LAS VOCALES DEL CARIÑO
♦Reinaldo Figueroa♦
Las vocales del cariño
me educaron la expresión,
por eso mi corazón
habla el idioma de un niño.
Con la magia y el armiño
dulce de la primavera,
pinto una nube viajera
sobre la alfombra del viento,
para que en el pensamiento
me llueva la tarde entera.
♦Rubén Sada♦
Las vocales del cariño
te pronuncian “A” de amor,
con la “E” del esplendor
que tiene tu rostro niño.
La “I” de infancia escudriño,
con “O” de ofrezco amistad,
la “U” con utilidad
que tiene la poesía,
que recitas con maestría
desde muy temprana edad.
♦Rafael Sarmiento Enríquez♦
Forma una A el varaentierra,
la cerca alarga una E,
igual a una I se ve
la palma erguida en la
tierra.
El lazo una O que aferra
al que se cree un remolino
y ya cuando el campesino
observa el sol de soslayo
deja al pasar a caballo
más de una U en el camino.
♦Rubén Sada♦
La A, una alzada al cielo
de la Escalera hacia el sol,
con la Ignición arrebol
del Oro de un labio en celo.
la U del cauce en el suelo
que riega todo plantío,
llenando el cuenco del río
con el líquido vital
de la vida universal
que lleva el agua al gentío.
♦Rafael Sarmiento Enríquez♦
La A, torre parisina,
la E, tridente sin cabo,
la I, tronco en que un
esclavo
a látigo se asesina.
La O, luna que ilumina
noches de amores profanos
y donde los niños sanos
juegan la cuerda a saltar,
la U se pone a girar
alegremente en sus manos.
♦Reinaldo Figueroa♦
La A es la rastra que baja
detrás del motor del buey,
para traer al batey
el agua hasta la tinaja.
La E un enchufe que encaja
y enciende el punto en la
“i”,
mientras triste por ahí
anda el rostro de la O
hasta que al fin encontró
en la U, sonrisa así.
♦Rubén Sada♦
La A, techo de mi casa,
la E, tres frente al espejo,
la I, vela en el festejo
del amor de cebo y brasa.
La O, es el sol que abraza
con sus rayos a este mundo,
festeja el gaucho jocundo
con su copa en forma de U,
brindando en alto por su
fruto y trabajo fecundo.
♦Reinaldo Figueroa♦
Con la A de la Argentina
me hice la E de esperanza
y con la I la confianza
en el medio se ilumina.
Con la O la mandarina
del Sol luce un poco oscura,
pero llega la figura
de la U de unirnos todos
y explora nuevos recodos
el río de la cultura.
♦Rubén Sada♦
La A de América toda
tiene al medio un Ecuador,
y en una Isla el amor
de tu Palma de rapsoda.
“O” un planeta que tu oda
aplaude al medio con U,
degustando tu menú
de apetito decimal,
que nace en tu parietal
con suavidad de tisú.
♦Reinaldo Figueroa♦
La A tiene la ternura
dibujada en el final,
como la A del panal
que da miel a esta cultura.
La E, da esperanza pura
al punto en la i del día
y la O de la osadía
me recuerda en el menú
la herradura de la U
del potro que yo tenía.
♦Rubén Sada♦
Un compás de ave con Ala
vuela en la mitad del ciElo,
y una columna en el suelo
con su Índice señala.
Un meteOrito bengala
es una roca que vuela,
que en su incendio se
deshiela
y le va poniendo un broche
al oscuro de una noche
que me recuerda a mi abUela.
♦Rafael Sarmiento Enríquez♦
La A punta en la saeta,
la E una M erguida,
la i con boina vestida,
la O el asombro completa.
Pero le falta al poeta
Una de curvado eco,
por eso llenando el hueco
de la que el grupo termina
llega como leontina
la U adornando el chaleco.
Cuando la A se recueste
en la silla de una “h”,
con asombro que apapache
dirá “Ah”, aunque le cueste.
Mas, si la “a” queda al este
será “ha” del verbo “haber”,
que no es lo mismo que “a
ver”
como no es lo mismo “sí”,
que el condicional “si”, ni
la nota siete tañer.
© Reinaldo Figueroa, Rubén
Sada y Rafael Sarmiento Enríquez. 13/06/2020