"¡Dadme a vuestros rendidos, a vuestros pobres!
Vuestras masas hacinadas anhelando respirar en libertad.
El desamparado desecho de vuestras rebosantes playas.
Enviadme a estos, los desamparados sacudidos por las tempestades, a mí.
¡Yo elevo mi faro detrás de la puerta dorada!"
(Emma
Lazarus, 1883) Fragmento del soneto “El nuevo coloso”
Inscrito en
una placa en la base de la Estatua de la Libertad.
ESTATUA DE "LIBERTAD"
Dime, estatua
relumbrante, “Estatua de Libertad”,
¡Oh, reina del “mundo libre”! (Que no es el
mundo real)
¿Por qué eres sólo una estatua de granito y vil metal?
¿Por qué eres sólo una estatua de granito y vil metal?
¿Para qué en tu mano antorcha si pecas de
oscuridad?
¿Por qué tus ojos, oídos, si tan sorda y ciega
estás?
Nunca escuchas a los pobres que fenecen con
crueldad.
Te clama el desamparado, sacudido en tempestad.
Y tú no le abres la puerta ni lo aceptas en tu
hogar.
Al hambriento jamás oyes, ni al que necesita
pan,
porque tu insensible piedra no tiene dolor carnal.
porque tu insensible piedra no tiene dolor carnal.
Sólo rescatas a ricos, y a los banqueros del
mal.
Como inmensa veo tu altura, así es tu insensibilidad.
Como inmensa veo tu altura, así es tu insensibilidad.
¿Por qué te hicieron estatua, una estatua nada
más?
¿Será que ellas se levantan para quien muere y
no está?
¿Será que ellas se construyen cuando algo no
existe más? […]
¡Da lo mismo si serías un cuadro de decorar!
En tus muros hay silencios de amor y de
caridad.
Hasta “una vaca paciendo con la cabeza doblada”[1]
te ‘superaría en belleza’, estatua de inequidad,
pues su alimento es más vida que tu injusta
iniquidad.
Tu sistema financiero no resiste un siglo más
pues es la ley del más fuerte, y no hay “fraternidad”.
¡La fragilidad de tu base de la codicia vendrá,
y la confianza algún día los pueblos te
perderán!
Mientras sigas siendo hueca, estatua muerta
serás.
Si tu estructura sería, no de cobre, ¡de
moral!
si en las almas estarías, de toda la
humanidad,
si tus pilares tendrían como base la amistad
y convencida estarías que el mundo es una
hermandad…
Sólo así resistirías la explosiva adversidad
que la bestial tiranía un día detonará.
Honor a tu nombre harías, sembrando real “libertad”
y a tus hijos cuidarías por toda la eternidad.
© Rubén Sada. (14-01-2013)