7 de febrero de 2014

LA PRIMERA QUINCENA

LA PRIMERA QUINCENA

I

Voy a contarte una escena
que la viví allá en mi casa,
son esas cosas que pasan
y toda el alma te llenan.
Llegué a la hora de la cena
medio cansao del laburo,
con unas ganas, te juro,
de sentarme allá en la mesa
y darle a unas milanesas
tranquilito y sin apuro.

II

Lo notaba, sobradora,
la mirada del cachorro,
medio le amagué un mamporro
pero dijo mi señora:
respétalo, che, que ahora
anda con plata el mocoso
y el chabón espamentoso
en gesto que estuvo un kilo,
metió la mano en el grilo
y dijo ceremonioso:

III

"Chapá, viejo, aquí tenés",
me aclaró con desparpajo.
"Hoy cobré allá en el trabajo,
es el sueldo de este mes.
Después, si vos querés
algún cien, me resbalás".
Decime, che, vos te das
cuenta que satisfacción,
sentí en aquella ocasión,
decime que la junás.

IV

El que no entiende estas cosas
pa' mí, che, no sabe nada,
pensarás que son pavadas
pero en el fondo, ¡qué hermosas!
Se prenden como ventosas
y al corazón te lo dopan,
me atraganté con la sopa
y yo pa' disimular
volví de nuevo a llenar
con vino tinto la copa.

V

Y mientras me lo tomaba
mis recuerdos se alejaron,
hasta los días volaron
en que era pibe y yugaba.
Los patrones me pagaban
15 pesos por quincena.
Hoy que revivo esta escena
encamada en el purrete,
créemelo, che, gran siete
que hasta sentí algo de pena.

VI

Mi viejo que ya no está
se me piantó, mala suerte,
yo era borrego y la muerte
se lo llevó a descansar.
Venía de laburar
una noche, así, igualita,
traía apretada la guita
pa que no se me perdiera.
Él estaba en la catrera
y a su lado mi viejita.

VII

Calculá, yo no sabía
lo que en mi casa pasaba.
Era pibe y no junaba
la tristeza de esos días.
Le dije con alegría:
"Tomá, papá, me pagaron"...
Me acuerdo que se miraron,
yo no sabía ni medio,
si tal vez ni pa' un remedio
esos pesos alcanzaron.

VIII

Sabés qué esfuerzos hacía
pa' que no me deschavara,
algo que aquí por la cara
correr con ansias quería.
Pa' no enturbiar la alegría
del pibe me serené,
pero después que cené
diciendo "Gil, no me falles"
chapé la puerta de calle
y a caminar me largué.

Autor:
Juan Arrestía. El poeta nochero, de Quilmes

5 de febrero de 2014

DEJÁ QUE BAILEN EL ROCK ( Poema de Juan Arrestía )

rock versus tango


DEJÁ QUE BAILEN EL ROCK

I

Lo sé, que no despreciás
al tango, muchacho, no,
si la moda trajo el Rock,
por ser moda, lo bailás.
Si por las calles cruzás
esa música silbando
adentro te está sobrando
lugar para el dos por cuatro,
lo de ahora es un teatro 
que hay que ir protagonizando.

II

Si lo moderno ha querido
un nuevo baile imponer 
no nos vamos a poner 
como un pibe a los berridos.
Si las pibas han pedido 
un ritmo enloquecedor 
nos vas a pasar calor 
hablándole de la luna,
los tiempos de la laguna
ya se acabaron, señor.

III

Si los muchachos del Norte 
de mano nos han ganado 
es porque se han avivado 
qué vamos a andar con cortes.
Y parecemos consortes
que la van de doloridos,
nosotros hemos querido 
que ellos su música impongan 
y hoy cantando una milonga 
sollozamos compungidos.

IV

Y nombramos a Gardel,
a Arolas, al Pibe Ernesto,
si nos encajan el pesto 
ellos qué tienen que ver.
Que si vuelven a nacer
de vergüenza morirían,
no viejo, si en esos días 
en que estos ñatos vivieron 
ritmos extraños vinieron 
y nadies quedó en la vía.

