25 de agosto de 2019

TÍTERES

TÍTERES

"Lo que las leyes no prohíben, puede prohibirlo la honestidad".(Séneca)

Al ver títeres farsantes,
más a uno que alzó el título,
sospecho un triste capítulo
para estas pampas distantes.
Mis sentidos, expectantes,
mi expectativa se acota
y una presunción me azota:
perderemos la república,
sin justicia, es cosa pública
beber hiel con la derrota.



Un factótum del poder,
funcional al servilismo
y el fantasma de un abismo
negro del anochecer.
Un vestigio del ayer,
de unos setenta frustrantes,
un resucitar del antes
que aparejará violencia,
se perturba mi conciencia
al ver títeres farsantes.



Al ver títeres farsantes
que a ladrones denunciaron,
se ve que ahora arreglaron
y entre ellos son amantes.
Perdonaron a asaltantes
que con latrocinio ruin
rapiñaron un festín
pidiendo que les conviden,
pero hoy los honestos piden
que devuelvan el botín.



Están peleando por ver
de qué lado de la reja
triunfarán como pareja
nefasta de hombre y mujer.
Delinquieron por doquier
hasta cifras insultantes,
y hoy son todos integrantes
de una asociación ilícita,
mi metáfora es explícita
al ver títeres farsantes.



Al ver títeres farsantes
que cuelgan de un frágil hilo
me quedo medio intranquilo,
me vienen interrogantes.
¿Habrá algún hilo que aguante
el peso del monstruo Estado?
Un títere manejado
sus decisiones aborta,
y su hilo siempre se corta
por el hilván más delgado.



El país cuelga de su hebra
en el borde de un abismo,
aguardando el cataclismo
que al pasado nos enhebra.
Los huevos de la culebra
ya crujen, eclosionantes,
de sus colmillos sangrantes
solo vas a querer huir,
no habrá ganas de reír
al ver títeres farsantes.



© Rubén Sada. 25/08/2019.

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