Rubén Sada - 11 / 08 / 2015 Recuerdo de la presentación del libro de Sixto Silva, "LOS GARABATOS DE UN ENTRERRIANO". Va mi modesto reconocimiento a un gran exponente del tradicionalismo, residente en Quilmes.
No existe, amor, un instante que me distancie de ti, desde el día en que te vi sos mi sol, mi luz brillante. Ningún momento, no obstante, es tan suave y tan extremo, es tan santo y tan blasfemo que se pueda comparar, a vivir y disfrutar de ese momento supremo.
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Es hermoso el despertar sabiendo que un nuevo día beberé de la ambrosía de tu cuerpo y tu manjar. Al ver mis ojos brillar, el soberano momento, agradezco el sentimiento y esta vida tan feliz que yo vivo y vos vivís, que vos sentís y yo siento.
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Tiempo de felicidad efímero como el viento, que transcurre siempre lento destilando eternidad. No habrá en nosotros edad que haga al cariño agobiante, pues el momento es gigante donde se unen nuestras almas, inundándonos de calmas, ¡un maravilloso instante!
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Amo tus brunos cabellos en tu cabellera suelta, amo tu sonrisa esbelta, la de tus labios tan bellos. Tus ojos son mis destellos cuando me miras, pletórica, en momentos en que, eufórica, tu intimidad me es volcánica, y nado en tu cuenca oceánica con energía meteórica.
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Mil gracias por tanto amor que tu corazón me brinda, gracias porque eres tan linda, mucho más que hermosa flor. Como buen cultivador te regaré diariamente con el agua de mi fuente y al éxtasis llegaremos, en los momentos supremos del amor, eternamente.
El fraude ha contaminado al arte y la cultura. Entre las varias manifestaciones de fraude literario que podremos encontrar a medida que leemos (especialmente desde hace dos décadas con el flujo de publicaciones en Internet) podemos observar a "pseudo poetas o literatos" que publican escritos mal llamados "poemas" con una carga importante de galimatías y palabras mezcladas sin ningún significado o algún mensaje claro que quede como corolario de su lectura. De estos personajes está lleno el espectro literario. Muchos son premiados por instituciones o academias como "innovadores" y esto les da un aire de soberbia que le dice a una creciente población escritora joven, que "ese es el camino". No hay nada de recursos literarios ni tropos, ni figuras poéticas que conviertan al escrito mal denominado poema en arte. Solo es un conjunto de palabras que nada tienen que ver entre sí, puestas en modo de "verso" para que parezca un poema, que en realidad se está burlando del lector o del oyente. No hay recursos métricos, ni rima (¿para qué esforzarse en enriquecerse buscando palabras en el diccionario, si total el público aplaudirá igual?), no hay lírica ni metáforas y es más que evidente que el escribiente carece del hábito de la lectura y por lo tanto no puede transmitir algo coherente, ya que la lectura es la principal fuente del pensamiento propio y a falta de este, sus escritos son solo un rejunte de palabras sin significado (o tal vez el significado lo entienda solo quien lo escribió, lo cual es lo mismo, da igual). Esto podría constituir un intento de destruir al arte y la poesía, por esto se premian pseudoformas de arte que son insólitas y que ninguna oportunidad habrían tenido hace algunos siglos. Nuestros próceres poetas se habrían reído o burlado de lo que hoy algunos llaman "poesía".
“Los discursos fragmentarios, el irracionalismo como dogma y el abuso del artificio han supuesto la ruina de la poesía […]. Han hecho tanto daño, que hoy la poesía está considerada como un género difícil que solo leen los poetas, porque solo parecen entenderse entre ellos como los habitantes de unas ínsulas extrañas. Cuando un poema no se entiende, el lector suele culparse a sí mismo, inducido por la idea generalizada de que el poeta es un ser con una sensibilidad diferente, superior. Una idea tan falsa como interesada. Si un poema no se entiende el único responsable es quien ha tratado de establecer la comunicación. O bien no ha sido capaz, por sus limitaciones, o bien no lo ha conseguido porque no era su propósito, porque solo buscaba la erudición y el artificio, algo que tiene buena prensa y que provoca una palmadita en la espalda de la crítica, sumida en gran parte en la misma torpeza.[…] Los jóvenes poetas actuales “se han adscrito a una tendencia tan experimental como oscura, que no puede entender nadie”.
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Todo esto aseguran los autores del libro, quienes reivindican una poesía clara, que comunique, que diga algo. El libro es una antología publicada de manera simultánea en España, Colombia, Nicaragua, El Salvador y México. Es el mayor proyecto editorial que se ha realizado nunca para una antología de poemas en lengua española.
