsillo.*
© Rubén Sada. 30/07/2022. Pie forzado v.10 pertenece a Delia Arjona.
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