LA LLAMADA DEL BOSQUE
—Carmen Azparren Caballero 1—
Se oye el canto del sinsonte
entre los ramajes altos,
en las cumbres se unen saltos
del agua en el horizonte.
La luna raya aquel monte
con la luz multicolor,
y en un cerco hay una flor,
que duerme un sueño profundo,
conociendo que es oriundo
del bosque del buen amor.
—Rubén Sada 1—
Un bosque el aire
fabrica
y nos regala el
oxígeno,
también nos sirven
de antígeno
sus remedios de
botica.
La polución
purifica
y hasta al oído
recrea
cuando al alba hay
asamblea
de plumas
chirriando, lacias,
al bosque le doy
las gracias…
¡Del mundo es la
panacea!
—Carmen Azparren Caballero 2—
Cuando estrellas aparecen
en las aguas de los bosques,
los poetas guardabosques
cantos de luna parecen.
Las musas de amor se crecen
bailando entre las montañas,
y vierten las musarañas
el velo de su hermandad.
¡Qué profunda es la unidad
de todas estas hazañas!
—Rubén Sada 2—
Un bosque tiene el
color
de la fe y de la
esperanza,
cuando la acacia
le danza
con los vientos
del verdor.
Posee el inmenso
honor
de ser hogar de
mil nidos,
sinfonía de
sonidos
hacen eco en su
vergel,
cuando estoy
dentro de él
se aceleran mis
latidos.
—Carmen Azparren Caballero 3—
Los latidos que en el pecho
quieren bordar armonía,
nos cantan la melodía
del cuento del triste
helecho.
Lo arrancaron de su lecho
donde su madre cantaba
y llorando recitaba
los versos recién nacidos
que morían divididos
mientras padre trabajaba.
—Rubén Sada 3—
Un bosque es más
que la casa
de mil pájaros y
osos,
por sus troncos
bien frondosos
mucha más ánima
pasa.
Por eso, cuando la
brasa
de un vil,
destruye el pulmón,
se quedan sin
protección
la floresta y las
especies…
¡Al bosque no lo
desprecies
hombre vil, sin
corazón!
—Carmen Azparren Caballero 4—
El incendio se avecina,
se adormecen los sentidos,
los hombres viven perdidos
cuando el horror les domina.
Una cerilla se inclina
rogando por compasión
que no prenda en la intención
su cabeza amarillenta,
huele a leña y a polenta…
¡Se rompe mi corazón!
—Rubén Sada 4—
Un bosque que
tiene vida,
por tenerla se
distingue,
y si su vida se
extingue
la tierra estará
vencida.
La espesura
bendecida
en las raíces se
instala,
y no habrá sierra
ni pala
que lo pueda
detener,
ni fuego al
amanecer
que le haga arder
el ala.
—Carmen Azparren Caballero 5—
Amanece entre la espera
y el ruego de una oración,
hay tristeza y decepción
en el sentir de la esfera.
En el manto cuya estera
era hierba y fantasía,
hoy hay humo en ordalía
por la mano de un cobarde,
que pensó que lo que arde
era matar su valía.
—Rubén Sada 5—
De madera es el
santuario
donde honro a la
existencia,
porque de bosque
es mi esencia
y mi cuerpo su
escenario.
Mi sangre es savia
de herbario
y mis brazos son
dos ramas,
mi epitelio tiene
tramas,
hojas de
esperanza y selva
no pretendas que
yo absuelva
a los que encienden
las llamas.
—Carmen Azparren Caballero 6—
El bosque pide silencio,
los pájaros ya se han ido,
hay un rumor desprendido
en el aire que presencio.
El aura yo reverencio,
de los árboles que un día,
vibraban con la alegría
de la faz resplandeciente
del campo y de la corriente,
del agua y su algarabía.
—Rubén Sada 6—
La espesura es fiel
custodio
contra el mal de
la erosión,
el boscaje es un
embrión
que a la vida
lanza al podio.
Por eso, cuando
con odio
alguien enciende
la hoguera,
destruye su
primavera
y hasta incendia
al alelí,
mi pico de colibrí
es al bosque una
manguera.
—Carmen Azparren Caballero 7—
Yo le pido al universo
que la ansiedad se termine,
que nuestro ser no se incline
por el dolor del perverso.
Portadora de mi verso,
el hada de la memoria,
refrescará nuestra historia
con aventuras celestes.
y jamás serán agrestes
las manos de tanta escoria.
—Rubén Sada 7—
Un bosque es la
gran fortuna
de riquezas
naturales,
a la noche hay
animales
vestidos de plata
y luna.
Cada rama es una
cuna
en que hay
preciosos chirridos,
bajo árboles
tupidos
donde se hamacan
los monos,
y detiene el
tiempo cronos
si mueren de pie,
caídos.
—Carmen Azparren Caballero 8—
Renace el bosque, Rubén,
vuelven a cantar los grillos,
y en el campo los chiquillos
cantan buscando su bien.
Ya se despierta el Edén
y envía a la lluvia mansa
que artesana se remansa
buscando al río fluyente,
arteria que permanente
mana con fe y no descansa.
—Rubén Sada 8—
Un bosque es la
vestimenta
del planeta, un
casimir,
una prenda de
vestir
que de agua está
sedienta.
Se mantiene y se
alimenta
con la bendición
del cielo,
y en cada árbol
abuelo
hay semillas de
futuro,
un bosque es el
ser más puro
que está vivo
sobre el suelo.
—Carmen Azparren Caballero 9—
El hombre debe entender
que no hay nobleza más pura,
que la paz que le asegura
un bosque y su acontecer.
Nada puede suceder
que lo turbe o lo extorsione,
si en su cabeza dispone
buen juicio y honestidad,
la aurora de la unidad
a su frente la compone.
—Rubén Sada—
A dos voces va el
saludo
a nuestro bosque
encantado…
—Carmen Azparren Caballero—
El sol mira enamorado
y al cielo glorioso acudo
—Rubén Sada—
Lo salvamos, no lo
dudo,
del incendio y del
hachero...
—Carmen Azparren Caballero—
Y como buen heredero
del verbo en esta jornada
—Rubén Sada—
Ha cantado Rubén
Sada
junto a Carmen
Caballero.
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© 10/4/2024. Diálogo de
Carmen Azparren Caballero y Rubén Sada, por WhatsApp.
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