400.000 LITROS DE LECHE
Cada día que transcurre
hay 400.000 litros
de un nutritivo elixir
que jamás llega a destino.
¿Su destino? El alimento
que dar a miles de niños,
mas, los tiran a una zanja
en un loco desatino.
¡Increíble! Cada día
hay 400.000 litros
que se derraman al campo,
por tanto y tanto egoísmo.
No hay vehículos, transporte
por tantos paros malignos,
y tantos cortes de rutas
sin excusa ni sentido.
Como humano siento asco,
y vergüenza de mí mismo.
¿Hasta dónde hemos llegado?
¿Desaparece el cariño?
Miles de litros volcados
en inhumano cinismo
que pueden dar alimento
a la mirada de un niño.
No pretendo ser ejemplo
en bondad ni en altruismo,
no quiero ser Robin Hood
ni tampoco Jesucristo.
Pero quisiera que hoy
se escuche mi fuerte grito:
¡Prometan no derrochar
y que sea un compromiso!
Me hace sentir muy mal
la coacción del campesino.
Que esta pesadilla al fin
me mantuviera dormido.
No quiero ver más hambrientos
en países que son ricos,
víctimas y victimarios
de un proceder mezquino.
¡Basta de ese despilfarro
en despiadados caminos!
¡Bájenle el precio a la leche!
¡Y acreciéntenselo al vino!
¡O quizá pueda ayudar
la riqueza de los bingos!
Pero no se catequicen
inhumanos y asesinos.
Dejen de ser con el débil
y el indefenso, agresivos.
Nuestros chicos inocentes
no entienden nuestros conflictos.
Todos los días derraman,
en leche 400.000 litros,
mas miles de litros de lágrimas
en los ojos de los niños.
© Rubén Sada. 15-06-2008
El paro agropecuario, lock out o bloqueo de rutas en Argentina de 2008 fue un extenso conflicto en el que las cuatro organizaciones que reúnen al sector empresario de la producción agro-ganadera en la Argentina protestaron contra la decisión del gobierno de incrementar las retenciones a las exportaciones de soja y girasol y establecer un sistema móvil para éstas (resolución 125/08).
La medida patronal se extendió por 129 días, desde el 11 de marzo de 2008 hasta el 18 de julio del mismo año, y culminó con la derogación de la Resolución 125/08 delMinisterio de Economía y Producción por parte de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Durante este tiempo las patronales agropecuarias declararon una serie de medidas con el fin de interrumpir algunas actividades económicas de sus asociados, así como el transporte interurbano y las exportaciones agrarias, realizando cierres patronales parciales (lock out), bloqueos de
rutas y puertos y otras medidas de acción directa.
Posteriormente, al conflicto se le sumó un paro de los empresarios transportistas con bloqueo de rutas, que agravó la situación y el abastecimiento de las ciudades.2
El proceso se politizó rápidamente y el oficialismo y sectores cercanos a éste, como la Federación Trabajo y Vivienda de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA), liderada por Luis D’Elía, y la Asociación Madres de Plaza de Mayo, acusaron a los dirigentes ruralistas, al ex-presidente Eduardo Duhalde y al multimedio Clarín de buscar la desestabilización del gobierno con el fin de provocar la caída de la presidenta Cristina Fernández deKirchner. 3 4 5 Dichas acusaciones fueron negadas por uno de los líderes del paro ruralista, Alfredo de Angeli, de la Federación Agraria Argentina, quien aseguró que las medidas de fuerza fueron pacíficas y que no buscaban desestabilizar al gobierno, sosteniendo también que «el gobierno promueve un golpe porque no sabe cómo arreglar el país». Asimismo, mientras la Unión Cívica Radical negó que tuviera intenciones desestabilizadoras, Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica, acusó el 4 de julio de 2008 al vicepresidente Julio Cobos, de formar parte de una conspiración golpista contra la presidenta Fernández, junto con el ex presidente Eduardo Duhalde.
El conflicto tuvo una primera escalada el 25 de marzo, cuando las organizaciones agroganaderas
decidieron extender la medida por tiempo indeterminado hasta que el gobierno «vuelva para atrás con el aumento de las retenciones»,12 y que la presidenta Cristina Fernández respondiera a la decisión afirmando que no negociaría mientras el lock out no fuera levantado.13 El paro afectó el comercio nacional e internacional, principalmente de alimentos y combustible, y el abastecimiento
de las ciudades.
En el curso del paro se produjeron manifestaciones masivas y declaraciones provenientes de distintos sectores, tanto a favor como en contra del paro, así como algunos hechos de violencia involucrando a simpatizantes de ambas posiciones. El gobierno y las cuatro organizaciones de productores rurales se reunieron varias veces para dialogar, sin llegar a ningún acuerdo.
En el curso del conflicto el gobierno anunció reformas al sistema cuestionado en dos ocasiones, el 31 de marzo y el 29 de mayo, en la primera estableciendo reintegros y subsidios a los pequeños productores y en la segunda para reducir las retenciones marginales que afectaban a losmercados de futuros. Las entidades empresarias consideraron que ambas reformas eran insuficientes o
inadecuadas.14 Durante el conflicto se registró también la renuncia del ministro de Economía Martín Lousteau, autor de las medidas cuestionadas por los ruralistas.15
Las medidas de fuerza declaradas por las asociaciones ruralistas fueron también implementadas por grupos ajenos a éstas y sin organización visible que los agrupe, se autodenominaron productores autoconvocados, y no siempre respondieron a las decisiones que adoptaron los convocantes del paro.
