PRESO GASTANDO ESCOBAS
Gastando escobas por miles
pasa el tiempo un presidiario,
lo sacan del pozo a diario
a un taller do no hay fusiles.
Son sus manos aún civiles
por no querer ir al frente,
y aunque el oficial lo intente
prefiere empuñar escobas,
y no aquellas armas bobas
con que algunos matan gente.
Los chapones del galpón
que cubrían el taller
lo aplaudieron anteayer
movidos por un tifón.
Aun recuerda el corazón
lo que vivió tiempo atrás,
iba bailando al compás
de un silbido con voz baja
y su guitarra de paja
iba barriendo el agraz.
¡Barre, preso barredor!
Pero tira algo de agua,
de cerca te ve la fragua
que usas de calentador.
Ya la pava silba hervor
y el aire es mate cocido,
el manjar está servido
y el jarro pide parar,
la noche ha de continuar
hasta el último latido.
pasa el tiempo un presidiario,
lo sacan del pozo a diario
a un taller do no hay fusiles.
Son sus manos aún civiles
por no querer ir al frente,
y aunque el oficial lo intente
prefiere empuñar escobas,
y no aquellas armas bobas
con que algunos matan gente.
que cubrían el taller
lo aplaudieron anteayer
movidos por un tifón.
Aun recuerda el corazón
lo que vivió tiempo atrás,
iba bailando al compás
de un silbido con voz baja
y su guitarra de paja
iba barriendo el agraz.
Pero tira algo de agua,
de cerca te ve la fragua
que usas de calentador.
Ya la pava silba hervor
y el aire es mate cocido,
el manjar está servido
y el jarro pide parar,
la noche ha de continuar
hasta el último latido.
¡Barre, preso barredor!
Barre la tierra del alma,
barre bien, hazlo con calma
que está lejos el albor.
De la noche eres gestor
y del galpón testaferro,
cerca, la fragua del hierro
te calienta más que un sayo,
cuando el sol muestre su rayo
volverás al negro encierro.
con la escoba, ya le hablaba
como a una rubia que estaba
prometiéndole un hogar.
Y la blonda en su pajar
llena de pelos punzantes,
le pedía ser amantes
cada noche en su labor,
no existió tamaño amor
desde los tiempos de antes.
cuando una noche cualquiera,
su herramienta compañera
se quedó calva y él viudo.
Su garganta se hizo un nudo
y maldecía su suerte,
no quiso que el sol despierte
para no volverse ocioso
ni muy solo al calabozo
pensando en su propia muerte.