DE OFICIO: CHARLATÁN.
DE PROFESIÓN: OPINÓLOGO
“La opinión de 10000 hombres no tiene ningún valorsi ninguno de ellos sabe nada sobre el tema”(Marco Aurelio)
“La opinión de 10000 hombres no tiene ningún valor
si ninguno de ellos sabe nada sobre el tema”
(Marco Aurelio)
Se respiran libertades
y de acallarlas no hay modo,
todo el mundo habla de todo
alegando sus verdades.
Expresar barbaridades
les provee “categoría”,
hablan sin bibliografía,
de prueba y datos prescinden,
y hoy la carrera que rinden
es la de opinología.
Para ser un opinólogo
solo hay que poder hablar,
estar bien presto a opinar
y decir un buen monólogo.
Se los exime de prólogo,
y el saber no califica,
el criterio no se explica
y opinan sin fundamento,
pura opinión, puro cuento
que hoy en TV se replica.
Y opinan de economía
un doctor o una abortera,
o la ilustre cocinera
de cualquier rotisería.
Un mecánico sin guía
opina de un homicidio,
un capellán con subsidio
opina sobre un fiscal,
y el caso ya es un barrial,
si fue crimen o suicidio.
Luego opina un panadero
sobre leyes astrofísicas,
y con ciencias metafísicas
da el diagnóstico un cartero.
Con la epopeya de Homero
da argumento cautelar
la amiga de un familiar
que acertó en las elecciones,
y tiran más opiniones
que en “Polémica en el bar”.
Opina una impresentable
solo por ser “la hija de...”,
y hasta opina un balompié
sobre un balance contable.
Expresan de un modo amable
que lo “contó un pajarito”,
y se va esparciendo el mito...
¡Si tuvieran que pagar!
No cuesta nada opinar
siempre y cuando sea gratuito.
Por eso es que entré en concurso
también para recibirme,
y un diploma les confirme
que habré de aprobar el curso.
Es la opinión mi discurso
de todo tema y teoría,
y al ver que tanta osadía
hace a todos a opinar
también me he puesto a estudiar
“Doctor de Opinología”.
© Rubén Sada. 28/02/2019.