15 de octubre de 2012

EULOGIA TAPIA, UNA MUJER



EULOGIA TAPIA, UNA MUJER


“Viene en un caballo blanco, la caja en sus manos tiembla
y cuando se hunde en la noche, es una dalia morena.”
La Pomeña – Manuel J. Castilla.

En nuestra vasta Argentina que de jactarse se empeña
hay millones de pomeñas a la vuelta de la esquina.
Neustadt nombró ‘Doña Rosa’ a la mujer hogareña,
que tanto bien desempeña: trabajadora y esposa.

Así como Tapia Eulogia, esa gran mujer salteña, 

aparentan ser pequeñas, mas son de gran humildad,
en el campo y en ciudad, región oeste o norteña,
litoral, región sureña, luchadoras de verdad. 

Cambian risas juveniles que duran un santiamén

por ‘boletos’ en un tren atestado de seniles, 
madrugando a sus trabajos, que han de darles de comer,
cambiando su florecer por la rutina a destajo.

Luego llega el falso amor, y su brillante sonrisa

se evapora tan deprisa como el gas de la ilusión,
y cuando cae el botón de su vestido floreado
se hace padre disfrazado, papá por obligación. 

La tersura de su piel fue herida por amarguras,

sus palabras de dulzura transmutan en triste hiel.
Y en zanja de seco suelo del que ya no es más su dueña,
duerme aquí nuestra pomeña como tributo al desvelo. 

Toda la vida soñando obtener más que victorias,

y esfumándose la historia, van construyendo el mañana,
y con garra de hembra humana triunfan en contrapunto,
y le dan ejemplo al mundo, millones de Eulogias Tapias.

© Rubén Sada. 7/01/2012.

Participó del Concurso de Poesía de Verano 2012 del Grupo Almafuerte. Obtuvo una MENCIÓN DE PRIMEROS FINALISTAS en el citado concurso literario.

http://premios-rubensada.blogspot.com.ar/2012/10/mencion-primeros-finalistas-por-poema.html

13 de septiembre de 2012

Doña Primavera - De Gabriela Mistral - Poema Día de la Primavera



Poema Doña Primavera


Doña Primavera
viste que es primor,
viste en limonero
y en naranjo en flor.

Lleva por sandalias
unas anchas hojas,
y por caravanas
unas fucsias rojas.

Salid a encontrarla
por esos caminos.
¡Va loca de soles
y loca de trinos!

Doña Primavera
de aliento fecundo,
se ríe de todas
las penas del mundo...

No cree al que le hable
de las vidas ruines.
¿Cómo va a toparlas
entre los jazmines?

¿Cómo va a encontralas
junto de las fuentes
de espejos dorados
y cantos ardientes?

De la tierra enferma
en las pardas grietas,
enciende rosales
de rojas piruetas.

Pone sus encajes,
prende sus verduras,
en la piedra triste
de las sepulturas...

Doña Primavera
de manos gloriosas,
haz que por la vida
derramemos rosas:

Rosas de alegría,
rosas de perdón,
rosas de cariño,
y de exultación.

Gabriela Mistral


8 de septiembre de 2012

A MI MESA (Poema de Baldomero Fernández Moreno)



A MI MESA (Poema de Baldomero Fernández Moreno)



Desnuda como un yunque, mesa mía,
no admites ni una flor para tu adorno,
nada se aquieta en ti ni permanece:
el torrente infantil lo barre todo.

Negro tintero, blando cartapacio,
búcaro de cristal o marco de oro
hace mucho que están en las alturas
o yacen de cajones en el fondo.


Cuando me llego a ti ya voy completo:
el pensamiento musical y pronto,
estilográfica en la mano
y una hoja sale de un bolsillo o de otro,


¿Cómo será una mesa aderezada
bajo la fija claridad de un foco,
con una rosa erguida en una copa,
sin una brizna de papel o polvo?


La pluma ha de correr oleosamente
y el período o la estrofa fluir solos.
Mas ¿quién piensa en el orden un instante
bailando alrededor varios demonios

que saltan sobre ti como si fueras
en la campaña fugitivo potro?


