AÑORANZAS
I
Parado en la escalinata
que existe allí en la estación,
con un poco de emoción
que los recuerdos desatan.
Como una cinta de plata
Rivadavia te veía
en la noche parecías
un cielo hermoso de estrellas
y al mirarte así tan bella
sentí que más te quería.
Parado en la escalinata
que existe allí en la estación,
con un poco de emoción
que los recuerdos desatan.
Como una cinta de plata
Rivadavia te veía
en la noche parecías
un cielo hermoso de estrellas
y al mirarte así tan bella
sentí que más te quería.
II
Yo que pude conocer
a tus veredas de antaño
que al ir pasando los años
las vi a tu ritmo crecer.
Yo que supe recorrer
tu calle desde criatura
al advertir la hermosura
de esa, tu policromía
sentí que en el alma mía
se desbordó la ternura.
Yo que pude conocer
a tus veredas de antaño
que al ir pasando los años
las vi a tu ritmo crecer.
Yo que supe recorrer
tu calle desde criatura
al advertir la hermosura
de esa, tu policromía
sentí que en el alma mía
se desbordó la ternura.
III
Infinidad de letreros
luminosos alumbraban
comercios que demarcaban
tu pujante derrotero.
Yo, que sé de los primeros
albores de tu grandeza
cuando aún en la cabeza
cabellos negros tenía,
en medio de esa alegría
sentí un poco de tristeza.
Infinidad de letreros
luminosos alumbraban
comercios que demarcaban
tu pujante derrotero.
Yo, que sé de los primeros
albores de tu grandeza
cuando aún en la cabeza
cabellos negros tenía,
en medio de esa alegría
sentí un poco de tristeza.
IV
Por tus veredas de pibe
fui a la escuela caminando
y allí, mi mano temblando
la primera frase escribe;
palabras que siempre viven
grabadas eternamente
hoy que acaricio en mi frente
arrugas que el tiempo puso
lo siento al cuore cachuzo
añorar continuamente.
Por tus veredas de pibe
fui a la escuela caminando
y allí, mi mano temblando
la primera frase escribe;
palabras que siempre viven
grabadas eternamente
hoy que acaricio en mi frente
arrugas que el tiempo puso
lo siento al cuore cachuzo
añorar continuamente.
V
Bajé de la escalinata
y pa’ el barrio entré a rumbear,
noté de que iba a fallar
y podía meter la pata.
Entre esa cinta de plata
como una sombra me fui
y es por eso que escribí
estos versos que le brindo
a aquel viejo Quilmes lindo
que ayer me vio sonreír.
Bajé de la escalinata
y pa’ el barrio entré a rumbear,
noté de que iba a fallar
y podía meter la pata.
Entre esa cinta de plata
como una sombra me fui
y es por eso que escribí
estos versos que le brindo
a aquel viejo Quilmes lindo
que ayer me vio sonreír.
Juan Arrestía (De su libro Por esas calles de Quilmes)
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