Décimas humorísticas entre Eduardo Miño y Rubén Sada.
(Rubén
Sada)
Estimado
amigo Eduardo,
compañero
del taller,
hoy
lo invito a componer
con
los floreos de un bardo.
La
poesía es como un nardo,
cuando
brota hace que sume,
la
idea no se consume,
si la
regamos germina,
le
pregunto, usted ¿qué opina
del
gaucho que usa perfume?
(Eduardo
Miño)
Del
gaucho que usa perfume
algo
raro, no me fío,
más
bien que le desconfío
y más,
si de eso presume.
Cual
flor de jardín asume
una estirpe
que no es suya,
más
vale que le rehuya,
y no
es por discriminar
mas
no es mi camino andar,
cada
cual que lo construya.
(Rubén
Sada)
Me
acuerdo del Sinforoso,
gaucho
macho si lo había,
su
porte era gallardía
pero
olía como un pozo.
Le
“tomó prestado” al mozo
un
frasco del tocador,
de
allí le cambió el olor
y
sentado en una estaca
se
puso a ordeñar su vaca
con
perfume Christian Dior.
(Eduardo
Miño)
Yo conocí
a un tal Antonio
que
le llamaban “Mailín”,
parecía
el ruso Putín
convertido
en un demonio.
Puedo
dar mi testimonio,
aquel
gaucho ensimismado,
sin la
cincha y sin arado,
con
bombacha ajustadita,
parecía
paisanita…
¡todo
el día perfumado!
(Rubén Sada)
Hay
otro a quien le decían
de
sobrenombre “Carpincho”,
pero
me acuerdo y me cincho…
¡peor
que un zorrino olía!
Sus
vacas de “jerarquía”
comían
flores de alelí,
y él
obtenía de allí
(créamelo,
que esto es posta):
un
“puro” perfume a bosta
de
“Holando” con pedigrí.
(Eduardo
Miño)
Vaya
caramba, ¡me reí!
Y lo
que usted acá me cuenta
no es
para persona lenta,
ni
somos todos así.
Hay
distintos, sí, los vi,
pero
también de los otros
que
relinchan como potros,
por
fortuna y mayoría,
¡quedan
machos todavía!
Son
gauchos como nosotros.
(Rubén
Sada)
Hubo
un tape solitario
de
apellido Peñajlor,
se bañaba
con licor
del
barato y ordinario.
Ningún
bicho originario
se
acercaba, por instinto
de no
ser mosquito extinto
al
picar su rudo cuero,
pues
pasaba el día entero
apestando
olor a tinto.
(Eduardo
Miño)
Algo
habrá que los induce,
lo
digo y se lo aseguro,
como
si fuera un conjuro
es lo
que el alcohol produce.
Al
ser humano conduce
como
pialar al ganado,
no
faltará algún mamado
que
prendido al vino tinto,
confesará
sus instintos
de hombre
bien educado.
(Rubén Sada)
¡Bien
educado seré!
Que a nuestra
nueva monarca
le adquirí su
nueva marca:
¡perfume
“Heidi” compré!
Desde la
cabeza al pie,
desde el alba
hasta el ocaso,
me echo el
frasco, por si acaso
y me baño con
su numen,
¡huelo mejor
que un cardumen!
Con el chivo
bajo el brazo.
(Eduardo
Miño)
Perfume
a chivo que lleva
debe
estar muy mal herido,
o muy
muerto el mal olido,
disculpe
que me le atreva.
Es
hedor como de cueva
y
para serle sincero
será
el único aparcero
que
huele como una flor,
insisto,
es el picaflor
de
Don Sixto “El Maicero”.
(Rubén
Sada)
A media
letra nos vamos,
ha
sido un gusto, mi amigo…
(Eduardo
Miño)
El
placer fue mío, digo,
paso
a paso caminamos…
(Rubén
Sada)
Sin
querer nos perfumamos
con
poesía improvisada…
(Eduardo
Miño)
Lindas
rimas en tonada,
espero
que no se esfume…
(Rubén
Sada)
gauchos
que usan buen perfume
son
Miño y Rubén Sada.