PREDADOR DE SÍ MISMO
Nunca estará satisfecho el hombre con lo que obtenga,
no habrá premio que lo premie, ni nada que lo contenga.
Sus vientos de libertad, vengan de donde provengan
lo impulsarán hacia más, no hay nada que lo detenga.
Es predador de sí mismo, así es su naturaleza,
para construir destrucción extermina la belleza.
Tiene amor de corazón pero el odio en su cabeza.
La codicia y la ambición le opacan su grandeza.
Concentración de riqueza. Expansión de la pobreza.
Millones mueren por hambre, muy pocos llenan la mesa.
Hacinamiento y más crisis: Viven diez en una pieza.
Derraman muerte en el agua y muchas sucias torpezas.
Debe lograrse la paz entre el hombre y la floresta,
pues la sabia madre tierra a la desgracia está expuesta.
Ya presagia su venganza, con dolor se manifiesta
y se hace luto la vida, en vez de ser una fiesta.
La religión del dinero peor es que dañina secta,
porque odia paz y salud, de cianuro nos infecta.
Estropear el medio ambiente con la muerte nos conecta,
y el futuro está sombrío, en tinieblas se proyecta.
Ante el negro panorama, tomar la actitud correcta
es cuidar el medio ambiente y todo lo que respecta.
La ecología nos llama, esta es la senda más recta,
volviendo a lo natural con felicidad perfecta.
© Rubén Sada. - 03/02/2013.
Publicado en la ANTOLOGÍA QUEHACER ECOLÓGICO,
Ediciones Independientes Rubén Sada 2013.