A
TU ALMA ADORMECIDA
I
Pa
vos muchacha que andás
de
noche de un lado al otro
y
a tus amigos, nosotros,
tus
encantos dedicás.
Pa'
vos que te emborrachás
en
la noche cruel, del vicio
y
a tu alma el sacrificio
de
tus alegría le impones
yo
te pido me escuches
pues
mi sentir no es ficticio.
II
Tu
vida no me interesa,
pero
le canto a tu vida,
a
esa almita adormecida
que
es hija de tu pureza.
A
la escondida belleza
de
tu alma yo le canto,
sí,
muchacha, a tu quebranto,
que
ahogar con alcohol querés,
pero
ahogarlo no podés
y
a solas matas, con llanto.
III
Yo
te pido, no desdeñes
mis
palabras, muchachita,
pues
quiero que de tu almita
mis
sentimientos se adueñen.
No
muchacha, no te empeñes
en
mostrar lo que no sientes,
la
blancura de tus dientes
no
marquen tu carcajada
que
allí, en tu risa alocada
está
tu dolor latente.
IV
Sí,
ya sé, que me interesa
de
tu vida, ya lo sé,
que
lo que vos padecés
está
en tu hermosa cabeza.
Qué
me importan tus tristezas
si
soy como los demás
que
solo buscan el fugaz
placer
que tu carne brinda,
perdón,
muchachita linda,
ya
no puedo hablarte más.
Juan Arrestía