PREGUNTAS AL CARNICERO
—Rubén Sada—
¿Qué tal, paisano Laluz?
Hoy lo vuelvo a saludar.
Mis dudas quiero saldar
y usted quizá me dé luz.
No me cierra en el testuz
por qué en su carnicería
hay tanta mercadería
con el nombre trastocado.
Usted que es un licenciado,
¿me responde con poesía?
¿Por qué se llama “vacío”
(y disculpe que lo encarne)
si el “vacío” es esa carne
que más carne tiene? Es un lío.
Lo veo “lleno”, en el frío,
y por mi ignorancia dudo,
de respuestas estoy mudo,
conteste, si es de su agrado:
¿por qué usted vende “asado”
si me lo despacha “crudo”?
—Edgardo Laluz—
¡El dilema es muy sencillo!
Rubén Sada, amigo mío,
lo que le queda vacío
al salir, es el bolsillo.
El asado tiene brillo
y usted lo compra al descuido,
si el lugar es elegido
ya no tendrá esa porfía,
¡venga a mi carnicería
y lo llevará cocido!
—Rubén Sada—
Otra duda que me asalta
y es de índole mayúscula,
un kilo pesa la báscula
y al kilo diez gramos falta.
Mi grasa en sangre está alta,
por eso, dijo el doctor,
que a mi salud dé favor:
que carne “liviana” coma,
¡deme diez gramos! no es broma,
si es de “vacío”, mejor.
—Edgardo Laluz—
¡Su pregunta hoy me abraza!
Yo respondo sin demora,
los diez gramos se evaporan
¡de camino hasta su casa!
Mas, me pone como brasa
la receta del señor,
no hago juicio de valor,
porque en eso soy prudente,
yo aconsejo a los clientes…
que no vayan al doctor.
—Rubén Sada—
¿Por qué el corte de “cuadrada”
veo que es carne redonda?
Usted que es docto, responda,
las dudas de Rubén Sada.
Y otra pregunta “encarnada”
en mi enciclopédico tomo,
si es “esfera”, bola o domo,
en lo que al “lomo” respecta:
¿por qué está cortada “recta”
la carne de “bola” de lomo?
—Edgardo Laluz—
La cuadrada es bien cuadrada,
pero eso también depende
del cortador que lo atiende,
amigazo Rubén Sada.
También en esta pasada
bola de lomo, diría,
redonda y no es mi porfía,
le aconsejo improvisando,
pa’ mí que lo están cag...do…
¡cambie de carnicería!
—Rubén Sada—
Los nervios toman mi espalda
y me cerebro me suda
por otra increíble duda
que cuelga como guirnalda:
¿Será que el corte de “falda”
un escocés lo inventó?
¿Y por eso lo nombró
con nombre de vestidura?
¿Es la vaca una criatura
femenina y falda usó?
—Edgardo Laluz—
¡Pero que está preguntón!
¿No será que usted querría
ponerse carnicería,
y me saca información?
Ya le digo de un tirón
lo del nombre, compañero,
Cuando el toro ve aparcero
tanto de frente o de espalda,
una vaca en minifalda
se queda haciendo puchero.
—Rubén Sada—
Usted que es profesional,
cirujano de las reses,
la duda me viene, a veces,
y me azota la moral.
Y hablando de lo fatal,
me pregunto, si es que importa,
¿si la sierra se le aborta
o se le pierde el cuchillo,
a los cortes de “azotillo”
con un látigo los corta?
—Edgardo Laluz—
¡Corta el aire mi cuchillo,
y el gavilán el alambre!
De los pobres el matambre
es el famoso azotillo.
Yo sigo sacando brillo
ya que en esto usted me enfrasca,
a veces es como guasca
y en confesar no me apoco,
que si no lo soba un poco,
seguro que no lo masca!
—Rubén Sada—
Ya que me habla del matambre,
otra duda le enarbolo,
no me deje hablando solo
ni me deje pa’ fiambre.
El matambre, ¿mata el hambre?
El bife, ¿pega en la cara?
Si la cría de la piara,
se denomina “lechón”,
¿podría ser que el jamón
de ubres de vaca sacaran?
—Edgardo Laluz—
¡Cuántas preguntas en una!
Eso es una jugarreta.
Su bife pa’ mí es chuleta,
mata el hambre y su fortuna.
La piara estando en la cuna
se denomina lechón,
y cuando nombra el jamón
acá la verdad descubre,
no se saca de la ubre…
¡sale del chancho capón!
—Rubén Sada—
A la salida me estiro,
linda su carnicería,
gracias por su poesía
y como poeta lo admiro.
Mas, disculpe, me retiro
de aquí sin comprarle nada
se despide Rubén Sada,
mis preguntas son en vano,
porque soy vegetariano
y de plata traje “nada”.
—Edgardo Laluz—
También le dejo mis flores
en mi verso sin cartel,
me está esperando Emanuel,
ya me voy para Dolores
¡al Taller de payadores,
para hilvanar decimales!
¡Mis saludos son cordiales
y a mi rancho está invitado!
¡Yo me como un buen asado
y a usted le hago vegetales!
—Rubén Sada—
Me inclino ante su baquía
de experto en la media res,
y aprecio su sencillez
de explicármela en poesía.
Sus versos sirven de guía
para un buen faenador,
pero yo soy un cantor,
el cuchillo ni de asomo,
yo a la vaca me la como
con un tinto y con amor.
—Rubén Sada—
Acollarando esta yunta,
ya nos vamos saludando...
—Edgardo Laluz—
Yo lo voy felicitando
por salir haciendo punta.
—Rubén Sada—
¡Qué buenas son estas juntas
que corren como avestruz!
—Edgardo Laluz—
Salen versos del testuz
con la rima improvisada...
—Rubén Sada—
Se abrazaron Rubén Sada
con el payador Laluz.
© Edgardo Laluz y Rubén Sada. 13/11/2015.
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