V

No nos vamos a olvidar 
de que Gardel con su voz 
cantaba el Simmy y el Fox 
y hasta lo supo bailar.
Que aplaudimos a rabiar 
cuando él allá en Hollywood
a esas rubias de New York 
les cantó con tanta cancha 
y hoy nos parece una mancha 
de que aquí se baile el Rock.

VI

Y Arolas no fue pa' allá
llevándose el bandoneón,
al país del Charlestón 
su música a ejecutar.
Y una alegría sin par 
el cuore nos invadía 
cuando los diarios decían 
que Don Eduardo triunfaba 
porque allá en Francia bailaban 
el tango que se imponía.

VII

De tanto sentir broncar 
a veces muchachos, pienso, 
que ha terminado D'Arienzo,
que no lo dejan actuar.
Que ya no habrán de cantar 
Marino, Vidal, Mauré,
que Edmundo Rivero no es, 
que están todos en gayola,
porque enfermos de la gola 
no tienen nada que hacer.

VIII

No viejito, son mentiras,
el tango siempre es el tango,
nadies le quita su rango 
ni nadies con él se tira.
Sus compases no se espiran 
del espíritu porteño 
porque él es señor y dueño 
de toda la muchachada...
¡Que se dejen de pavadas!
¡Que duerman, si tienen sueño!

IX

Yo escuchaba el otro día 
chillar a un punto cabrero 
contra el núcleo petitero 
por esas cosas que hacían.
Y yo que lo conocía 
no me pude contener 
y le dije 'qué querés,
si allá en tu laburo camba 
donde ganás tantas gambas 
te hacen hablar en inglés.

X

Y a ese pibe que tenés 
pa' labrarle un porvenir 
a una escuela lo hacés ir
donde le enseñan francés.
Entendés o no entendés 
yo te daría la razón
si allí chillaras, chabón,
y te hablo en serio, no en broma,
tener que hablar otro idioma
para ganarte el bullón.

XI

Y estás aquí, en la Argentina,
no allá en Francia ni Inglaterra,
lo que no querés es guerra 
pues sos una catramina.
Quedate allá en la cocina,
prendé la calefacción
y no pasés papelón 
hablando de tu mocedad,
que sólo inspirás piedad
pa' hacerte una suscripción.

XII

Dejá que bailen el Rock
los muchachos, si ellos quieren,
que nuestro tango no muere,
tenemos un buen stock.
Conseguite un lavarropa,
metete allí todo junto
y no olvidés este asunto,
bailarán con frenesí,
mas, pa' que ella diga sí:
se prenden a un tango y punto.

Juan Arrestía. El poeta de Quilmes

4 de febrero de 2014

ABAJO Y HACIA AFUERA... (Paul Williams) Musical de Bugsy Malone, de Alan Parker


ABAJO Y HACIA AFUERA... 
Abajo, abajo, abajo y hacia afuera...
Tú no tienes que quedarte sentado quejándote.
¡Pelea, ante el modo en que tu vida se está liquidando!
Piensa en todo el tiempo que estás perdiendo
Y el tiempo es algo precioso para dejarlo pasar.

Seguro que ya has llegado a la parte inferior.

Pero recuerda: ¡Serás la construcción desde cero!
Cada día estarás un paso más cerca del cielo.
Por lo que ¡date una oportunidad! ¡Inténtalo!

Abajo, abajo, abajo y hacia fuera...


Tú no tienes que sentarte deprimido

por la forma en que la suerte te engañó.
Fortuna zarpó, te perdiste el barco
y encontraron que te habían dejado atrás.

¡Lucha, lucha o pelea un poco más

hasta que sepas que el mundo está listo para recibirte!
La dama de la suerte es un pájaro cambiante
pero ella será la que cambiará tu mente.

Tú no tienes que quedarte sentado quejándote.

Pelea ante el modo en que tu vida se está acabando.
Para ser un hombre, sépalo, ¡no puede ser cierto!
¡No lo des por perdido, hasta que lo intentes!

