Me diste la libertad abriéndome ayer la jaula, y desde el barrote maula yo pude ver la verdad. Terminó la oscuridad pero quedó tu belleza, y con sal marca tristeza mis ojos condimentaste, cuando te fuiste, dejaste *pájaros en mi cabeza.*
Desde tu pelo el perfume que me viene persiguiendo, me ha dejado el coco hirviendo y la sangre un despiplume. El amor que me consume me nutre con fortaleza, recordando la cereza de tus labios de manjar, puso tu piel de azahar *pájaros en mi cabeza.*
Siento tu voz en mi oído y se deslizan cosquillas en las izquierdas costillas donde galopa el latido. Tus uñas son un florido vergel contra la maleza, tu grácil delicadeza permanece en mi memoria, me dejaste en cada historia *pájaros en mi cabeza.*
Cada segundo que pasa un nuevo sueño se esfuma, o se oculta entre la bruma que baja de la terraza. Cada anhelo que se aplaza fabrica espejismos reos, torna luz en parpadeos y disueltos por la brisa se van fugando con prisa *mil vilanos de deseos.*
El viento esparce semillas y van lejos las ideas, se apagan brillantes teas y se esfuman maravillas. Somos trapos con polillas sin valor ni más trofeos, sometidos a saqueos de mil inviernos que arrugan, mientras de la mano fugan *mil vilanos de deseos.*
Con cada grano de arena que se cae para abajo, en el reloj del legajo nuestra vida se enajena. Cada día en la colmena nos tienen con más rodeos, disminuyen los arqueos y se vuela la ilusión, sopla el viento del pulmón *mil vilanos de deseos.*