Mi primera radio, marca Spica, armada por mí a los 13 años de edad. |
LA RADIO
Desde una azotea al cielo
([1])
alzándose en tiesa vara,
surgió la soprano Sara
([2])
en un wagneriano vuelo.
Atónitas en el suelo
mil palmas en un batir,
ante el primer transmitir
desde este primer peldaño,
cada radiofónico año
fue espejo del porvenir.
La radio, invento
modelo,
desde el sol cae y encara,
forja cultura preclara
([3])
del joven, adulto,
abuelo.
Compañía en el desvelo
de quien le cuesta
dormir,
concibe en cada latir
abrir sueño en el
rebaño, ([4])
fuera nativo o extraño,
desde el cénit al
nadir. ([5])
Cuando yo fui
muchachuelo
y una Spica me comprara, ([6])
su música en alfaguara
([7])
me brindaba algún
consuelo.
Así atravesé mi duelo
y el dolor de ver
partir
a mi madre hasta
adquirir
fortaleza y poner paño
al dolor que me hizo
daño:
¡la radio fue mi
elixir!
¡Tu voz es mía, sabelo!
Y me das respuesta
clara,
te presto mi oído para
que me cuentes tu
modelo.
Asimismo, en paralelo,
voz y oído han de
instruir
lo que deba hablar y
oír,
opiniones que acompaño,
por no caer en el
engaño
de informar sin
divertir.
Guardo un temible
recelo
que la radio
claudicara
oculta tras la mampara
del Internet y su
libelo. ([8])
Ojalá se corra el velo
y no se llegue a
ocluir ([9])
este canal del “decir”,
que a partir del
tiempo antaño
fue invención de gran
tamaño,
en el dial de mi
vivir.
En estos versos te
irradio
mil gracias de mi
poesía,
¡no apagues tu
sintonía!...
¡No te apagues nunca,
radio!
Soy público de tu
estadio,
aun un simple
transeúnte,
¡que tu audiencia hoy
repunte
y tu antena, bien
triunfal
transmita tu entero
dial
para que el pueblo se
junte!
Rubén Sada. Día Nacional de la Radio: 27/08/2017.
[1]) En
la histórica jornada del 27 de agosto de 1920 desde la terraza del Teatro
Coliseo de la Ciudad de Buenos Aires, el doctor Enrique Telémaco Susini y sus
tres colaboradores, César Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica, luego
llamados «Los locos de la azotea», efectuaron la primer transmisión radial en
la historia argentina.
[2]) La
soprano Sara Olivera Cézar, había nacido en 9 de Julio, (Prov. Bs.As.) en 1891.
Fue una de las grandes del canto lírico, dueña de un grandioso talento
artístico que brilló, no sólo en nuestro país sino en todo el mundo. Y cantó
junto al barítono Rossi Morelli la ópera Parsifal de Richard Wagner, en la
primera transmisión radial argentina, el 27/08/1920 en la Terraza del Teatro
Coliseo.
[3])
Preclaro, ra. adj. Esclarecida, ilustre, famosa y digna de admiración y
respeto.
[4])
Sobre el clásico consejo de "contar ovejas para conciliar el sueño".
[5]) Nadir. Punto diametralmente opuesto
al cenit, que es el punto más alto en el cielo con relación al observador y se
encuentra justo sobre la cabeza de éste. La vertical de un lugar, o dirección
de la gravedad en ese lugar, corta a la esfera celeste en dos puntos: cénit y
nadir.
[6])
Radio Spica. Con la aparición del transistor, en las décadas del 50 al 70
abundaron las radios portátiles. Fue un verdadero boom, comparable a la
sustitución del disco de vinilo por el CD. Así, toda la clase media tenía en su
casa al menos una radio portátil. En Argentina hubo un modelo que hizo
historia: La Spica ST-600, o "Spica" a secas, como se la conoció
durante años. Yo tuve una igual a la de la foto, mi primera radio, siendo
adolescente con apenas 13 años. Apenas aparecida, la Spica ganó terreno
rápidamente frente a otras portátiles. De diseño atractivo para la época y
carcasa de plástico, tenía un estuche de cuero marrón que la protegía de
ocasionales golpes.
[7]) Alfaguara. Manantial copioso que
surge con violencia.
[8]) Libelo. Escrito satírico,
calumniante o denigrante.
[9]) Ocluir. Cerrar un conducto.
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