*CÁNTICO FANTASMAL*
En mil calles desoladas, plagadas de fiebre invernal
deambulaban mis rodillas para allí ganarme el pan,
y al tiritar de mis huesos oí una voz sepulcral,
me decía que resista, “¡que el invierno pasará”.
*[2]*
—No he de caer en tu lecho, gélido suelo glacial,
voy a esquivar tu guadaña de negra saña y de mal.—
Mas, la voz se hizo tan fuerte como un torrente espectral
y taladraba a mi mente su cántico fantasmal.
*[3]*
En la esquina de las sombras, confieso que abandonar
se cruzó por mi cabeza con niebla y oscuridad.
Mi sangre se hizo de hielo al ver la cruel realidad,
que mi piel ya era ceniza que con el viento se va.
*[4]*
¡Hay que pasar el invierno! ¡Tragá saliva! ¡AGUANTÁ!
Que no hay bandera a recuadros pero sí una vuelta más.
Escuchaba su alarido del que no pude escapar,
y la voz siguió insistiendo con su cántico fantasmal…
[ESTRIBILLO]
—¡Lo sé, resistirás… ¡Aunque el témpano te quiera sepultar!—
Dijo el timbre de diamante… ¡Gélido de claridad!
—¡No te rindas! Que tus hombros… siempre fueron de luchar.
—¡No te rindas! Que en tu pecho reina un corazón de paz.
—¡No te rindas! Que tu alma no se cansó de intentar...
—¡No te rindas! Que tu espíritu es valiente y es tenaz.
Y en medio del temporal se oyó el último grito inmortal…
¡Fue un cántico fantasmal!…
*[5]*
Continué avanzando a pasos, seguí sin mirar atrás,
mientras chillaba en mi oído el afilado metal.
Pude ver su curva hoja, la vi a lo lejos brillar
y una fila interminable de almas en soledad.
*[6]*
Si la historia es una noria, ciclos de nunca acabar
comprendí que soy un tiempo que vive siempre y jamás…
Y así pasó el inclemente cielo de ajenjo y de sal,
y una dulce primavera trinó desde el manantial.
[ESTRIBILLO]
—¡Lo sé, resistirás… ¡Aunque el témpano te quiera sepultar!—
Dijo el timbre de diamante… ¡Gélido de claridad!
—¡No te rindas! Que tus hombros… siempre fueron de luchar.
—¡No te rindas! Que en tu pecho reina un corazón de paz.
—¡No te rindas! Que tu alma no se cansó de intentar...
—¡No te rindas! Que tu espíritu es valiente y es tenaz.
Y en medio del temporal se oyó el último grito inmortal…
¡Fue un cántico fantasmal!…
(BIS)