5 de noviembre de 2015

A EMANUEL GABOTTO


A EMANUEL GABOTTO


Estimado profesor,
querido Emanuel Gabotto,
de sus versos soy devoto,
invitarlo es un honor.
A usted, que es buen portador
de inmejorable poesía,
quiero agradecer su guía
en este arte tan volátil,
que es jugoso como un dátil,
de una exquisita ambrosía.

Aquí le brindo mis flores
al payador Emanuel,
con colores de clavel
y cantos de ruiseñores.
El taller de payadores
quiere darle muchas gracias,
porque su poesía sacia
el poder de discernir
y nos pone a construir
con precisión y eficacia.

Su talento es bien docente
y es mejor su buen ejemplo,
la amabilidad es su templo:
humilde e inteligente.
Siempre están en mí presentes
sus respuestas guiadoras,
que los lunes, en dos horas,
siembra en todos, con ahínco,
y en su presencia me afinco
con tonada trovadora.


Toda la dicha del mundo
aquí le vengo a desear,
porque usted es feliz al dar
en este suelo fecundo.
En mis elogios abundo
incluyendo a Macarena,
humilde, bonita y buena,
y en esta estrofa laureo:
¡Felicidad les deseo
y la auguro a manos llenas!

Gabotto, el mejor docente,
del “vidrio” salió airoso,
Berazategui “vidrioso”
fue respuesta inteligente.
¡Qué bien enseñó a la gente
cómo sortear un obstáculo!
Disfrutando el espectáculo
de inteligencia y poesía
brindado por su maestría
en este oficio vernáculo.

Con Betinoti y Gabino,
que le hacen brillar su estrella,
usted está dejando huella,
marcando un criollo camino.
Y hoy brindo con un buen vino
por su voz y su encordada,
que siga haciendo patriada,
y honrando su trayectoria,
porque usted está haciendo historia:
le asegura Rubén Sada.

Autor: Rubén Sada. 1/11/2015



16 de octubre de 2015

EMPIEZO POR PRESENTARME



EMPIEZO POR PRESENTARME

Me dispongo a presentarme
y lo hago de esta manera,
con la décima campera
los invito a acompañarme.
Gracias, pues, por escucharme
lo que les voy a brindar,
con la alegría del dar
y les pido aquí también, 
llámenme nomás Rubén,
pa’ lo que gusten mandar.

Este libro es una fiesta 
porque es mi número diez,
traigo especial interés,
traigo espinelas a cuesta.
En el espacio que resta
a amigos voy presentando,
porque es algo bueno cuando
tiene amistad el trovador,
y la lira del cantor,
lo acompaña musicando.

Mi acorde tendrá el latido
del alma de un gran amor,
y aunque no brille en fulgor
tiene un honesto sentido.
En mi sueño está prendido
y le agradezco al maestro,
Emanuel, payador diestro, (1)
que en cada clase nos guía
para hacer buena poesía
con raíces de lo nuestro.

Transito lo que he elegido
con mi esposa, bien criolla,
más valiosa que una joya,
me inspira versos floridos.
Compañeros muy queridos,
me brindan siempre el respeto,
y por eso les prometo
que nunca habré de cansarlos
y jamás voy a engañarlos
y en esto, me comprometo.

No traiciono a mi bandera 
pregonando la verdad,
soy juglar en libertad
de la república entera.
Si digo frases sinceras
pobladas de sentimiento,
gritando mi descontento
pues soy honesto y genuino,
aquí canta un argentino
soltando su voz al viento.

Mi homenaje al que trabaja
y construir es su consigna,
que quiere una patria digna,
sin vagancia que la ultraja.
No hay bolsillo en la mortaja
y en dedicado preludio,
tiro fiscal interludio
por quien roba en peculado
los erarios del estado:
¡para ellos va mi repudio!

Canto a la gente mayor
padre, madre, tío, abuelo,
con el canto de mi suelo
que da alabanza y amor.
Cada uno fue el autor
de la patria en fundamento,
y pido le den aumento
a todos los jubilados,
que cumplan lo que han firmado:
el ochenta y dos por ciento.

Luego elogio al estudiante
que el porvenir hoy se labra,
esgrimiendo la palabra
con sentimiento vibrante. 
Con un rumbo palpitante
dedica tiempo y virtud
demostrando su inquietud,
toda persona que estudia,
y que de a poco preludia
su ilusión de juventud.