Tú no tienes que quedarte sentado quejándote.

Pelea ante el modo en que tu vida se está acabando.
Para ser un hombre, sépalo, ¡no puede ser cierto!
¡No te des por vencido si no lo intentas...
Así que... ¡date otra oportunidad!

Estamos marchando arriba, arriba, arriba y afuera...


© (Paul Williams) Musical de Bugsy Malone



3 de febrero de 2014

ESTACIÓN DE VÍA MUERTA

Letra: Luis Domingo Berho. Música: Francisco Chamorro




Estación vieja y deshecha
que fuiste una romería,
cuando era todo alegría
pa los tiempos de cosecha.
Hoy parece que te pecha
el mancarrón del olvido,
quién sabe por dónde han ido
bolseros y capataces,
hombres fuertes y capaces
que pa siempre se han perdido.

Ya no se ve ni un linyera
pal lao del embarcadero,
ni una estiba con letrero
de una firma cerealera.
Ya por tu enorme tranquera
no dentra ninguna chata,
el carrero no desata
su famosa caballada,
ni descarga en la planchada
las bolsas por la culata.

Ya no hay muchachas bonitas
paseando por el andén,
que iban a esperar el tren
en las lindas tardecitas.
Contra tus vías limpitas
no se estrella el sol radiante,
y en esa quietud constante
de las ruinas que allí quedan,
ya ni se mueve la rueda
de tu molino gigante.

El cambista no camina
con la blusa azul aquella,
ni la máquina resuella
con su aliento de neblina;
ya no están en la oficina
ni el jefe ni el auxiliar,
ya no se oye repicar
el telégrafo tampoco,
y los gorriones, de a poco,
han terminao por copar.

Tu señal está tranquila,
tus galpones carcomidos;
en esos rieles dormidos
ya no hay vagones en fila.
Ya no se ve ni una pila
sobre tu playa desierta;
tu campana no despierta
y es su badajo oxidao...
¡un lagrimón olvidao
llorando una vía muerta!

2 de febrero de 2014

PATIO DE LADRILLOS (de Celia Medhurst)



PATIO DE LADRILLOS

(Milonga, por Celia Medhurst)

Cuando de tanto en tanto me detengo y recuerdo
pasajes de una infancia que se perdió a lo lejos 
entre los nubarrones de un cielo oscurecido
enancado al recuerdo de momentos vividos 
cabalgando distancias en tropillas de olvidos 
los vientos se llevaron mis presencias de niño.

Cuando cae la tarde entre sombras regresan 
el patio de ladrillos, las aves y los perros
mamá cebando mate, yo echando leña al fuego 
un banco, una manea, mi tarrito lechero 
y colgando de un clavo un farol mañanero 
bostezando callado su cansancio de viejo.

Después el tiempo ¡ah tiempo! se anudan los recuerdos
la vida que nos lleva por caminos diversos
tras un telón oscuro de años con inviernos
de fechas que se borran, de murmullos sin ecos
Se fueron marchitando las flores de mis tiempos
el patio de ladrillos y, qué se yo, mis sueños.

Celia Medhurst


19 de enero de 2014

A LAS TRES DE LA MAÑANA ( poema de Juan Arrestía, el poeta nochero de Quilmes )

sueños


A LAS TRES DE LA MAÑANA

I

Por el barrio caminando
que vio mis años correr
en la esquina me paré
y allí me quedé pensando.
Un pucho se iba apagando 
en mis labios despacito 
y allá a lo lejos el pito 
de la ronda me decía 
que andaba la policía 
bien alerta al primer grito.

II

Recostao en el buzón 
las manos en los bolsillos 
oía el canto de un grillo 
serenatero y burlón,
como pidiendo perdón 
a la calma interrumpida 
las campanadas perdidas 
de un reloj dieron las tres 
y un perro vago la sed 
en un charco vio atendida.

III

Un curda trastabillando 
pasó quién sabe hacia dónde,
un gallo al otro responde
allá a lo lejos cantando.
La luna como deseando 
dormir se acuesta cansada 
broncando con la parada 
que hace un rato se perdió 
pasa chivo un jugador 
que palpitó una clavada.

