EL TEIDE VESTIDO DE NIEVE
De blanco al Teide unos vellones visten,
con impoluto, níveo, grueso manto,
y en su tarea de abrigarlo tanto
disfrazan todo lo que al paso embisten.
Copos de plata, que en caída insisten
en la Cañada ,
sin cubrir su encanto,
lágrimas albas, congelado llanto
de abandonar el cielo en que subsisten.
Es en la isla del sol, ¡de no creerlo!
de un sol eterno que a Vulcano abraza,
mas, si en febrero el mundo se disfraza…
no veo por qué el Teide no ha de hacerlo.
Montaña, bosque, playa y arrecife
conviven bajo el cielo en Tenerife.