Le canto a la paisanada,
diciéndole a voz en cuello,
que mi estrofa tiene el sello
de promisoria alborada.
Un destino de avanzada
tendrá el país si se une,
si el delito no es impune
triunfaremos, lo aseguro,
mi verso alumbra el futuro
lamento, quizá importune.

Por eso quiero dejarle
estas décimas cantadas,
lean siempre a Rubén Sada
y atención habrán de darle.
Si a alguien no ha de gustarle
y cree mi verso dañino,
que sepa: ¡soy argentino!
Yo sigo el paso de Fierro,
y aunque me larguen los perros
denunciaré al asesino.

Seguiré en este camino
aunque me chillen los teros,
pues sigo en el derrotero
de Betinotti y Gabino.
Este ha sido mi destino,
el miedo no me atormenta,
peor es llevar la afrenta
de ser cómplice del mal,
y a la enseña nacional
agujerearla fraudulenta.  

Bueno, aquí ya presenté
flores fragancia de rosas
y algunas muy espinosas
de las que luego hablaré.
Con esperanza y con fe,
como un diestro sembrador,
siembro semillas de amor
y con un noble motivo
defiendo el canto nativo:
¡el canto del payador!

(1) Me refiero a Emanuel Gabotto, fundador del "Taller de Payadores" en la Rep. Argentina.

Autor: © Rubén Sada 16/10/2015

15 de octubre de 2015

ANIVERSARIO


ANIVERSARIO


¡Qué feliz me hacés! ¡Mi amor,
hoy es nuestro aniversario!
Te obsequio un vocabulario
con versos de buen dulzor.
Porque sos todo esplendor
de la cabeza a los pies,
simpatía y sencillez
y humildad de gran tamaño,
yo te amo desde hace años:
¡y hoy cumplimos treinta y tres!

Tu mirada es resplandor
que me ilumina la vida,
fulgura tu alma, adherida
a mi piel de trovador.
Sos la más preciosa flor,
orquídea de mi verano,
si tengo ‘flor’ en mi mano
no preciso ningún ‘truco’,
y en tus pechos me acurruco
en el vivir cotidiano.

Sos mi vergel, sos mi calma,
sos mi oasis, mi frescor,
sos la ambrosía, el primor,
quien regala paz a mi alma.
Sos en mi pelo la palma
que me da todo el afecto,
y aunque yo no soy perfecto,
gracias, por tanto aguante,
juntos viajamos durante
tres décadas el trayecto.

Nos damos el tiempo, ahora,
el que antaño no podíamos,
mientras juntos construíamos
la familia que se añora.
Felicidad que atesora
caminar la misma vía,
ya con menos energía
pero con el mismo amor,
agigantando este ardor
con pasión y en armonía.

Cada segundo del día
a tu existencia me ciño,
con ese inmenso cariño
que fue siempre nuestra guía.
No se apague esta bujía
si el amor es verdadero,
en los años venideros,
de siempre a la actualidad,
y sean de una eternidad
nuestros treinta y tres primeros.

© Rubén Sada – 15/10/2015


8 de octubre de 2015

LA INVITACIÓN (VICTOR VELÁZQUEZ)



LA INVITACIÓN

(VICTOR VELÁZQUEZ)


Acepté la invitación
que hace muy poco me hicieron
para hablar, según dijeron: 
de "La Desorientación".
Dejé el lejano rincón 
donde vivo entre los montes
y sin hacer mucho apronte
me embarqué a la Capital, 
mientras quedaba un zorzal 
cantando en el horizonte.

En la reunión, un señor, 
me preguntó 'qué pensaba'
de aquellos niños que andaban
sin rumbo, sin fe ni amor.
Yo contesté con dolor
pues he visto diariamente,
a esos pobres inocentes
que piden y son mandados,
por padres malhumorados
y de todo amor carentes.

"Tendríamos que pensar
primero en nostros mismos, 
si al borde de los abismos
también supimos estar.
Sería muy bueno dejar
atrás el palabrerío,
y empezar con muchos bríos
a despertar la conciencia
para que tanta inocencia
se salve del desvarío".

"La juventud marginada, 
la que no tiene cabida,
a la que llaman perdida
le niegan hasta la nada.
Quieren jugarla cambiada
los que hacen las donaciones, 
para las instituciones
de raíces extranjeras,
¡vean qué linda manera
de repartir los millones!"

