EL SOL Y OTROS TEMAS
—(Rafael)—
Buenos días, señor Sada,
¡qué lindo que estuvo ayer!
Con Gabotto en el taller
intentamos la payada.
Tengo una hoja rayada
y que me invita a escribir,
el tema es a decidir:
pregunto, si el sol calienta
cuando hay algo de tormenta,
¿por qué se niega a salir?
—(Rubén)—
Aunque no siempre lo veamos,
digo que el sol siempre está,
día y noche entibiará,
gracias a él nos calentamos.
Sin el sol, nos enfriamos,
y el planeta sería un hielo,
pero hace falta en el suelo
regar toda espiga rubia,
por esto baja la lluvia
y abastece los riachuelos.
—(Rafael)—
Agua hay en el riachuelo
y también en la laguna,
las mareas, con la luna,
suben e inundan el suelo.
Navegamos pa’ consuelo
ya sea en barco o en piragua,
no se fabrica en la fragua,
una gran duda me aterra,
si este planeta es “la tierra”,
¿de dónde sale tanta agua?
—(Rubén)—
El agua está en todas partes,
pero es una fina capa,
la mayor parte del mapa
tiene al mar como baluarte.
Mas, no vayas a confiarte,
debajo del agua hay tierra
pues “seco” en latín es “terra”,
porque así se denomina:
¡el misterio aquí termina
y ahora el asunto cierra!
—(Rafael)—
Usted el latín domina
pero es una lengua muerta
debería estar alerta,
se equivoca o imagina.
¿No tendrá fiebre o angina?
Lo que dice usted me humilla.
¿Se habrá clavado una astilla?
¡Cuidado con lo que escriba!
¡La lluvia viene de arriba!
Y en mi hogar, de la canilla.
—(Rubén)—
¿La lluvia, de la canilla?
Salvo que sea de la ducha,
pero si cae agua y mucha
mi explicación es sencilla:
Se forma una nubecilla
debido a evaporación,
vuela el agua al nubarrón
y se va poniendo negro
y si el mar pide reintegro:
¡cae un feroz chaparrón!
—(Rafael)—
Ese fue un error de texto
del que usted se ha aprovechado
y que luego fue aclarado
allá por el verso sexto.
Pregunto en otro contexto,
muy bien tendrás que fijarte
porque no voy a guiarte,
a ver si el tema repunta.
Ahí le mando otra pregunta:
¿qué opina del agua en Marte?
—(Rubén)—
Mi opinión: son los humanos
¡la especie más tonta que hay!
Ya que no hay plata, ¡caray!
para proveer agua a hermanos.
Mas, buscan mundos lejanos
con agua, río y vertientes,
cuando aquí, hay mucha gente
que no tiene agua y se aterra,
yo me pregunto: en la tierra,
¿habrá vida inteligente?
—(Rafael)—
La verdad, me ha hecho pensar
con su pregunta inherente,
¡claro que hay inteligente,
y es muy fácil de encontrar!
Sólo tiene que buscar
en gente con gran decoro,
uno grande, que valoro,
no supimos entenderlo
y tuvimos que perderlo:
DOCTOR RENÉ FAVALORO.
—(Rubén)—
A tan ilustre memoria
va mi honra y mi respeto,
y brotan de mi alfabeto
sólo palabras de gloria.
Así es de injusta la historia,
con la gente a la que admiro,
la corrupción sin respiro
en la patria se atrinchera,
¡si René el doctor volviera
se vuelve a pegar un tiro!
—(Rafael)—
Cuando se lee la historia
dejando guerras de lado,
hay quien me deja asombrado
al reconocer su gloria.
Se me borró la memoria
huiría hasta el Paraguay.
Me ha corregido, ¡achalay!
y la verdad que me azota,
tiene sabor a derrota,
vuelvo a decirle: ¡caray!
—(Rubén)—
Retomo el tema del sol
mientras se imprimen mis libros,
y mis estrofas calibro
en poético crisol.
Ajustándome a mi rol
de repentista moderno,
me pregunto, ¿tendrá eterno
calor este sol tamaño?
¿En qué momento del año
el sol disfruta el invierno?
—(Rafael)—
Le damos vuelta completa
y nos tardamos un año,
con su gigante tamaño
apagarse no es su meta.
Viajamos con el planeta
y su calor del infierno
nos llega suave y fraterno,
y piénselo así, hermano,
él vive siempre en verano
y no conoce el invierno.
—(Rubén)—
Yo ya di cincuenta y cinco
vueltas a su alrededor,
desde mi temprano albor
en la tierra en que me afinco.
Cada mañana me hinco
agradeciendo a la vida,
que de sol está teñida,
y si su respuesta suelta,
dígame, usted ¿cuántas vueltas
ante el sol ya consolida?
—(Rafael)—
Cuando llegué a este planeta
el viaje ya había empezado,
tuve que viajar colgado
como farol en carreta.
Y nunca ha sido mi meta
hacer dinero tampoco
si miro atrás cuando evoco
veo cosas no resueltas,
¡he dado un montón de vueltas!
¡Y sí! ¡Me he mareado un poco!
—(Rubén)—
El sol nunca está cansado,
mas, no duerme ni descansa,
la tierra le gira y danza
durante un año al costado.
Un placer haber payado
con usted de tantos temas,
la palabra es una gema
que el sol hace fulgurar,
no nos debemos cansar
en la creación de un poema.
(Rafael)
En verdad, muchos dilemas
hemos lanzado a los vientos
y allá van nuestros talentos
solucionando problemas.
La luna, el sol y otros temas,
muchas dudas que quitamos,
lentamente mejoramos,
el tiempo ha pasado lento,
quizás, ya sea el momento:
¡cuando usted quiera cerramos!
(Rubén)
A medio decir cerramos,
un dueto fenomenal,
(Rafael)
en forma tradicional
a los dos aquí nombramos.
(Rubén)
Dos quilmeños abrazamos
a la rima improvisada
(Rafael)
y a una amistad muy cuidada
como vino en el tonel
(Rubén)
brindan juntos Rafael
Estévez con Rubén Sada.
Autores: Rafael Estévez / Rubén Sada.
¡Gracias por esta invitación, Rafael!
Estas décimas forman parte del libro "DE DIEZ" de Rubén Sada.