MATERIA PENDIENTE
Sin querer me enseñaste a quererte,
a mirar a través de tu mirada
a sentir como late tu vientre
en el momento supremo de sentirte amada.
Aprendí a decir cosas sinceras
que mi corazón trasmitía a mis manos
para que estas las volcaran en un momento cualquiera
sobre un papel, con tu destinatario.
Me enseñaste a mirarte con el alma
a sentirte en cada poro de mi piel,
a dormirme lleno de paz y calma
pronunciando tu nombre sin querer.
Aprendí tantas cosas a tu lado
a sentir cómo se agita tu pecho
después de ese beso enamorado
cuando dejabas tu perfume en mi lecho.
Y en la última materia que quedaba
en el curso que tuve a tu lado,
cuando creí que ya todo lo aprobaba
me tomaste lo que yo no había estudiado.
Por qué justo no me habías explicado,
a pesar de enseñarme tantas artes
por qué aprendí a quererte demasiado...
¡pero tú no me enseñaste a poder olvidarte!
Hemir
Sin querer me enseñaste a quererte,
a mirar a través de tu mirada
a sentir como late tu vientre
en el momento supremo de sentirte amada.
Aprendí a decir cosas sinceras
que mi corazón trasmitía a mis manos
para que estas las volcaran en un momento cualquiera
sobre un papel, con tu destinatario.
Me enseñaste a mirarte con el alma
a sentirte en cada poro de mi piel,
a dormirme lleno de paz y calma
pronunciando tu nombre sin querer.
Aprendí tantas cosas a tu lado
a sentir cómo se agita tu pecho
después de ese beso enamorado
cuando dejabas tu perfume en mi lecho.
Y en la última materia que quedaba
en el curso que tuve a tu lado,
cuando creí que ya todo lo aprobaba
me tomaste lo que yo no había estudiado.
Por qué justo no me habías explicado,
a pesar de enseñarme tantas artes
por qué aprendí a quererte demasiado...
¡pero tú no me enseñaste a poder olvidarte!
Hemir