LA VENDEDORA DE LIBROS
Caminando por la vida
con el corazón herido
llegué hasta calle Florida
deseando comprar un libro.
Un libro de poesías
para endulzarme el oído,
que suavice mi agonía,
que llene en mi alma el vacío.
Encontré una librería
que tenía un buen surtido.
Apenas entré allí, sonreía
la vendedora de libros.
Mientras ella me atendía,
y escuchaba mi pedido,
mi alegre corazón latía,
y hacía su tarea Cupido.
Ella hablaba y ofrecía
algún autor conocido.
Y me olvidé yo de la poesía,
y a sus pies quedé rendido.
Ella fue la vendedora
que me vendió el mejor libro.
Y fue el libro de su vida,
el que hasta hoy compartimos.
Dedicado a: Mario Cuniglio ♥ Ana D'Antonio.
© Rubén Sada. 13-08-2008