IV

Del boliche de la esquina 
ya todos se han alejado 
y el gallego apresurado 
bajó pronto las cortinas. 
Cacarearon las gallinas 
detrás de un tapial cercano 
señal que alguno las manos 
metió pa' tirarse un lance 
y lo sacara del trance 
el producto de ese afano.

V

Pasa luego un colectivo 
llevando a los rezagados 
que por haber trasnochado 
sacan patente de vivos.
Mostrando su porte altivo 
sigue el auto de un bacán, 
el pucho me dio señal 
que ya se había apagado 
y arrojándolo a un costado 
dejé a mi mente soñar.

VI

Los ojos entrecerré 
y vi a mi madrecita 
santa y pura viejecita 
que es manantial de mi fe. 
Cuando sin padre quedé 
ella fue todo en mi hogar 
si aún la escucho gritar 
cuando cosas de criaturas 
hacíamos travesuras 
para oírla rezongar.

VII

Fue mi primer pensamiento 
para esa madre, mi vieja,
que nunca jamás se aleja
de mí, tan solo un momento.
Como ráfaga de viento
los recuerdos me golpearon 
y mis ideas volaron 
hacia otros tiempos lejanos 
cuando sus límpidas manos 
mis tiernas horas guiaron.

VIII

Me vi purrete en la calle
echada hacia atrás la gorra
gritando: ¡bolita porra!
a quien guste y a quien raye.
Y pa' que el pulso no faye
lo aligeraba en la tierra,
hoy que el mundo me hizo guerra
yo soy la bolita, pienso,
que en el hoyo del suspenso
sus ilusiones encierra.

IX

La rayuela, la escondida,
el vigilante y ladrón,
y el grito de: ¡ojo el botón!
que nos daba la corrida.
Hoy que juego al rango y mida
con la suerte ingrata y cruel
quisiera volver a ser
aquel pibe vagabundo
que no sabía que el mundo
era amargo cual la hiel.

X

En una pieza cualquiera 
se cabreó un despertador 
pidiendo al laburador 
que dejara la catrera.
Y así chapé la vereda, 
me fui silbando entre dientes,
para seguir la corriente 
de este mundo que es pa' mí
el derrotero sin fin 
donde se arrastra la gente.

Juan Arrestía (El poeta nochero, de Quilmes)

12 de enero de 2014

RENACER



RENACER


[1] Renaceré con cada luna en novilunio, rindiendo honores y alabando tu belleza. Regresaré cuando precises fortaleza para enfrentar dificultades e infortunios. [ESTRIBILLO] Mi renacer desistirá de ser quimera porque estaremos para siempre, ¡siempre juntos! Mi renacer desistirá de ser quimera porque estaremos para siempre, ¡siempre juntos! [2] Yo volveré, al renacer el mes de junio, en tu memoria viviré, es mi promesa, y en cada pájaro, mi amor, ten la certeza, mi verso fiel fulgurará en tu plenilunio. [ESTRIBILLO] Mi renacer desistirá de ser quimera porque estaremos para siempre, ¡siempre juntos! Mi renacer desistirá de ser quimera porque estaremos para siempre, ¡siempre juntos! [3] Renaceré con cada luna en novilunio, rindiendo honores y alabando tu belleza. Regresaré cuando precises fortaleza para enfrentar dificultades e infortunios. [ESTRIBILLO] Mi renacer desistirá de ser quimera porque estaremos para siempre, ¡siempre juntos! Mi renacer desistirá de ser quimera porque estaremos para siempre, ¡siempre juntos! [4] Yo volveré, al renacer donde tú quieras, con mi semilla germinando en contrapunto, y brotará cada brillante primavera como pimpollos que florecen en conjunto. [ESTRIBILLO] Mi renacer desistirá de ser quimera porque estaremos para siempre, ¡siempre juntos! Mi renacer desistirá de ser quimera porque estaremos para siempre, ¡siempre juntos!