Éste abre su libro de lectura,
ése levanta mapas policromos,
aquél corta figuras de revistas
y las pega en cuadernos ampulosos
a pinceladas de indomable engrudo
que, de paso, salpican el contorno.


Tal vez así se escriba con ventaja,
entre gritos, moquetes y sollozos,
y el cerebro agradezca el espolazo
como el fijar el hierro presuroso,
como la tierra el filo de la reja
o como el mar los remos espumosos.


Así te han puesto más de quince años
cual banco de escolares revoltosos,
que elaborando sobre ti se han ido
el verso más o menos primoroso
o la resta pueril, o el mapa alegre,
cosas de niño, de poeta y loco.


Sobre tu desnudez leo y medito
contra la tabla, persistente, el codo,
o me cruzo de brazos resignado
en la actitud cerrada del estoico.

Mesa: estés como estés, así te dejo,
ni te pulo, te lustro, ni repongo,
hemos de continuar como hasta ahora:
ya sabemos los dos que falta poco.

Baldomero Fernández Moreno


Uno de los poemas más conocidos de este autor argentino es: 

SETENTA BALCONES Y NINGUNA FLOR

Biografía de Baldomero Fernández Moreno
Poeta argentino
1886 - 1950

Baldomero Fernández Moreno nació en Buenos Aires, en el barrio de San Telmo, el 15 de noviembre de 1886. Su poesía ha inmortalizado la geografía íntima de los barrios porteños y la cálida placidez de las provincias y el campo argentino.

Su infancia en España y su admiración por Antonio Machado también han dejado huella en su obra, ajena al modernismo en boga cuando publica su primer libro (Las iniciales del misal). Su obra bella, transparente y profunda ha sido alcanzada sólo por grandes poetas.

"Versos de Negrita", "Intermedio Provincial" y "Ciudad" son algunos de sus más reconocidos poemas. Baldomero Fernandez Moreno muere el 7 de junio por un derrame cerebral.

4 de septiembre de 2012

EN DEFENSA DE LAS RIMAS (Soneto con estrambote)


EN DEFENSA DE LAS RIMAS 

(Soneto con estrambote)

Quienes dicen: “La rima es anticuada”
y un milenio desprecian poesía,
de palabra escasez, y en carestía
no podrán hilvanar dos versos, nada.

De “moderna”, la hallamos disfrazada
pero es prosa, sin metro ni armonía.
¿Por qué osas matar la melodía
si la hermosa cadencia no te agrada?

Si a narrativa en la lectura animas
respetaré tu decisión tomada,
mas, no restes valor a bellas rimas.

¡No des nunca embestida despiadada,
pues la música a bestias apacigua!
¡La retórica en rima no es antigua!

¡Si hasta la simetría
de cualquier flor de orquídea tiene rima
con tu cuerpo, mujer, de poesía!

© Rubén Sada (04/09/2012).

(Escrito luego de sentirme agredido por quien expresó que “la rima es anticuada” aunque hoy tiene vigencia a cada momento, por ejemplo en la composición de canciones. Considero que no sabe rimar el que no tiene dominio del idioma castellano, tarea para lo cual hay que leer mucho. Esta incapacidad de cultivar el dominio de la palabra, a menudo ha disfrazado a la “mediocridad” de “modernidad”).

13 de julio de 2012

LA TIERRA (Poema ecológico en dueto con Etel Carpi, poeta de Los Toldos )


LA TIERRA


1) Etel Carpi:

La Tierra clama ¡piedad! desde el Ecuador a los Polos.
Arítmicas convulsiones nacen desde sus entrañas.
Glaciares que se deshielan; ríos oscuros de lodo
entierran toda la vida cuando llueve en la montaña.

2) Rubén Sada:

Siempre y cuando se revierta la actual tendencia malsana
puede existir un mañana con conciencias muy despiertas.
Sembrando con poesía, volviendo a los vegetales,
evitaremos más males e impedir la “fihombrería”.

3) Etel Carpi:

El hombre enfermo viola las leyes de NATURALEZA
contaminando sin mesura mares, ríos y el aire
porque afirma y cree en la eternidad de nuestro PLANETA
pero nada lo salvará si tala sus árboles.