El 17 de junio la presidenta Fernández, envió al Congreso un proyecto de ley sobre las retenciones a las exportaciones de granos y las compensaciones a los pequeños productores, con el fin de que sea el Poder Legislativo el que resuelva en definitiva la situación. En la madrugada del 17 de julio, la Cámara de Senadores, en una votación que debió ser desempatada por el Vicepresidente
de la Nación, rechazó con el voto del ex presidente y senador Carlos Menem el proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo, que había sido previamente aprobado con modificaciones por la Cámara de Diputados. El 18 de julio la Presidenta de la Nación ordenó dejar sin efecto la Resolución 125/08, luego de lo cual uno de los dirigentes ruralistas dio por terminado el conflicto.
El 3 de octubre de 2008 las patronales declararon un nuevo paro por seis días con cortes parciales de rutas en caso de ser necesario, esta vez para reclamar la completa anulación de
las retenciones a la exportación.
La medida patronal se extendió por 129 días, desde el 11 de marzo de 2008 hasta el 18 de julio del mismo año, y culminó con la derogación de la Resolución 125/08 delMinisterio de Economía y Producción por parte de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Durante este tiempo las patronales agropecuarias declararon una serie de medidas con el fin de interrumpir algunas actividades económicas de sus asociados, así como el transporte interurbano y las exportaciones agrarias, realizando cierres patronales parciales (lock out), bloqueos de
rutas y puertos y otras medidas de acción directa.
Posteriormente, al conflicto se le sumó un paro de los empresarios transportistas con bloqueo de rutas, que agravó la situación y el abastecimiento de las ciudades.2
El proceso se politizó rápidamente y el oficialismo y sectores cercanos a éste, como la Federación Trabajo y Vivienda de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA), liderada por Luis D’Elía, y la Asociación Madres de Plaza de Mayo, acusaron a los dirigentes ruralistas, al ex-presidente Eduardo Duhalde y al multimedio Clarín de buscar la desestabilización del gobierno con el fin de provocar la caída de la presidenta Cristina Fernández deKirchner. 3 4 5 Dichas acusaciones fueron negadas por uno de los líderes del paro ruralista, Alfredo de Angeli, de la Federación Agraria Argentina, quien aseguró que las medidas de fuerza fueron pacíficas y que no buscaban desestabilizar al gobierno, sosteniendo también que «el gobierno promueve un golpe porque no sabe cómo arreglar el país». Asimismo, mientras la Unión Cívica Radical negó que tuviera intenciones desestabilizadoras, Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica, acusó el 4 de julio de 2008 al vicepresidente Julio Cobos, de formar parte de una conspiración golpista contra la presidenta Fernández, junto con el ex presidente Eduardo Duhalde.
El conflicto tuvo una primera escalada el 25 de marzo, cuando las organizaciones agroganaderas
decidieron extender la medida por tiempo indeterminado hasta que el gobierno «vuelva para atrás con el aumento de las retenciones»,12 y que la presidenta Cristina Fernández respondiera a la decisión afirmando que no negociaría mientras el lock out no fuera levantado.13 El paro afectó el comercio nacional e internacional, principalmente de alimentos y combustible, y el abastecimiento
de las ciudades.
En el curso del paro se produjeron manifestaciones masivas y declaraciones provenientes de distintos sectores, tanto a favor como en contra del paro, así como algunos hechos de violencia involucrando a simpatizantes de ambas posiciones. El gobierno y las cuatro organizaciones de productores rurales se reunieron varias veces para dialogar, sin llegar a ningún acuerdo.
En el curso del conflicto el gobierno anunció reformas al sistema cuestionado en dos ocasiones, el 31 de marzo y el 29 de mayo, en la primera estableciendo reintegros y subsidios a los pequeños productores y en la segunda para reducir las retenciones marginales que afectaban a losmercados de futuros. Las entidades empresarias consideraron que ambas reformas eran insuficientes o
inadecuadas.14 Durante el conflicto se registró también la renuncia del ministro de Economía Martín Lousteau, autor de las medidas cuestionadas por los ruralistas.15
Las medidas de fuerza declaradas por las asociaciones ruralistas fueron también implementadas por grupos ajenos a éstas y sin organización visible que los agrupe, se autodenominaron productores autoconvocados, y no siempre respondieron a las decisiones que adoptaron los convocantes del paro.
El 17 de junio la presidenta Fernández, envió al Congreso un proyecto de ley sobre las retenciones a las exportaciones de granos y las compensaciones a los pequeños productores, con el fin de que sea el Poder Legislativo el que resuelva en definitiva la situación. En la madrugada del 17 de julio, la Cámara de Senadores, en una votación que debió ser desempatada por el Vicepresidente
de la Nación, rechazó con el voto del ex presidente y senador Carlos Menem el proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo, que había sido previamente aprobado con modificaciones por la Cámara de Diputados. El 18 de julio la Presidenta de la Nación ordenó dejar sin efecto la Resolución 125/08, luego de lo cual uno de los dirigentes ruralistas dio por terminado el conflicto.
El 3 de octubre de 2008 las patronales declararon un nuevo paro por seis días con cortes parciales de rutas en caso de ser necesario, esta vez para reclamar la completa anulación de
las retenciones a la exportación.
Fuente: Wikipedia