A EMANUEL GABOTTO
Estimado profesor,
querido Emanuel Gabotto,
de sus versos soy devoto,
invitarlo es un honor.
A usted, que es buen portador
de inmejorable poesía,
quiero agradecer su guía
en este arte tan volátil,
que es jugoso como un dátil,
de una exquisita ambrosía.
Aquí le brindo mis flores
al payador Emanuel,
con colores de clavel
y cantos de ruiseñores.
El taller de payadores
quiere darle muchas gracias,
porque su poesía sacia
el poder de discernir
y nos pone a construir
con precisión y eficacia.
Su talento es bien docente
y es mejor su buen ejemplo,
la amabilidad es su templo:
humilde e inteligente.
Siempre están en mí presentes
sus respuestas guiadoras,
que los lunes, en dos horas,
siembra en todos, con ahínco,
y en su presencia me afinco
con tonada trovadora.
Toda la dicha del mundo
aquí le vengo a desear,
porque usted es feliz al dar
en este suelo fecundo.
En mis elogios abundo
incluyendo a Macarena,
humilde, bonita y buena,
y en esta estrofa laureo:
¡Felicidad les deseo
y la auguro a manos llenas!
Gabotto, el mejor docente,
del “vidrio” salió airoso,
Berazategui “vidrioso”
fue respuesta inteligente.
¡Qué bien enseñó a la gente
cómo sortear un obstáculo!
Disfrutando el espectáculo
de inteligencia y poesía
brindado por su maestría
en este oficio vernáculo.
Con Betinoti y Gabino,
que le hacen brillar su estrella,
usted está dejando huella,
marcando un criollo camino.
Y hoy brindo con un buen vino
por su voz y su encordada,
que siga haciendo patriada,
y honrando su trayectoria,
porque
usted está haciendo historia:
le asegura Rubén Sada.
Autor: Rubén Sada. 1/11/2015