Proemio
Quisiera que
nadie leyera mis versos,
no obstante...
─No entiendo si no me lo explicas.
─En
ellos hay muchos abrojos dispersos.
─Entonces
comprendo por qué los publicas.
¿Y por qué tus
versos son de breve estrofa?
─¿Es que
una sonrisa, una flor, un ensueño,
una espina, una
lágrima, una mofa
no caben acaso
en estuche pequeño?
─¿Y cómo
en tus versos hay desprecio al mundo
y autumnales
hojas y sangre de heridas?
─Porque
amo la vida con amor fecundo
prefiero a los
ortos [1]
del sol, las caídas.
Amador Porres