CONVERGENCIA
Uniéndose las dos en un poema,
hallaron convergencia nuestras vidas.
La senda del amor está construida
y es ella que mantiene unión extrema.
Mezclando nuestra piel, el fuego quema,
pasiones descubrimos, escondidas.
Debemos impedir que nos dividan,
fundirnos como joya en la diadema.
Si juntos convergemos a la risa
sin freno, cabalgando cual corceles,
se unen nuestras almas a las pieles
y el lecho de pasión se canoniza.
La hermosa relación se profundiza
y eso nos hace mantenernos fieles.
© Rubén Sada. 28/12/2014