PERDIDO EN LA TORMENTA
esperando que lleguen madrugadas eternas,
sintiendo que mi alma estaba media muerta,
creyendo para mí ya necesaria una parcela,
luego de casi extinguirme en forma lenta
derramando muchas lágrimas en la tierra
salí a caminar en forma incierta.
Estaba perdido en la ciudad desierta
buscando una noble mano abierta
huyendo de una impiadosa tormenta
y empapado de los pies a la cabeza,
dando pasos al viento, ya sin fuerzas,
buscando alguna seca taberna,
para poder desahogar mis penas.
Deambulé en esa noche cruenta
en el mismo borde de la carretera
de esta metrópolis que se mece violenta,
salté esquivando peligrosas piedras
y tratando de golpear cada puerta
durante esa negra noche turbulenta.
Supliqué por un alma que me comprenda.
Seguí preguntando lo que no tiene respuesta
pues el amor no es más que una quimera.
Desearía poder ver el rumbo y las estrellas
en medio del candor de la primavera,
y llegarme a enamorar sin darme cuenta.
Estaba perdido en la feroz tormenta
y tú... ahora apareces en mi vida... y entras...
©Rubén Sada 11/01/2007.