"Habiendo en nuestra nación
tantos altos funcionarios, 
¡no piensan que es necesario
fomentar la educación!
Darle principio y razón
al maestro, al profesor,
construir un tiempo mejor
con sólidos edificios,
¡en la unión y el sacrificio,
la esperanza da su flor!"

De a poco se fue raleando
la reunión que les decía, 
yo pensé: " y si daría 
una respuesta cantando?",
pero como iba quedando
muy solo en esa ocasión, 
pensé: "¿Desorientación?...
es la que hoy tengo yo, 
¡y estoy quedando sin voz 
por dar una explicación!".

Mas una sola persona 
quedó sentada pensando
y me dijo: "Estoy soñando,
ya la gente no razona
tampoco el hombre perdona 
y a ninguno le interesa 
si falta pan en las mesas
de los pobres del planeta
ya ni al dolor se respeta
y está muy solo el que reza".

Sorprendido pregunté:
-"¿Quién eres?, ¡di por piedad!",
respondió: -"Soy la verdad,
estoy sola y tengo sed".
-"¿Cómo?, le dije,¿ y a usted
ninguno la presentó?"
Lentamente levantó 
sus ojos entristecidos
dos luceros encendidos
que la noche ensombreció.

Se fue caminando lento, 
¡no quería que se vaya!
Le grité que de su laya
ya no nacen más talentos...
Me dijo: -"Voy con los vientos
y mi hermana libertad
a buscar la caridad 
que hace tiempo se ha perdido".
Y yo quedé sumergido
en la inmensa soledad.

Para los montes volví
y le conté a los sauzales
de la humanidad sus males 
y lo que no conseguí.
-"¡Menos mal que estoy aquí!,
le dije al monte y al río,
pero solamente ansío 
lo mejor para mi tierra
que tanta riqueza encierra
y que tiene tanto frío".

¿Adónde andarás, verdad?
mi pueblo te está esperando,
porque ya está imaginando 
lo triste de tu horfandad.
El temple de la igualdad 
que siempre te consagró,
no dejará que tu voz
se apague en ningún momento
porque sos bandera al viento
que el hombre en sangre forjó.

Letra: Víctor Velázquez 

Experto en RUDOLOGÍA - Décimas a la ruda (El gaucho Alonso)

Experto en RUDOLOGÍA

(El gaucho Alonso)


Después de haber estudiau
pa’ doctor y boticario,
soy el único empresario
que a la ruda ha procesau.
Con esto dejé de lau
hasta al famoso Geniol,
la mujer al Evanol
ya no lo puede ni ver,
y con ruda, a mi entender,
¡se cura el colesterol!

Ruda pa’l que se ha quebrau,
ruda pa’ la celulitis,
y pa’l que anda con colitis,
dale ruda sin cuidau.
Ruda pa’l que se ha escaldeau
y que camina a lo pato,
ruda con pelo de gato
pa’l qués de mala bebida;
y pa’ triunfar en la vida
tomá ruda a cada rato.

Pa’l amor no hay otra cosa
que dé mejor resultau,
que enterrar ruda al costau
del rancho de tu donosa.
Mas, cuando sea tu esposa
y el sexo encienda su llama,
metele ruda en la cama
y largate a los placeres,
porque a veces las mujeres
se quieren volver con “mama”.

Cuando escribas a París
la carta bien esperada,
ponele a tu bien amada
ruda macho en la nariz.
Sin cometer un desliz
y al hacer lo que Dios quiso,
si en el momento preciso
ella la huele tres veces,
seguro a los nueve meses
serás padre de mellizos.

Y si tu mujer te cela
con la primera que cruza,
metele adentro e’ la blusa
ruda macho con canela.
Pa’ que adelante en la escuela,
si el gurí se te ha atrasau,
ponele con gran cuidau
y todo tu amor paterno,
en el forro del cuaderno,
ruda con ajo picau.

Una vez un buen marido
preocupau me vino a ver,
pues decía que su mujer
le daba el amor medido.
Yo pa’ esto soy instruido,
le di ruda con lucera,
él le dio a su compañera
mezclau con el alimento,
la pasó de tratamiento,
¡hoy revolea la cartera!

Poniendo ruda en la suela
de una alpargata negra,
podrás amansar a tu suegra,
si marca lo pasarela.
Ruda pa’l dolor de muela,
ruda pa’l dolor de oído;
y si no te has convencido,
fabrico, atiendo y reparto
en Reconquista y Río Cuarto,
del pueblito ande resido.