4) Rubén Sada:

Si se tala hay que plantar, forestar purificando,
y me pregunto ‘hasta cuándo’ será el talar por talar.
Hasta cuándo será el mar depósito de petróleo,
y ese hermoso bosque arbóreo se empiece a multiplicar.

5) Etel Carpi:

Es hora de limpiar su sangre de todos los venenos
hemos derramado sin piedad en sus verdes arterias.
¡Basta de bosques talados!, y ¡basta de mares negros!
Aprendamos todos juntos a disfrutar su belleza.

6) Rubén Sada:

Existe sólo una Tierra, y si no la protegemos...
¿adónde más viviremos, si el círculo se nos cierra?
¡Basta ya de polución! ¡Basta de crear daños!
Conciencia año tras año será buena solución.

Autores: Etel Carpi y Rubén Sada. 09/07/2012.

12 de julio de 2012

SALVAJES COMO BESTIAS



Salvajes como bestias

"O vivimos todos juntos como hermanos, 

o pereceremos todos juntos como idiotas"
Martin Luther King. 

Una manada de bestias, la resaca de animales
se desesperan, hambrientas, para devorar la carne.
En una cueva antiatómica ellas buscan refugiarse,
planificando el botín, que mezquinas, se reparten.

Queda ya en la ‘fihombrería’ casi nada de fiambre
y entre ellas se pelean porque todas tienen hambre.
Desean seguir comiendo, desgarrando hasta saciarse,
aquí es la ley del más fuerte, su instinto es fiero y salvaje.

Se perdió la humanidad, la codicia es vergonzante,
la vida no es para débiles, se fueron como sobrantes.
No existen niños que muerdan tanto amargo chocolate,
sólo vive quien mastica el barro con llanto y sangre.

Queda poco, casi nada, en la fiesta de los grandes,
y no alcanza para todos, hay que pelear a matarse.
Es un desfile de bestias, que en crueles atrocidades,
no se dan cuenta que de ésta, no sobrevivirá nadie.

Rubén Sada (12/07/2012)

Nota del autor: Con el término "fihombrería" que utilicé en este poema, contracción de las palabras "fiambre" y "hombre", quiero referirme al método de convertir la carne de los hombres en "fiambres", palabra lunfarda que se refiere a los cadáveres.
Aunque no existe en el diccionario de la RAE, esta palabra fue acuñada por mí, ya que no hay antecedentes en Google de haber sido usada antes por nadie.


8 de julio de 2012

LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO (de Gabriel Celaya)

pluma poeta poesía


LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO

Cuando ya nada se espera personalmente exaltante, 
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia, 
fieramente existiendo, ciegamente afirmado, 
como un pulso que golpea las tinieblas,

cuando se miran de frente 
los vertiginosos ojos claros de la muerte, 
se dicen las verdades: 
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.

Se dicen los poemas 
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados, 
piden ser, piden ritmo, 
piden ley para aquello que sienten excesivo.

Con la velocidad del instinto, 
con el rayo del prodigio, 
como mágica evidencia, lo real se nos convierte 
en lo idéntico a sí mismo.

Poesía para el pobre, poesía necesaria 
como el pan de cada día, 
como el aire que exigimos trece veces por minuto, 
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan 
decir que somos quien somos, 
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno. 
Estamos tocando el fondo.

Maldigo la poesía concebida como un lujo 
cultural por los neutrales 
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden. 
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.

Hago mías las faltas.  Siento en mí a cuantos sufren 
y canto respirando. 
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas 
personales, me ensancho.

Quisiera daros vida, provocar nuevos actos, 
y calculo por eso con técnica qué puedo. 
Me siento un ingeniero del verso y un obrero 
que trabaja con otros a España en sus aceros.

Tal es mi poesía: poesía-herramienta 
a la vez que latido de lo unánime y ciego. 
Tal es, arma cargada de futuro expansivo 
con que te apunto al pecho.

No es una poesía gota a gota pensada. 
No es un bello producto. No es un fruto perfecto. 
Es algo como el aire que todos respiramos 
y es el canto que espacía cuanto dentro llevamos.

