EL PLAGIO
DIÁLOGO POÉTICO entre:
RUBÉN SADA - JOEL MÁRQUEZ SÁNCHEZ - POETA BALDOR
—Rubén Sada—1
De vida, ser plagiador
en mi escrito es lo que busco,
pues vivencias reproduzco
en décimas con amor.
Se enriquece el escritor
y endulza su paladar,
embellece su versar,
de sus letras se hace cargo,
sin pasar el trago amargo
que lo acusa de plagiar.
—Joel Márquez Sánchez—1
Yo también supe plagiar
a Sardiñas y a Pimienta
sin que yo me diera cuenta
en mi estilo singular.
El verso sabe a caviar
si el plagio está camuflado,
y por eso estoy atado
así cotidianamente
aunque el poeta esté ausente,
en plagios es recordado.
Yo he plagiado demasiado
a los poetas que oí,
traté de plagiarte a ti
y quedaste mal copiado.
También creí haber plagiado
mucho al maestro Rubén
pero lo hice mal también
y aunque plagiar es muy feo,
cada que no los 'plageo'
no me sale nada bien.
—Rubén Sada—2
¡Sigue plagiando, Joel!
¡Plagia letras con destreza!
Sigue copiando belleza
en tus versos de clavel.
Copia a estrofas tu vergel
y que se llene de flores,
copia imágenes y olores
y que tu verso genuino
sea copia de un camino
lleno de luz y colores.
—Joel Márquez Sánchez—2
Yo pienso que sí has logrado
plagiar tan genuinamente
pues miro tu coeficiente
intelectual elevado.
El reto de ser plagiado
y de plagiar es un arte
que yo trato de buscarte
por tu espinela bendita
ya que mi rima finita
no va a dejar de elogiarte.
Yo también quise plagiar
un día a don Juan Tenorio
pero el proyecto ilusorio
terminó por fracasar.
También quise enamorar
a una bella Dulcinea
con una estampa europea,
pero en medio del camino
con un enorme molino
me enfrasqué en una pelea.
—Rubén Sada—3
Yo también fui plagiador
de las horas de mi vida
y mi pluma bendecida
plagió el árbol del amor...
Como Joel y Baldor
ese arte desarrollo,
no llegué a flor, soy cogollo,
mas, cinco frutos acuno,
y ustedes dos, cada uno,
ya poseen un pimpollo.
—Joel Márquez Sánchez—3
En un intento de plagio
con el pincel de la idea
me asomé por La Odisea
pero terminé en naufragio.
Me llené de un mal presagio
que desistí de plagiar,
pero yo volví a intentar
el plagio con mi grafito:
al autor de El Principito
que nadie puede olvidar.
Yo quise plagiar a Homero
en medio de una batalla,
levantando una muralla
como un troyano guerrero.
Me sentí invencible pero
cada que escribo un ensayo
veo que me cae un rayo
que me hace esconderme atrás
de los muros y además
siempre me engaña un caballo.
—Rubén Sada—4
¡Plagia triunfo y naufragio!...
Que de la vida se aprende,
mientras tu décima extiende
sus alas en un adagio.
Pues volar no es hacer plagio
si se cultivan palmadas,
tus plumas son agitadas
y pondrás tu vista al cielo,
¡acompañaré tu vuelo
y seré de tu bandada!
—Joel Márquez Sánchez—4
A Homero yo lo plagié
y hasta me vendé los ojos
para describir los rojos
sentimientos de su fe.
Y simplemente fallé...
¿Por cuántos errores? ¡Miles!
Tal parecen infantiles
mis intentos por plagiar
que terminé por matar
al griego guerrero Aquiles.
Fui Ulises en la Odisea,
sin saber aún que Homero
me haría ser prisionero
de la mar y su marea.
Quise darle una pelea
en una humilde barcaza
pero ese mar me amenaza
con un bravío oleaje
y aún sigo en ese viaje
sin poder volver casa.
—Rubén Sada—5
Sabe de plagio el poeta
que plagia la luz del sol
con la de un verso farol
que ilumina su planeta.
Su palabra es la saeta
que plagia a la de Cupido,
si su poema sentido
atraviesa piel y alma,
y va plagiando su calma
a un corazón con latido.
—Joel Márquez Sánchez—5
Al tema impuesto me amparo
desde la cultura griega
parece que en mí navega
un Caronte con un faro.
Mi plagio se ve tan raro
que Caronte no es certero,
pues lleva en su derrotero
líquido a almas sonrientes
que no se ven penitentes
cuando llegan con Cerbero.
—Poeta Baldor—5
Quise plagiar a Neruda
creyendo ser excelente
pero me sentí ausente
pues mi voz se quedó muda.
Por eso antes que acuda
la vejez con su severa
estocada que acelera
el tiempo con mis dolores,
veré si cortando flores
detengo la primavera.
—Joel Márquez Sánchez—6
Desde mi libre albedrío
con todo mi corazón
yo plagié la inspiración
del grande Rubén Darío.
Pero me metí en un lío
difícil de resolver
pues recordé sin querer
a una mujer olvidada,
que yo la dejé enclaustrada
en la prisión del ayer.
—Poeta Baldor—6
Yo también copié la escena
de Moby Dick en un cuento
y en ese mismo momento
me tragaba una ballena.
Copiar no vale la pena
cuando copiando divago
pues yo copié a Saramago
y como un ciego quedé
porque mi vista no ve
todas las cosas que hago.
Emulando de esa forma
se me acalambran los pies
porque yo plagié a Moisés
con la Torá como norma.
Como el mundo se transforma
y cambian sus pensamientos
pudieran quedar sedientos
a la verdad y justicia
por eso mi plagio oficia
la luz de Diez Mandamientos.
—Rubén Sada—8
Mis intentos de plagiar
hoy siguen estando en pie,
a Cervantes ya copié
en su andanza de juglar.
Y a un escritor ejemplar
que en Argentina ha estado,
yo creí que hube plagiado,
al ilustre Martín Fierro,
mas hoy veo que le erro:
¡y acabé estando oxidado!
A George Lucas le plagié
el arte de ser Jedai,
futurista samurai
que a mi lápiz integré.
La fuerza yo la encontré
en mi pantalla, en mi muro,
y cuando sentí el conjuro
del maligno 'Darth Vadér'
me convertí sin querer
en Jedai del lado oscuro.
Plagio lo bueno, pues siento
que eso a mi me vindica
y que un verso multiplica
bendiciones por el viento.
Yo como agradecimiento
a Dios le doy: mi alegría,
una oración cada día,
horas de meditación,
mi contrito corazón
Y mi valiosa poesía.
—Joel Márquez Sánchez—
Nos vamos de los rincones
del plagio a otro destino...
—Poeta Baldor—
Por un sendero divino
escrito en varios renglones.
—Joel Márquez Sánchez—
Con este plagio me pones
un mundo improvisador...
—Poeta Baldor—
Y copiando a cada autor
en un mundo de papel...
—Joel Márquez Sánchez—
Donde el poeta Joel
plagió con Sada y Baldor.
...
© Rubén Sada, Joel Márquez [Poetáfora] y Poeta Baldor. 15/12/2020.