DETRÁS DE LAS REJAS
¿Por ir detrás de las rejas
es que ahora tú estás mal?
Por el tiempo suficiente
podrás recapacitar.
Ahí el mal que nos hiciste
en carne propia verás,
lo hubieras pensado antes,
de beber tu propio agraz:
¡La vida no acepta quejas!
-
Soledad, silencio y rejas,
abandonado estarás.
¿Pensaste a cuántos el miedo
tu pistola infundió más?
Por tu culpa su universo
se hundió en pantanos de sal,
y dejaste a niños huérfanos
sin abuela y sin mamá:
Su historia sin padres dejas.
-
¿Mereces ir tras las rejas?
El miedo no olvidarás,
el mismo que le sembrabas
a tu víctima mortal.
Sus pertenencias quitabas
con un arma por detrás,
y a mujeres indefensas,
le asestabas un puñal,
niñas, jóvenes y viejas.
-
Y ahora decís: ¡Qué injusto
es estar allí detrás!
Pero vos, pena de muerte
propinaste a los demás.
Les has quitado la vida
con una zarpa rapaz
por veinte roñosos pesos
vos sos la monstruosidad,
y a tus víctimas pusiste
una bala, que fatal
colocaste entre las cejas.
Desde adentro vas culpando
a la entera sociedad,
cuando lacras como vos
son los que roban la paz.
De malditos semejantes
está llena la ciudad
y los justos entre rejas
se han tenido que encerrar
para buscar protección,
reclamar seguridad
y que el Señor los proteja.
-
¿Por ir detrás de las rejas
es que ahora tú estás mal?
¡Tu castigo es merecido!
¡La condena purgarás!
La cadena que es perpetua
te será la eternidad.
Si el juez conforme a derecho
te confina en Alcatraz,
podrá el pueblo, ya sin miedo
por las calles caminar
mientras estás... tras las rejas.
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© Rubén Sada. 03-11-2007.
Escrito en medio de la altísima ola de delincuencia que reina impunemente en el conurbano de Buenos Aires.
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