LA TOPADORA DEL TIEMPO
¡Mi barrio ha sido arrasado!
Pasó el tiempo y no es el mismo,
pues hoy, un profundo abismo
sobrescribió su pasado.
¡Barrio que me has criado!
Recuerdo, que en la vereda,
vecinos, que ya no quedan,
bajo el tilo y mate en mano,
compartimos el verano
respirando la arboleda.
Con nostalgia hay un infante
en la paz de los sesenta,
un sosiego que hoy lamenta
vivir de allí tan distante.
Tardes de juego triunfante,
carreras, rodando al suelo,
mancha, rayuela y el cielo,
barriletes con cartitas,
naipes y mil figuritas,
vaquitas en caramelos.
Mil aromas que me envuelven,
a ligustros y arvejillas,
a chocolates, vainillas,
extrañando que no vuelven.
Perfumes, que se disuelven,
verano, otoños, inviernos
y primaveras con flores,
canciones llenas de amores,
“muy bien diez” en mis cuadernos.
Pero, ¡el barrio ha perecido
perdiendo su viva historia!
Con muchas penas, sin gloria,
¡el tiempo lo ha sometido!
En la calle en que he crecido,
cuando jugaba en mi esquina
a quien pase, se asesina,
y mi vereda es la tumba
donde el disparo retumba
y el rey delito domina.
¡Señores! Llegó el progreso,
“topadora de la vida”,
causando sangrante herida
y un esmog, ciego y espeso.
En devastante proceso
las fábricas de trabajar
han tenido que cerrar,
y el “negocio” que hoy prospera
ingresa por la frontera
y nos viene a fumigar.
Arrabal, saga violenta,
que escribe este triste cuento,
una selva de cemento,
donde el morbo se alimenta.
Mi calle se puso cruenta,
y un cruel código insurrecto
se televisa en directo
en films de seguridad.
No hay amor, ni por piedad
y está ausente el intelecto.
Es un cuento que redacta
la historia más increíble,
mi barrio es zona temible
en el que la muerte pacta.
El tiempo a mi alma impacta
y a un pasado se aferra,
donde eran calles de tierra,
esta letal topadora
arrasó, y me avizora
ser también un caído en guerra.
“¿Dónde estará mi arrabal?” (1)
“¿Quién se robó mi niñez?” (1)
¿Cuándo surgió la idiotez
de tornar al bien en mal?
¿Y qué asesino serial
convirtió a mi barrio en turbio?
Quiero volver al suburbio,
a aquél, del que no huí.
Si de ahí nunca me fui
¿por qué vivo entre el disturbio?
Hoy sufro un duro revés,
¿seré un árbol sin raíz?
Y sangra mi cicatriz
donde perdí mi niñez.
“Después...
¿qué importa del después?(2)
Toda mi vida es el ayer
que me detiene en el pasado,
eterna y vieja juventud
que me ha dejado acobardado...
como un pájaro sin luz.”
(1) Versos tomados del tango “Tinta roja”. Letra: Cátulo Castillo.
(2) Versos tomados del tango “Naranjo en flor”. Letra: Homero Expósito.
Ganador del segundo premio en concurso "FIN DE AÑO 2015" del Ateneo Temático, Literario, Artístico y Solidario BAJO EL SIGNO DEL AMOR", Bernal, Buenos Aires.