5 de octubre de 2015

EL SABER (Décimas de pecho quebrado)


EL SABER

(Décimas de pecho quebrado)


Eso que nos ilumina:
una luz,
energía en el testuz,
nuestra usina.
Esa vital medicina:
¡aprender!
Es la vida un resolver 
crucigramas,
señores, eso se llama:
"el saber".

Saber nunca está de más,
todo tema,
remediar cualquier problema,
muy capaz.
Ser sabio, ser perspicaz,
resolver,
claridad de amanecer,
fuego, flama,
señores, eso se llama:
"el saber".

Primero hay que "saber qué",
(objetivo),
que apunte sin ser esquivo,
le diré.
Esa meta le pondré:
que la enfoque,
con puntería coloque
y persista,
y a su "qué", no quite vista:
¡Dele estoque!

Debe "saber para qué",
(el motivo),
anótelo y lo transcribo,
comencé:
Si no sabe, -reproché-
será fútil,
será un proceder inútil,
sin proyecto,
mas, si se hiciera perfecto
será útil.

Saber el cómo”, o el modo
de construirse,
pero antes hay que instruirse,
saber todo.
Saber el tiempo, el periodo,
“saber cuándo”,
darnos cuenta, meditando,
que a destiempo,
el tiempo es un contratiempo,
esperando.

Sembrar con libre albedrío,
saber cuál”,
y así evitar todo mal
sembradío.
Iluminar lo sombrío
como el sol,
la comprensión es farol,
brillantez,
que hará brillar nuestra tez,
de charol.

Valioso es “saber por qué”,
(la razón),
ventajosa explicación
pregunté.
El porqué lo entenderé,
primordial,
pues guía en forma central,
como brújula,
y es como tilde en la esdrújula,
esencial.

Importante es “saber dónde”,
(el lugar),
que nunca haya un deambular
que te ronde.
Al andar “saber adónde
dirigirse,
un buen camino elegirse,
pues, errado,
si es camino equivocado,
corregirse.

Fundamental “saber quién
porque hay muchos,
ser en elección un ducho,
votar bien.
Quienquiera el mejor, también
debe optar
seleccionar y sumar
            al experto,
porque equivocarse advierto:
            es restar.

Elemental “saber cuánto”,
(cantidad),
hay fuerza hasta en la unidad,
poco o tanto.
Lo mucho tiene su encanto,
pero hastía,
lo ideal es la armonía
la mesura,
pues lo excesivo satura,
en teoría.

¡Brilla en la mente tu numen,
poesía!
Que ideas, en galería
se te sumen!
¡Cuán valioso es, en resumen,
responder
preguntas, para aprender
lo vital
de un valor existencial:
"EL SABER".

Rubén Sada - 05/10/2015

27 de septiembre de 2015

LA BÚSQUEDA (Cuento de Rubén Sada)








LA BÚSQUEDA


Aquella madrugada se levantó decidido a ir en la búsqueda. Los sueños que lo habían atormentado y no lo dejaban dormir, seguramente tendrían su explicación y él quería encontrarla.

Aún con lagañas en los ojos, salió presuroso, caminando en dirección al bosque. Sabía de la existencia de este lugar, pero nunca se había animado a entrar, por las muchas historias tenebrosas que circulaban. Pero él ya se sentía "grande", maduro, como para entrar y conocer la verdad.

Caminó entre la penumbra, iluminado sólo por el último tizón de pila de una vieja linterna. Un silencio sepulcral le aseguraba que nadie podría hacerle daño. Únicamente oía sus propios pasos en el crujir de las hojas secas que alfombraban el suelo.

Clavado en el tronco de cada ciprés, había un cartel con el nombre del difunto. Cada uno había sido plantado para nutrirse de un ser humano cuya última voluntad fue ser sepultado allí. Esa fue durante muchos siglos la costumbre del pueblo: pervivir luego de la muerte en una especie arbórea y que la savia de cada hierba de la floresta fuera absorbida de la propia sangre de los ancestros, abonado con la carne descompuesta de los cuerpos, un reverdecido bosque.

