EN CADA AVIÓN QUE DESPEGA
es llegar a ser clase baja europea. Hay solamente un pasaje de avión de por medio.
se van ilusiones, sueños
y espejismos hogareños
viajan a nuevas escalas.
Emigrando de las malas
hacia una fecunda vega,
la esperanza de la siega
va en brazos de la aventura,
y vuela al frente en la altura,
en cada avión que despega.
deja atrás su noble fruto,
y decide en un minuto
arriesgarse en pronta huida.
La frente se encuentra erguida
y la audacia no se ciega,
tanta intrepidez que brega
por vencer al tonto pánico,
se va en coraje volcánico
en cada avión que despega.
se va a fundar un hogar,
lejos de este muladar
hediento de felonía.
Se va lejos la osadía
que a nuevas vidas se entrega
tiempo a futuro se juega
el capital de unas manos,
se van recursos humanos
en cada avión que despega.
Parientes quedan atrás
con la cercana familia,
y una costa reconcilia
a extranjeros y al audaz.
Se va el talento capaz,
se va la mente estratega,
hay nostalgia en la bodega
y en las maletas requiebros
se ven fugas de cerebros
en cada avión que despega.
en pos de algún nuevo aliado,
y la mano en el arado
buscará fertilidad.
La angustiante soledad
más que una tragedia griega,
es cachetada que pega
y en los ojos pone astillas,
empañando ventanillas
en cada avión que despega.
en pos de un futuro incierto,
se va imaginando el puerto
del otro lado del puente.
Desde el cielo un sol sonriente
con una fe que sosiega,
le da el timón que navega
a la esperanza que anida,
¡va la tierra prometida
en cada avión que despega!