Son palabras que todos repetimos sintiendo 
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado. 
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre. 
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.


Gabriel Celaya

27 de junio de 2012

AHÍ VA LA POBREZA (por Carlos Ramón Fernández)


AHÍ VA LA POBREZA

(Carlos Ramón Fernández) (Ritmo de Vals)

He visto en mi pueblo, andar en sus calles y por sus veredas,
a un niñito rubio cabeza de trigo pidiendo monedas.
La gente que pasa alegre a su lado, no se ha dado cuenta
que bajo esa ropa llena de remiendos, ahí va la pobreza.
Zapatillas rotas que en sus agujeros un sapito muestra,
su cara agrietada por mañanas frías de viento y de tierra,
y los ojos tristes de ver en la calle tanta indiferencia,
mientras dos monedas lleva en una mano ¡ahí va la pobreza!

Pido a los que van, caminando el mundo, y que sólo piensan
en comprar las armas, ese hierro frío símbolo de guerra,
contemplen un día a esos niños tristes de humildes viviendas,
y gaste el dinero comprando las armas de matar miseria.
Así ya no vemos al niñito rubio lleno de tristeza,
que no tiene sueños ni de calesitas ni de ir a la escuela,
que no ha conocido jamás un juguete y que algunos piensan,
al verlo pasar de vuelta a su casa: ¡ahí va la pobreza!

Lleva los bolsillos llenos de balines y pequeñas piedras,
que son municiones de matar gorriones para su gomera.
La ‘número 5’ se la han prometido pero nunca llega,
y los reyes magos por su humilde casa no pasan ni cerca.
No mira los kioscos porque golosinas ya no le interesan,
comprará el puchero que tres hermanitos en su casa esperan,
pero hoy será poco porque ya la gente no le da monedas,
de cabeza gacha va rumbo a su casa: ¡ahí va la pobreza!

Pido a los que van, caminando el mundo, y que sólo piensan,
en comprar las armas, ese hierro frío símbolo de guerra,
contemplen un día a esos niños tristes de humildes viviendas,
y gaste el dinero comprando las armas de matar miseria.
Así ya no vemos al niñito rubio lleno de tristeza,
que no tiene sueños ni de calesitas ni de ir a la escuela,
que no ha conocido jamás un juguete y que algunos piensan,
al verlo pasar de vuelta a su casa: ¡ahí va la pobreza!
al verlo pasar de vuelta a su casa: ¡ahí va la pobreza!

Carlos Ramón Fernández.

28 de mayo de 2012

EL BRINDIS DEL BOHEMIO (Poema de Guillermo Aguirre y Fierro)



EL BRINDIS DEL BOHEMIO 

Autor: Guillermo Aguirre y Fierro.

En torno de una mesa de cantina,
una noche de invierno,
regocijadamente departían
seis alegres bohemios.

Los ecos de sus risas escapaban
y de aquel barrio quieto
iban a interrumpir el imponente
y profundo silencio.

El humo de olorosos cigarrillos
en espirales se elevaba al cielo,
simbolizando al resolverse en nada,
la vida de los sueños.

Pero en todos los labios había risas,
inspiración en todos los cerebros,
y, repartidas en la mesa, copas
pletóricas de ron, whisky o ajenjo.

Era curioso ver aquel conjunto,
aquel grupo bohemio,
del que brotaba la palabra chusca,
la que vierte veneno,
lo mismo que, melosa y delicada,
la música de un verso.

A cada nueva libación, las penas
hallábanse más lejos del grupo,
y nueva inspiración llegaba
a todos los cerebros,
con el idilio roto que venía
en alas del recuerdo.

Olvidaba decir que aquella noche,
aquel grupo bohemio
celebraba entre risas, libaciones,
chascarrillos y versos,
la agonía de un año que amarguras
dejó en todos los pechos,
y la llegada, consecuencia lógica,
del “Feliz Año Nuevo”...

Una voz varonil dijo de pronto:
—Las doce, compañeros;
Digamos el “requiéscat” por el año
que ha pasado a formar entre los muertos.
¡Brindemos por el año que comienza!
Porque nos traiga ensueños;
porque no sea su equipaje un cúmulo
de amargos desconsuelos...

