SERENATA A LA LUZ DE LA LUNA
Esta luna que por cierto no es dibujo
me hace cantarte esta serenata.
Tú y yo solos, ardiendo cual fogata
abrazados entre el son que nos sedujo.
¡Maravilla lo que la luna nos produjo,
mientras dedico a vos esta cantata!
Miro tus labios de color rojo escarlata,
¡y me atrapan tu cariño y dulce embrujo!
Durante nuestra velada todo es lujo:
este bosque, nuestro río color plata,
hasta Diana en el cielo está sensata
y nos regala su casto y blanco flujo.
Esta dulce melodía nos condujo
a una bella conexión bastante grata.
Bajo arboledas, hermosa caminata,
a cantarte mi cariño, sí me indujo.
Te amaré por siempre y sin tapujo,
admiraré mujer, tu ternura innata.
Y cuando concluya esta bella serenata
nuestra luna nos derramará su influjo.
© Rubén Sada. 16/01/2009.