CUANDO TE CONVENZAS...
Oh, princesa hermosa de las largas trenzas
que das a la risa música y color,
a la luz fulgores, perfume a la flor,
oh, princesa hermosa, cuando te convenzas
que todo es mentira, piensa en tu amador.
Una estrella maga tu ilusión irisa,
suave como el ritmo de tu andar gentil;
de un rosado campo tu ilusión es brisa;
tu garganta evoca sueños de marfil
entre los acordes de la diosa risa.
Entre niveos tules de anhelos cumplidos
vive ilusionada tu imaginación.
La dicha es esclava fiel de tus sentidos,
y es jaula tu pecho donde el corazón
va escuchando muellemente sus latidos.
Tienes unos ojos claros, claros, daros,
unos bellos ojos de fascinación.
De luz y de ensueños parecen avaros.
¡Oh, los ojos claros! No quiero miraros,
por no contagiaros mi desilusión.
Huye de las horas del negro dolor
que secan las almas, enlacian las trenzas,
roban a los ojos su limpio claror.
Pero cuando lleguen, cuando te convenzas
que todo es mentira, piensa en tu amador.
Amador Porres