Se estaban despegando sus ojos y comenzaba a leer, ahora más consciente, cada uno de los letreros clavados en cada árbol. Buscaba su mismo apellido. Cada cartel había sido una vida. Cada leyenda contaba en apenas unas palabras, una historia, revelando que allí debajo yacía un ser, otrora de carne, que seguramente había cedido algún legado en su paso por este mundo.

Ya estaba amaneciendo y el canto de los pájaros crecía al mismo tiempo que su inquietud por llegar a la verdad. La impaciencia comenzó a apoderarse de sus pasos, a medida que los apuraba. Recorrió cada centímetro del bosque. Casi todos los cipreses eran parecidos; sólo se diferenciaban por el nombre y apellido de sus respectivos letreros; pero, atención, una rama seca lo hizo trastabillar y descubrir un ciprés más alto que los demás. Lo vio. Sí, allí estaba su objetivo. Era él. Ahora sí estaba seguro. 

Al acercarse, levantó la vista hacia la inmensidad de su copa. Este era "su" árbol, un ciprés gigante, el más grande de todo el “bosque cementerio”.

Al pie del mismo, empequeñecido por su majestuosidad, él comprendió cuán grande había sido él: "su abuelo".





CONCURSO: "EL HOMBRE O LA MUJER DE MIS SUEÑOS".




22 de septiembre de 2015

EPITAFIO (Décimas, contra la violencia de género)

Consigna: Frases fijas. Se trata de escribir algunas décimas con las siguientes cinco frases cortas, utilizándolas en el contenido. 

— Una noche -
— No debe ser - 
— Es cierto -
— Aquí estoy -
— Mi vida es -


EPITAFIO


Una noche caminé
por un triste cementerio,
me intrigó un hondo misterio
cuando un chistido escuché.
De tanta intriga allí entré,
estaba abierto el portal,
y un silencio sepulcral
me invitó a leer las placas,
con una angustia que aplaca
al más mísero mortal.

Tantas injusticias vi
en cada placa al leerlas,
que jamás podré entenderlas,
pues no debe ser así.
Es cierto que yo viví,
y aquí estoy, se lo aseguro,
¿por qué no hallaron futuro
algunos que acá descansan?
Mientras aquí hay gente mansa,
hay brutales, tras el muro.

Una tumba encandiló
en lo oscuro, mis pupilas,
mi vida es harto tranquila
pero me intranquilizó.
Pocos detalles contó
pero sí, los suficientes
para hacer temblar los dientes
a intrusos de sangre fría.
Su nombre era María,
joven, bonita y sonriente.

En su foto, rasgo en flor,
rozagante juventud.
Dije: ¿algún mal de salud
la persiguió alrededor?
¿Cuál fue el odio aterrador
que le opacó su belleza?
¿Quién maltrató con rudeza
su cabellera tan rubia?
¿Quién puso en su rostro lluvias?
¿Por qué murió esta princesa?
  
Seguí leyendo, decía:
“Reposa aquí una mujer
que soñó con madre, ser
aunque hijos no tenía.
Yace aquí su valentía,
su poco atendida lucha,
quien no habla, solo escucha,
quien resigna y dice “basta”
y que una noche nefasta
derramó sangre en la ducha.

Es su grito el que reposa,
mientras su ánima bendita
a toda mujer le grita:
que “no debe ser miedosa”.
Es cierto, ya está en la fosa,
pero hay un grito que puede
atravesar las paredes
aún desde la ultratumba,
aquí estoy, lo oigo, retumba,
pero callará, si cedes.

Seguí leyendo, decía:
Mi vida es negro suplicio,
por una bestia, sin juicio,
y ya no tengo energías”.
“Aquí, en esta tumba fría
descansa quien lo dio todo,
quien lo soportó a su modo
viviendo una vida ruin,
alguien que amó, hasta el fin
de su tan vital periodo”.

Una noche de congoja,
no debe ser, pero es cierto,
aquí estoy, en vida, muerto,
y hasta mis piernas se aflojan.
Mi vida es como una hoja
arrastrada a tristes vientos,
entre hombres tan violentos,
me pregunto con dolor,
¿por qué murió? ¿Por amor?
Fue el hada de un triste cuento.

—Autor: Rubén Sada- (21/09/2015)
Alegato contra la violencia de género. (Escrito en décimas)
Cada 30 horas, se comete un femicidio en la Rep. Arg.




Con tu visita yo vibro./ Tu regalo apreciaré,/y te obsequiaré mi libro/ si me invitas un café.

Invitame un café en cafecito.app