—Brindo, dijo otra voz, por la esperanza
que a la vida nos lanza,
de vencer los rigores del destino,
por la esperanza, nuestra dulce amiga,
que las penas mitiga
y convierte en vergel nuestro camino.

Brindo porque ya hubiese a mi existencia
puesto fin con violencia
esgrimiendo en mi frente mi venganza;
si en mi cielo de tul limpio y divino
no alumbrara mi sino
una pálida estrella: Mi esperanza.

—¡Bravo! Dijeron todos, inspirado
esta noche has estado
y hablaste bueno, breve y sustancioso.
El turno es de Raúl; alce su copa
Y brinde por... Europa,
Ya que su extranjerismo es delicioso...

—Bebo y brindo, clamó el interpelado;
brindo por mi pasado,
que fue de luz, de amor y de alegría,
y en el que hubo mujeres seductoras
y frentes soñadoras
que se juntaron con la frente mía...

Brindo por el ayer que en la amargura
que hoy cubre de negrura
mi corazón, esparce sus consuelos
trayendo hasta mi mente las dulzuras
de goces, de ternuras,
de dichas, de deliquios, de desvelos.

—Yo brindo, dijo Juan, porque en mi mente
brote un torrente
de inspiración divina y seductora,
porque vibre en las cuerdas de mi lira
el verso que suspira,
que sonríe, que canta y que enamora.

Brindo porque mis versos cual saetas
Lleguen hasta las grietas
Formadas de metal y de granito
Del corazón de la mujer ingrata
Que a desdenes me mata...
¡pero que tiene un cuerpo muy bonito!

Porque a su corazón llegue mi canto,
porque enjuguen mi llanto
sus manos que me causan embelesos;
porque con creces mi pasión me pague...
¡vamos!, porque me embriague
con el divino néctar de sus besos.

Siguió la tempestad de frases vanas,
de aquellas tan humanas
que hallan en todas partes acomodo,
y en cada frase de entusiasmo ardiente,
hubo ovación creciente,
y libaciones y reír y todo.

Se brindó por la Patria, por las flores,
por los castos amores
que hacen un valladar de una ventana,
y por esas pasiones voluptuosas
que el fango del placer llena de rosas
y hacen de la mujer la cortesana.

Sólo faltaba un brindis, el de Arturo.
El del bohemio puro,
De noble corazón y gran cabeza;
Aquél que sin ambages declaraba
Que solo ambicionaba
Robarle inspiración a la tristeza.

Por todos estrechado, alzó la copa
Frente a la alegre tropa
Desbordante de risas y de contento;
Los inundó en la luz de una mirada,
Sacudió su melena alborotada
Y dijo así, con inspirado acento:

—Brindo por la mujer, mas no por ésa
en la que halláis consuelo en la tristeza,
rescoldo del placer ¡desventurados!;
no por esa que os brinda sus hechizos
cuando besáis sus rizos
artificiosamente perfumados.

Yo no brindo por ella, compañeros,
siento por esta vez no complaceros.
Brindo por la mujer, pero por una,
por la que me brindó sus embelesos
y me envolvió en sus besos:
por la mujer que me arrulló en la cuna.

Por la mujer que me enseño de niño
lo que vale el cariño
exquisito, profundo y verdadero;
por la mujer que me arrulló en sus brazos
y que me dio en pedazos,
uno por uno, el corazón entero.

¡Por mi Madre! Bohemios, por la anciana
que piensa en el mañana
como en algo muy dulce y muy deseado,
porque sueña tal vez, que mi destino
me señala el camino
por el que volveré pronto a su lado.

Por la anciana adorada y bendecida,
por la que con su sangre me dio vida,
y ternura y cariño;
por la que fue la luz del alma mía,
y lloró de alegría,
sintiendo mi cabeza en su corpiño.

Por esa brindo yo, dejad que llore,
que en lágrimas desflore
esta pena letal que me asesina;
dejad que brinde por mi madre ausente,
por la que llora y siente
que mi ausencia es un fuego que calcina.

