LA VIDA Y LA MUERTE
(Décimas, con Rubén Barbosa)
—(Rubén Sada)—
Querido amigo tocayo,
ya le invito a improvisar,
debatiendo en un cantar
que sirva a modo de ensayo.
Ninguna cuestión soslayo
ni me asusta ningún tema,
escribamos un poema
sobre la vida y la muerte,
quizás hallemos, con suerte,
la respuesta a este dilema.
—(Rubén Barbosa)—
La respuesta a este dilema
no encadena el pensamiento,
recurso que uso al momento
de la décima es emblema.
Seguir la huella es mi lema,
este asunto es urticante.
Poniendo el mejor talante
vamos a filosofar
para poder arribar
a buen puerto, Dios mediante.
—(Rubén Sada)—
Comienzo por preguntarle,
y respóndame en poesía:
¿Por qué la absurda ironía
que procederé a contarle?
¿Por qué al muerto van a honrarle
en un “parque” cementerio,
pero en opuesto criterio
afuera, la gente viva,
de hermosos parques, se priva,
y sufre miseria en serio?
—(Rubén Barbosa)—
Parece que va apurado
comenzó por el final
pero es así, cada cual,
expresa lo barruntado.
Un “vivo” seguro ha ideado
otro ardid pa’ recaudar.
¿Se priva o la hacen privar?
Por más que abunden las flores
esos honrados señores
¡No las podrán olfatear!
—(Rubén Sada)—
A mi existencial consulta
ha respondido muy bien,
¿no cree usted, don Rubén,
que la muerte nos insulta?
Colmado en lujos, resulta,
que están rodeados, yaciendo,
mientras los vivos, sufriendo.
¿Desde el vergel los cautivos
se burlarán de los “vivos”?
¡Me parece estarlos viendo!
—(Rubén Barbosa)—
No pierde tiempo la parca
en agravio ni amenaza,
el ser humano se abraza
a tales cosas. La barca,
de la señora, es el arca
que en un mar atemporal
mas allá del bien y el mal
cumple con su derrotero
y ni siquiera el dinero
te salva, si te hecha el pial.
—(Rubén Sada)—
Por sus respuestas, Barbosa,
de verdad que le agradezco,
responderle yo le ofrezco
si usted su pregunta glosa.
Nuestra vida es majestuosa,
tenemos la dicha inmensa,
de alegría, que compensa
del más allá alguna paz,
ahora ataque si es capaz,
que yo jugaré en defensa.
—(Rubén Barbosa)—
Atacarlo, ¿le parece?
No pienso en contrapuntear.
Sólo quiero socavar
lo que el pensamiento mece.
Toda vida que florece
trae beatitud, lozanía,
risa, dicha, algarabía,
pero todos ya sabemos
el final, pues fenecemos
y aguarda la tumba fría.
—(Rubén Sada)—
Ya que no pregunta nada
seguiré yo preguntando,
y usted siga despejando
las dudas de Rubén Sada.
Si es que la vida es sagrada,
¿por qué no se la respeta?
¿Por qué del hombre es la meta
el dinero acumular?
¡Si nada podrá llevar
allá adentro de la grieta!
—(Rubén Barbosa)—
En la segunda pregunta
ya responde la primera
y en su afirmación certera
aclara la que hace yunta.
El humano es marabunta,
todo devora a su paso
no se sacia y por si acaso
acumula pa’l futuro
aunque sabe que es oscuro,
¡no tiene bolsillo el raso!
—(Rubén Sada)—
Bueno, nos vamos apeando,
¡gracias de estar en mi libro!
—(Rubén Barbosa)—
En la décima desfibro
lo que voy elucubrando.
—(Rubén Sada)—
Usted y yo en el mismo bando
con esta hermandad hermosa,
—(Rubén Barbosa)—
versificando o en prosa
tenemos igual mirada
—(Rubén Sada)—
Lo saluda Rubén Sada
al poeta Rubén Barbosa.
¡Gracias, poeta Rubén Barbosa, por tu excelente versar!
Este poema fue publicado en el libro DE DIEZ de Rubén Sada.
24/02/2016