MONOGRAFÍA
DE
ROBERTO AYRALA
(En décimas de mano y pie atados a dos cuartetas libres)
"Honor al “Abuelo” Ayrala,
gran payador de Ramallo,
sanpedrino en adopción,
jineteó el verso a caballo.
La tierra de Santos Vega
erigió su tumba y cuna,
vibraron junto a Curbelo
las cuerdas de Pancho Luna."
Honor al “Abuelo” Ayrala,
mi homenaje payador,
raíz y canto, tenor
que del criollismo hace gala.
Su fama a pocos iguala,
llegó donde nadie llega,
y en sus temas se despliega
a un gran referente histórico,
y hoy llora en tono folklórico
la tierra de Santos Vega.
Gran payador de Ramallo,
vivió su vida en San Pedro,
y al contarlo no me arredro
ni atemorizo ni fallo.
Pero en el verso soslayo
que de la nieve a la puna
su laurel fue su fortuna
y en abril, en su efemérides,
el vergel de las Hespérides
erigió su tumba y cuna.
Sanpedrino en adopción
conquistó en versos al mundo,
recordándolo me fundo
en un loor de admiración.
Payando en televisión
este arte voló hasta el cielo,
¡qué altura tomó su vuelo
cuando le ponía garra!
Sus acordes de guitarra
vibraron junto a Curbelo.
Jineteó el verso a caballo
yunteando al Negro García,
de su boca la poesía
emanaba sin desmayo.
La tradición fue su sayo,
siempre en réplica oportuna,
lo aplaudía la tribuna
por talento y trayectoria,
suenan aún en la memoria
las cuerdas de Pancho Luna.
Autor: Rubén Sada
EL PAYADOR (por Roberto Ayrala)
El pueblo me ha dado nombre
y me ha adjudicado hazañas,
yo no tengo más campañas
que las que tienen los hombres.
Mientras la suerte me alfombre
un canto con pasto puna,
no pretendo mas fortuna
que engrandezca mi linaje
me basta con lo que traje
desde el fondo de mi cuna.
Fui brazo de una mancera
guiando el timón de un arao
jinete sobre un recao,
cuando el caso se ofreciera;
le hice puño a una tijera
para voltear un vellón,
le eche bolsas a un galpón
y en el tiempo de la espiga
anduve en toda fatiga
trabajando como peón.
Por estirpe rumbeador,
tal vez mi tatarabuelo,
anduvo el eterno hielo
con nuestro libertador.
Genio, pujanza, valor,
guiando a la hueste guerrera
aquél que a nuestra bandera
la llevó hasta el Chimborazo,
y la levantó en el brazo
para que el mundo la viera.
Hoy me dicen payador,
el pueblo me ha dado nombre,
quiero que nadie se asombre
si el pueblo está en un error;
agradezco ese favor
si lo tengo merecido
pero de ser lo que he sido
quiero que nadie lo borre:
si es cierto que el tiempo corre
junto con él he corrido.
Payador Roberto Ayrala.