LA MOTO RESABIADA
y me quise motorizar
y se me ocurre comprar
una moto colorada.
La mandaron embalada,
envuelta en una arpillera
casi pura de carrera,
qué joya más colosal.
Pa´correr era especial,
la llaman "súper ligera."
'Taba loco de contento
ya ni en el suelo pisaba
a la vieja le mostraba:
pa' los dos era el asiento.
Cuando tengamo' un momento
la tenemo´ que estrenar,
te la voy a hacer disparar
por el asfalto brilloso,
los vecinos, de envidiosos,
cómo van a criticar.
Puse el botón en "contrato"
y la dejé acelerada.
Con una juerte patada
arrancó aquel aparato.
¡Viejita, esperáme un rato,
le voy a encajar un vareo!
Mirá como piloteo
este pial abajo' el ombú
si llego a ver un ñandú
¡Seguro que lo boleo!.
Echando gran humareda
arrancó a los avalanzos,
me pasé po' entre los gansos
y los tapé en la polvadera.
¡La pucha que cosa fiera!
sentía gritar a la vieja
por la huella despareja
me temblaba el caracús,
bien echao sobre el tustús
y agarrao de las orejas.
Ricién me vengo a acordar:
¡Tantos botones tenía...!
pero, ¿Cuál se apretaría
cuando uno quería parar?
De vuelta vine a pasar
por el rancho, a la carrera.
La vieja, que estaba ajuera,
a gata' alcanzó a gritar:
¡No te le vas a largar
porque se te va' ser mañera!
¡Viera visto disparar
a esa moto colorada!
Cada vez más asustada,
ni sabia p' ande agarrar.
De vuelta vine a cruzar
junto al rancho, un pajonal.
La vieja, tan servicial,
siempre valiente y serena,
le hacía ruido con la avena
que había echa'o en el morral.
Cambiando de dirección
hasta un vecino llegué.
Y a la pasada, grité:
cuál era la solución;
menos mal, un mocetón
que la sabía manejar,
con otra me echó a la par...
(yo pensé que iba a enlazarla)
me gritó: !Tenés que ahugarla,
si no la sabés parar!
Agarré derecho al río
que hay que ahogarla, sentí...
Al medio la zambullí,
(toavía se ve el chisperío)
me sacaron muerto 'e frío,
con las pilchas empapadas,
la moto quedó allá ahogada,
no me crean atrasao,
algún chambón la ha largao
a esa moto resabiada.
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Recitado Popular Gauchesco.