YO NO ME PRENDO EN EL TONGO
se apoderó de Argentina,
un aguijón, una espina
mientras calla el periodismo.
Por eso, desde el lirismo
poético que propongo,
a la mentira me opongo
pues no vendo mi silencio,
a la verdad reverencio:
yo no me prendo en el tongo.
compró la firma de jueces,
y penurias de escaseces
hunden al pueblo en dolor.
Contemplo con estupor
y escasez en el mondongo
que ya estamos peor que el Congo
y en este vil lupanar,
pocos comen del caviar:
yo no me prendo en el tongo.
a armada y gendarmería,
y a ejército y policía
los mantienen desarmados.
Algunos amenazados,
(yo contra esto rezongo)
y recto al abismo -expongo-
que al pueblo van a arrastrar,
la libertad no he de arriar:
yo no me prendo en el tongo.
que a muchos hace callar,
mientras crece el muladar,
causa de gente maligna.
Y la buena se resigna
sin cambiar ningún diptongo,
meta pan duro y bailongo
aun si vuelca su convoy,
predicando “viví el hoy”:
yo no me prendo en el tongo.
compraron a intelectuales,
callan los cuadros gremiales
y los críticos de diarios.
Una legión de corsarios
proliferan como el hongo,
no se ha salvado ni mongo
y cayeron las caretas,
ahora van por los poetas:
yo no me prendo en el tongo.
violando su propia ley,
mira a otro lado la grey
de acólitos silenciados.
Alfiles acomodados
guardan silencio -supongo-,
mis pensamientos expongo
con mi estilo de versar,
la verdad no ha de callar:
yo no me prendo en el tongo.