29 de abril de 2011

DÍA DEL ANIMAL - POEMA DEL PAYADOR URBANO

“Día del animal”

animales-en-peligro-de-extincion, poema día del animal
El hombre suele hacer mal
creyendo hacer lo contrario,
y a su mundo carcelario
incorpora al animal.
En esa triste postal,
amarilla por lo vieja,
los canarios, tras las rejas
gorjean, desde sus trinos,
melancólicos destinos
de una existencia compleja.

Otros, con toda crueldad,
depredadores fervientes,
matan diligentemente
a una inmensa variedad.
Ni una pizca de piedad
experimentan por ello
y ese llamado a degüello
inhumano, despiadado,
en un mundo desquiciado
lleva su firma y su sello.

En África o en Holanda,
el hombre ejerce el saqueo,
persigue al lince europeo,
la orca y el oso panda.
Entre la oferta y demanda,
su brutal depredación
ha sumado a la extinción
al mayor de los cetáceos,
invadiendo sus espacios
por su mezquina ambición.

Poniendo proa al Japón,
navegando aguas ajenas,
van las últimas ballenas
rubricando su extinción.
En la premeditación
de tan hondo barbarismo
vuelca el hombre su cinismo
y en su ambición irredenta,
parece no darse cuenta
que se destruye a sí mismo.

Son los usos y costumbres
de ciertos grupos humanos,
mientras en sus sucias manos
el tigre blanco sucumbe,
sin entender que el derrumbe
conlleva su decomiso
y, en el momento preciso,
arrastrados, codo a codo,
volveremos a ser lodo
-aquel con que Dios nos hizo-.

Con su instinto criminal,
el hombre depredador
se siente dueño y señor
de su existir temporal.
Persiguiendo al animal
por su carne o por su piel,
en su Torre de Babel
cree ser dueño del destino,
y es apenas inquilino,
debiera ser menos cruel.

En un mundo paralelo,
que no conforma el ideal,
el día del animal
despierta mucho recelo.
Acaso un día de duelo
sería justo, y consagrado
al animal maltratado,
y que Dios con su omnisciencia
resucite la conciencia
del hombre “civilizado”.

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