Ha bajado de una estrella desde colosal distancia,
la magnánima epopeya, un ADN de palabras
que me imprime con su huella la canción que dicta el alma
y me pone en la derecha lo que el izquierdo reclama.
Esta danza pura y bella de la hélice que gira,
me enaltece y me potencia, me transmite su energía,
su torbellino me alumbra y su luz me da la guía,
su silueta de doncella se convierte en poesía.
*[2]*
Gira y sube el remolino impulsado por el vuelo
de la pluma y su destino, tinta dulce de consuelo.
El preciado manuscrito se calienta con el hielo
y se eleva al infinito donde no halla fin el cielo.
Más allá de la galaxia, de un eterno violoncello
la inagotable oda canta y derrama en mi pañuelo
mil carcajadas de lágrimas, cristales de terciopelo,
un cable a tierra de palabras de ajenjo y de caramelo.
*[ESTRIBILLO]*
*[3]*
Es la esencia del mañana un lenguaje helicoidal,
meteoritos de metáforas tendré que atravesar,
pero nacerá en el alba una maravilla astral
que volará por el mundo desde el hoy al más allá.
Una auténtica rapsodia remontó en tirabuzón,
se sumaron fantasía, melodía y diapasón,
para armar una canción, sentimientos, ilusión,
convertidos en poesía disparada al corazón.
*[ESTRIBILLO]*










