EL OCASO DE SEPTENTRIÓN
Cunde la noche terrestre,
y oscurece en Septentrión.
Amanece desde el Este,
se enciende el fuego del Sol.
Sigue girando la Tierra,
en su epílogo veloz.
El planeta no es más verde,
toma el color del “Dragón”.
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Los pudientes son potentes,
mas, no alcanza cuántos son,
pues los pobres, por millones,
capturan toda nación.
Desde el vientre del abismo
resucita una legión.
Los misiles, ya no ocultos,
iluminan en fisión.
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La balanza del poder
hacia el naciente se inclina.
Y se diezma al ajedrez
con racismo, odio, ira.
Cuesta entender las palabras,
cuesta leerlas, decirlas.
Blanco y negro ya no cuentan
en la existencia amarilla.
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Con el duro puño izquierdo
duros edictos se firman.
La crueldad dictatorial
es peste que se confirma.
La potestad capital
ya no es la gran mentira.
La brutal autoridad
es aire que se respira.
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Los de arriba, ahora abajo
clamarán a un nuevo dios.
Su dios de papel ha muerto,
y otro surge en gestación.
Desde el vientre del abismo
va asomando Meridión.
¡He aquí! ¡Llegó el ocaso!
¡Ha caído Septentrión!
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Rubén Sada – 06-05-2013.
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