LA LLUVIA Y LA TIERRA
me ha despertado la lluvia,
hoy el alba no está rubia
y el aire es denso metal.
Se humedece mi jornal
mientras mateo en la tabla.
Oigo a la lluvia que habla
dirigiéndose a la tierra.
Un trueno me anuncia guerra
y esta discusión se entabla:
—Mi piel no te necesita.
—Te voy a dejar limpita.
—No voy a escuchar tu argucia.
—La infertilidad te acucia.
—No me transformes en barro.
—Te haré beber de mi jarro.
—Nada preciso beber.
—Te hace falta florecer.
—Tu humedad me da catarro.
—Prefiero a mi amigo, el sol.
—¡Déjame cumplir mi rol!
—No me inundes la gramilla.
—Haré humus de tu arcilla.
—Ya tengo humedad debajo.
—De aspersión es mi legajo.
—No me embelesa tu ego.
—Sé que te hará bien mi riego.
—No me embriaga tu agasajo.
—Diré al viento que te corra.
—Rogarás que te socorra.
—Soy feliz con mi aridez.
—Vivirás con mi fluidez.
—Te doy perlas de cristal.
—No solicito tus perlas.
—En tu vientre has de acogerlas.
—¡Vete ya, y no me hagas mal!
empezó el viento a soplar,
y alumbró el brillo solar
afuera de la ventana.
La porfía charlatana
con ribetes de quijote,
llegó al fin sobre mi lote
cuando salió el sol afuera,
y un suelo de primavera
se rompió en el primer brote.
ENCABALGAMIENTO: La primera y la última décima contienen
encabalgamientos, pues como se puede ver en ambas, las ideas que comienzan en los versos
impares se completan en los versos pares.
ESTICOMITIA: La 2°, 3° y 4° décima se basan en esticomitias, sentencias de un solo verso, formando un DIÁLOGO vertiginoso.
PROSOPOPEYA: La lluvia y la tierra se personifican y se les atribuyen características humanas. El poema está estructurado como un diálogo entre la lluvia y la tierra, lo que le da un carácter dramático y vivo.
ANTÍTESIS: Se presenta una oposición entre la lluvia y la tierra, donde cada una defiende su postura respecto a la fertilidad, la humedad y la sequedad.
IRONÍA: Se utiliza de manera sutil en las respuestas de la tierra a la lluvia, como cuando la tierra responde que no necesita ser bañada porque su piel no la necesita o que "la humedad le da catarro".
HIPÉRBATON: Se alteró el orden lógico de las palabras en algunos versos, como "me ha despertado la lluvia" donde debería decir "la lluvia me ha despertado", con el fin de darle elegancia al relato, o como en "de aspersión es mi legajo", donde habría dicho "mi legajo es de aspersión", para provocar la rima consonante obligatoria de la décima espinela con el pie forzado.
HIPÉRBOLE: La lluvia amenaza con transformar a la tierra en barro y la tierra rechaza esa idea exagerando los efectos negativos que tendría en ella: "Te haré beber de mi jarro. Nada preciso beber."
METÁFORAS: Describen la relación entre la lluvia y la tierra de forma imaginativa, en muchas de sus sentencias. Para citar una: las "perlas de cristal" son las gotas de lluvia. "El alba no está rubia" es que no salió el sol. "El aire es denso metal" hace referencia al cielo gris. Etc.
SINESTESIA: Se mezclan sensaciones y elementos para transmitir la idea de fertilidad y crecimiento, como cuando se habla de "un suelo de primavera" que "se rompió en el primer brote."
Estas FIGURAS RETÓRICAS contribuyen a dar vida al diálogo entre la lluvia y la tierra, resaltando la lucha entre la sequedad y la humedad, la fertilidad y la esterilidad.
AUTOR: RUBÉN SADA.