RUIDOS MOLESTOS
Ritmo en el aire sensual ya va flotandoentre dóciles jadeos de un ‘te quiero’
y es nuestra alcoba el cosmos donde amarnos,
rechina el tálamo y lo incendia el fuego.
Con lubricados gemidos escuchamos
mil rugidos, de leona y león en celo.
Está ventoso el mar do nos meneamos,
la madera de esta barca está crujiendo.
Cada latido es sudor que respiramos,
la brisa celestial fue un fuerte viento,
en este viaje astral en que agitados
anhelamos arribar juntos al puerto.
Nos reciben campanitas, festejando,
¿qué tal, amor, si ya acabamos esto?
Y que retorne a nuestro ático el silencio
o nos demandarán por ruidos molestos.
© Rubén Sada. 18/04/2010.