Por la anciana infeliz que sufre y llora
y que del cielo implora
que vuelva yo muy pronto a estar con ella;
por mi Madre, bohemios, que es dulzura
vertida en mi amargura
y en esta noche de mi vida, estrella...

El bohemio calló; ningún acento
profanó el sentimiento
nacido del dolor y la ternura,
y pareció que sobre aquel ambiente
flotaba inmensamente
un poema de amor y de amargura.


Guillermo Aguirre y Fierro nació en 
San Luis Potosí en 1887 y falleció en 1949.

22 de mayo de 2012

NO QUIERO MÁS GUERRA (Canción de Héctor Corredor Cuervo)


¡NO QUIERO MÁS GUERRA!


Por Héctor José Corredor Cuervo
                
Yo quiero un lugar que esté en primavera,
donde salga el sol detrás de la sierra.
Deseo que la luna, la estrella, el lucero
vuelvan a brillar en el mundo entero.

Quiero  que  los surcos de cada labranza
nos den las cosechas de paz y esperanza.                                    
Deseo ver hogares llenos de ilusiones
donde exista amor en los corazones.

No quiero más odio, no quiero más guerra,
añoro la  paz en toda la tierra.
No quiero más odio, no quiero más guerra,
añoro la  paz en toda la tierra.

Quisiera  que las aves vuelvan a sus nidos
que abandonaron en campos floridos.
Deseo que la gente retorne a poblados
sin temor o miedo de ser secuestrados.

Quiero que los niños tengan su cuna
con calor de padres en medio de fortuna.
Deseo que en mi patria reine la alegría,
que vuelvan los sueños con su fantasía.

No quiero más odio, no quiero más guerra,
añoro la  paz en toda la tierra.
No quiero más odio, no quiero más guerra,
añoro la  paz en toda la tierra.
No quiero más odio, no quiero más guerra,
añoro la  paz en toda la tierra.
No quiero más odio, no quiero más guerra,
añoro la  paz en toda la tierra.

(Autor: Héctor José Corredor Cuervo - Poeta de Colombia)



Bogotá  DC. mayo 22 de 2012


Estimados amigos del comité organizador de la Tercera Jornada de la Paz y Primer Congreso Internacional de la Unión Hispanoamericana de Escritores,  hermanos directivos e integrantes de la Unión Hispanoamericana de Escritores, Grupo Alegría, Círculo de Embajadores de la Paz,  Grupo Literario Almafuerte, Foro Internacional de Cultura y Literatura para la Paz, Asociación Americana de Poesía, Sociedad Argentina de Escritores,  auspiciantes y participantes de los diferentes eventos culturales a los cuales fui invitado.
  
Después de haber permanecido 8 días en ese paraíso donde se respira el aire de la cultura, donde transita por las calles la libertad, donde se oye el eco de la paz y donde se sienten palpitar los corazones que anhelan la unión de los pueblos hispanoamericanos, he regresado a mi patria con sueños sin límite  para seguir luchando con más  fuerza por la paz y la integración de nuestros pueblos, lejos de politiquería y ambiciones personales,  para hacer frente a los vientos huracanados que se avecinan.

En mi memoria se sienten, como una cascada,  los recuerdos imborrables de los amigos que me dieron su mano y de toda la gente que con sus aplausos nos hicieron pensar que nuestra tarea, de despertar a la gente indolente e indiferente que ve sucumbir el barco de la América y el mundo  en medio de las tormentas de odio y de violencia, es posible si cambiamos de mente y corazón.  

A todas las personas que brindaron sabiduría en todas sus palabras, sólo quiero decirles gracias, gracias, gracias y que el Dios de la humanidad los siga guiando e iluminando para que brillen como faros, a fin que den la orientación verdadera a quienes les siguen la huella en este camino de la paz.  Espero atenderlos en Bogotá de la misma manera  que me recibieron entre ráfagas de cariño con BUENOS AIRES.

[Firmado: Héctor José Corredor Cuervo]

Con tu visita yo vibro./ Tu regalo apreciaré,/y te obsequiaré mi libro/ si me invitas un café.

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