©Rubén Sada - 01-01-2013

________________________________ 
1)Tridecasílabo ternario. Poema que posee una métrica de trece sílabas en cada verso, con acentuación obligada en la 4ª, 8ª y 12ª .
2) Plenilunio. m. Luna llena.
3) Novilunio. m. Luna nueva.





1 de enero de 2014

ROMANCE PARA EL VELORIO DE JUAN SIN TIERRA (De Serafín J. García)


ROMANCE PARA EL VELORIO DE JUAN SIN TIERRA


Sobre una mesa lunanca
- pequeña para su cuerpo -
ya sin flores y sin cruces
Juan Sin Tierra, el chacarero
que roturó muchas chacras
- todas en campo ajeno -
y sembró leguas de trigo
que sus hijos no comieron,
mañana lo llevarán
en el carrito de pértigo.
Tras medio siglo de arado
yace el áspero labriego,
hielo en sus manos raizudas,
vidrio en los ojos abiertos,
cenizas de años y penas
en los hirsutos cabellos,
seis viejos ensimismados
y cuatro velas de sebo,
con puchos y con pabilos
están ahumándole el sueño.
Tras el biombo de arpillera
que parte en dos el ranchejo,
junto a los hijos que duermen
sobresaltados y trémulos
llora su llanto sin ruido
la compañera del muerto.
Ningún velorio tan triste
como el velorio de un viejo
velado en noche de junio,
sin mate amargo ni fuego.
Se hacen de plomo las horas,
se vuelve duro el silencio
y arando penas se mella
la reja del pensamiento.
Son seis ancianos que velan
que son, los seis, chacareros.
Tienen la manos raizudas
como las manos del muerto.
La luz de las cuatro velas
tirita en sus rostros secos
y en las bermejas, hilachas
de sus ojos aguachentos.
Es triste velar a un hombre
en un rancho tan estrecho,
con grietas por las que asoma
su torva cara, el invierno.
Por eso los veladores,
ansiando ya el día nuevo,
su mudo velar alternan
con el atisbo del cielo,
donde una luna de escarcha
cuaja su lumbre y su tedio.
¡Cómo se alarga la noche
cuando hay que velar un muerto
en rancho de palo a pique,
sin mate amargo ni fuego!
Las cuatro trémulas velas
lloran su llanto de sebo
mientras azulan el aire
los puchos de los seis viejos.
Mañana lo llevarán
en el carrito de pértigo,
con el gemido del eje
por todo acompañamiento.
Y tras su media centuria
de rejar campos ajenos,
tendrá ¡Por fin! tierra propia,
Juan Sin Tierra, el chacarero.

Autor: Serafín J. García

ACEPTALO, ES NATURAL (Poema de Juan Arrestía )



ACEPTALO, ES NATURAL

I

Mirá, viejito, hace rato
que de esto yo quiero hablar,
ando breca de escuchar
al que pa' mí es pobre gato.
La ley de este mundo acato
porque así tiene que ser,
nada voy a resolver
poniéndome a hablar macanas,
de no comparar mañana
con lo que ha pasado ayer.

II

Muchos puntos escuché
con varios años vividos
y tan giles pa' mí han sido
que escuchando me empaché.
Porque no hay derecho, che,
siempre lo mismo repiten
ellos tan sólo te admiten
que aquel tiempo fue mejor
y hoy que la van de mayor
del joven nada permiten.

III

Que, porque habló con Gardel
ya se cree que sabe todo
y te lo dice de un modo
que no hay nadies como él.
Pa' mí es un triste papel
el que el hombre desarrolla
y vos sabés que las ollas
ahora vienen a presión;
antes se usaba el carbón
y hoy el gas no saca ampollas.

IV

Campaneame bien, hermano,
yo ya no soy un purrete,
que pasé los 37
bien llevados de la mano.
Por eso no me empantano
y en mis cosas me encapricho
en otra forma la bicho,
las nuevas generaciones
también tienen condiciones
y ya te aclaro lo dicho.

