LA VINDICACIÓN DEL MAMARRACHO
Mamarracho, te vindico
por tus buenas cualidades,
y aunque todos te desprecian
yo te voy a vitorear.
En caso que no existieras,
no sería lo perfecto
y tampoco habrá belleza
con que poder comparar.
·
Todo el mundo te critica,
te ven feo, te ven bruto,
pero yo te reivindico
porque fuiste alma esencial.
De una piedra tosca y sucia
que a sudor y buril pule,
el sufrido orfebre lustra
hasta un anillo nupcial.
·
En papeles inservibles
tus escritos languidecen
relegados al olvido
y después al tacho van.
Un bollito es la cucarda
con la que premian tu musa,
una idea un tanto amorfa
que los genios tallarán.
·
En tus grietas homicidas
o en arrugas del desprecio,
puedo ver tu corta vida
antes de tu cruel final.
Pero fuiste imprescindible,
partícipe evolutivo,
y gestando tus mejoras
pariste el original.
·
Mamarracho, sos ensayo,
provisorio, prototipo,
en el ríspido camino,
método prueba y error.
Sólo habré de corregirte,
de lustrarte, de pulirte,
¿cómo puedo condenarte?
¡Si siempre sos precursor!
·
¿Por qué te hacen mala fama,
vilipendian tu existencia?
¡Si dejarás como herencia
algo más que un mal olor!
Si el abono allá en la tierra
se transforma, se fermenta,
y de allí otro tallo brota
perfumando en una flor.
·
Mamarracho, te vindico,
yo te aplaudo y reivindico,
tus rayones son la escuela
en la que quiero aprender.
Cuántos hay, que despectivos,
te tildan de mamarracho
sin mirarse en el espejo
desastroso de su ser.
Rubén Sada.26 de junio de 2018.
(Escrito en octavilla asonante)
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