EL HUEVO DE LA SIERPE
La sierpe incuba. El nido ya zozobra.
Disfraz de paz tiene el control de masas.
Mientras, no pueden achicar las tasas
de honda miseria en el que nace y sobra.
Duerme silente el huevo de la cobra,
y el iracundo desovar se aplaza,
sangre y dinero forman la argamasa
sin libertad en esta vil maniobra.
El mustio germen de este gran reptil
sobrevivió el embate de centurias,
gestando con violencia, rabia, furias,
sus réplicas genéticas de a mil.
Su avarienta matriz, obscena de herpes,
está incubando el huevo de las sierpes.