V

O vos te crees de que ahora
es gila la muchachada,
de que besando la almohada
se despierta con la aurora.
O que se pasan las horas
con los ángeles soñando
o que le cuentan paseando
sus congojas a la luna,
está bien que mastiquen fruna
pero igual te están sobrando.

VI

De que hay giles como antes
no lo voy a discutir,
sino no podrías vivir,
no sería interesante.
Que te resultan chocantes
con sus trajes petiteros
si vieras vos qué fauleros
esas pilchas te cobijan
y no dejes una hendija
que si no, pobres arqueros.

VII

Pues, sabés cómo patean,
ma' qué Bernabé o el Chueco,
y hoy difícil que anden secos
si lo están te bo'siquean.
Y esa pesada tarea
de hablar, que vos te has impuesto,
de que aquellos tiempos esto,
que los de ahora lo otro,
largá, viejo, entre nosotros,
que te van a dar el pesto.

VIII

Antes cruzaban lagunas
con los Fores a bigote
y hoy te andan vendiendo lotes
pa' ir a vivir a la Luna.
La chapastes, aceituna,
sos un verde virginal,
andá, cómprate Untisal,
te das una buena friega,
y lo que el tiempo nos lega
aceptalo, es natural.

Autor: Juan Arrestía.

31 de diciembre de 2013

DÉCIMAS (Versos escritos por Juan Arrestía, el poeta nochero, de Quilmes)



DÉCIMAS

I

Nunca me gusta invadir
jurisdicciones ajenas,
ni llegar justo a la cena
pa' que me puedan servir.
Tampoco me gusta abrir
sin antes golpear la puerta
y recién cuando está abierta,
porque me otorgan licencia, 
hago acto de presencia
y pego el grito de alerta.

II

Que es timidez no lo crean,
solamente educación,
entrar sin invitación
pa' mí siempre es cosa fea.
Y ya que ustedes desean
mis décimas escuchar
se las voy a recitar agradeciendo el honor
que a este humilde servidor
le han sabido dispensar.

III

De la fuente del saber
les aclaro no he bebido,
ser mi maestro ha querido
sólo mi eterno correr.
Suelo hacerme comprender
con un lenguaje sencillo,
yo sé que no tiene el brillo
de plumas intelectuales,
me gusta pisar barriales
y hasta comer sin cuchillo.

IV

Ya hecha esta aclaración
voy a ir derechito al grano
y así tenderles mi mano
como una salutación.
Perdonen si en mi expresión
encuentran un dejo amargo
pero es que ha sido tan largo
el camino recorrido,
que es mucho lo que he aprendido
y es muy poco, sin embargo.

V

Porque por más que uno quiera
creer de que sabe mucho
tropieza el hombre más ducho
en la más fácil carrera.
Y entonces, sí, donde quiera
que vaya se va a dar cuenta
que pa' esquivar la tormenta
allí se ven los varones
a quien les sobra polenta.

VI

Por eso cuidate en caer
que si no, pa' levantarte
más que un pulmón va a costarte
aunque no lo quieras creer.
Si vieras con qué placer
hay que tener condiciones
sigue el mundo tu fracaso
y por allá si un si acaso
le tenés que mendigar,
cómo te quieren sacar
el alma, viejo, a pedazos.

VII

Es fulera la existencia
del que lo engrampa la mala
como le corta las alas
el mundo con su inclemencias
como lloras de impotencia
cuando ninguno te ve
y que no pierdas la fe
porque si no te aseguro
que se hace más obscuro
el camino a recorrer.

VIII

Si supieras qué amargura
y qué vergüenza se siente
cuando hay que bajar la frente
ante alguna frase dura.
Aquella opinión tan pura
que vos del mundo tenías
se desvanece ese día
en que la mano cerrás
y nada en ella encontrás
tan sólo una risa fría.

IX

Pero che, si estoy hablando
macanas y no es cuestión
de que escuche la reunión
a quien está divagando.
Sin querer me fui desviando
y agarré pa' otro camino,
es que me ha faltado tino
y entré sin grupo a broncar,
me tienen que perdonar:
son cosas de mi destino.

Autor: Juan Arrestía


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