EL SORDO Y EL CIEGO
Caminaban juntos
por unos repechos
un amigo sordo,
y un amigo ciego.
No sé por qué causa,
la ruta perdieron,
mas sé que pararon
dudosos, inciertos.
por unos repechos
un amigo sordo,
y un amigo ciego.
No sé por qué causa,
la ruta perdieron,
mas sé que pararon
dudosos, inciertos.
El sordo decía:
—O soy un mostrenco,
o tira el camino
por el lado izquierdo.
—¿Y en qué lo conoces?
—En que estoy oyendo
la bulla y los gritos
de los arrieros.
El ciego responde:
—¡Valiente camueso!
¡Si al lado contrario
los estoy yo viendo!
...
Terrible algazara
levantan sobre esto:
mas nunca he sabido
cómo paró el cuento.
Pues, desde que he visto
con cuánto despejo
el médico opina
de causas y pleitos,
y el jurisconsulto
de males de nervios;
de libros el joven,
de modas el viejo,
y otros desatinos
no menores que estos,
he dado palabra
de quedarme neutro,
en toda disputa
de sordos y ciegos.
Autor: José Joaquín De Mora
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