PSICÓLOGA, AYÚDEME
Psicóloga,
escúcheme,
la vengo a consultar, pues necesito su diagnóstico,
entiéndame,
ausculte hoy mi mente muy profundamente, y cúreme,
estúdieme,
elabore con las palabras que diré, su hipótesis,
mi súplica,
es poética.
Psicóloga,
explíqueme,
que culpa tengo yo, de haber nacido un romántico,
nostálgico,
con subas y altibajos en mi alegre estado de ánimo,
muy rápido,
habiendo experimentado un pasado trágico,
neurálgico,
enigmático.
Psicóloga,
escúcheme,
traspase la barrera de mi herida piel y alívieme,
analíceme,
porque no le encuentro sentido a esa vida ilógica,
estúpida,
ni siquiera puedo como antes disfrutar la música
melódica,
entiéndame.
Psicóloga,
escúcheme,
oiga lo que mi corazón, está diciendo enfático,
melancólico,
me hallo caminando solo en el desierto árido,
errático,
yo no quiero llegar a convertirme en un maniático,
lunático,
compréndalo.
Psicóloga,
transpórteme,
bien lejos para no volver a este infierno cálido,
a Júpiter,
o a un lugar en que el amor sea un hecho periódico,
magnífico,
usted entiende a la mujer porque usted es auténtica,
explíqueme,
la incógnita.
Psicóloga,
estúdieme,
yo que creí saberlo todo, y solo sabía lo básico,
imagínelo,
con lápiz y papel yo le dibujaré un gráfico,
interprételo,
y enséñeme la comprensión con un curso didáctico,
muy válido,
y aprenderé.
Psicóloga,
escúcheme,
yo necesito su poder de curación balsámico,
al máximo,
antes de terminar de hundirme en este amor oceánico,
volcánico,
encuentre la manera de mostrarle a ella, que la amo,
psicóloga,
ayúdeme.
© Rubén Sada 2007. 25-01-2007