Eduardo Jordá (Palma de Mallorca, 1956), escritor, poeta español, ha insistido en que "toda la poesía hermética o incomprensible es un fraude, igual que ese vocabulario pseudocientífico que usan los adivinos y los parapsicólogos para engañar a los incautos y sacarles unas [monedas]. La verdadera poesía debe ser fácil de comprender", agregó. "Cuando no entendemos un verso o no conseguimos saber de qué nos está hablando un poeta, y nos preguntamos si nos está describiendo una PSP o una angina de pecho, eso es señal de que nos están tomando el pelo. Hay mucha “charlatanería” disfrazada de poesía, aunque en realidad no es más que un engañabobos". (Eduardo Jordá).
Consigna: 4 pies forzados flotantes dentro de cada décima, sin repetir las palabras rimadas.
VERSOS ELEGIDOS:
" el sueño de Rubén Sada "
" improvisar con Gabotto "
" payar con José Curbelo "
" y cantar con Marta Suint "
EL SUEÑO DE RUBÉN SADA
I
Antes que llegue mi fin
ser "repentista" es mi anhelo,
payar con José Curbelo
y cantar con Marta Suint.
Será un bonito festín
que quedará pa’ la foto,
improvisar con Gabotto
y que salga una payada,
el sueño de Rubén Sada,
que es de este árbol un broto.
II
Sus cantos vienen del cielo,
desde un lejano confín,
al cantar con Marta Suint,
payar con José Curbelo.
A ambos lados del Riachuelo,
con la espinela cantada,
el sueño de Rubén Sada,
improvisar con Gabotto,
por ellos tres pongo el voto,
en esta noche estrellada.
III
El sueño de Rubén Sada,
improvisar con Gabotto,
me eleva hasta el cielo y floto
con la rima más osada.
Estas flores enhebradas
con perfumes del jazmín
forman un bello jardín
y hasta hay pájaros en vuelo,
al payar junto a Curbelo
y cantar con Marta Suint.
IV
Desde tiempo muy remoto
derrotando al habla ruin,
al cantar con Marta Suint
usted nota y yo lo noto.
Improvisar con Gabotto,
payar con José Curbelo,
que parecen dos gemelos
en una misma tonada,
el sueño de Rubén Sada
que los ve como un modelo.
V
Payar con José Curbelo
y cantar con Marta Suint
me hace ser “el benjamín”,
me tiene medio en desvelo.
De a uno o en paralelo
cantarle a la paisanada,
mi trova se eleva, alada,
y a las tristezas derroto,
improvisar con Gabotto,
el sueño de Rubén Sada.
VI
Improvisar con Gabotto
y cantar con Marta Suint
merece el brindis:'Chin-chin'
con fiesta y gran alboroto.
De sus versos soy devoto
y a nuestra amistad apelo,
payar con José Curbelo,
el sueño de Rubén Sada:
que en esta fría jornada,
el fogón derrita al hielo.
VII
Y cantar con Marta Suint
sus versos de terciopelo,
payar con José Curbelo
en la tierra e' San Martín.
Agito mi banderín
por la cultura legada,
el sueño de Rubén Sada
y en su homenaje me anoto,
improvisar con Gabotto,
en esta noche soñada.
VIII
La décima improvisada
más que un truco es como un duelo,
payar con José Curbelo,
que tiene el ancho de espada.
El sueño de Rubén Sada,
que le anotará un poroto.
improvisar con Gabotto,
otro eximio espadachín,
y cantar con Marta Suint
aunque yo soy un ignoto.
IX
Mi verso está medio roto,
ya me veo en un trajín,
y al cantar con Marta Suint
le vamos poniendo coto.
Improvisar con Gabotto
es tarea algo intrincada,
mas, mi boca está inspirada,
si a ellos dos no les da celo,
payar con José Curbelo:
el sueño de Rubén Sada.
X
Hoy los invito a mi suelo:
el pueblo de Bemberg Otto,
improvisar con Gabotto,
payar con José Curbelo.
Agito aquí mi pañuelo,
la guitarra está templada,
los poetas en topada
y al cantar con Marta Suint
no paramo’ hasta Cosquín
¡el sueño de Rubén Sada!
Autor: Rubén Sada
(Alumno del Taller de Payadores fundado y dirigido por Emanuel Gabotto)
Con mucho respeto y admiración, dedico estas décimas a tres referentes máximos de la poesía repentista argentina: Emanuel Gabotto, José Silvio Curbelo y Marta Suint.