21 de junio de 2015

DÍA DEL PADRE (Dueto Rubén Sada con Mariano González)


DÍA DEL PADRE 

(Dueto Rubén Sada y Mariano González)


—(Rubén)—
Hoy me toca a mí elegir
un tema para este día,
interpretemos poesía
que podamos escribir.
Nuestra meta será unir
antes que esto se desmadre,
alguna estrofa que cuadre,
dando al tema vuelta e’tuerca,
y ya que el día se acerca:
¿qué significa ser padre?

—(Mariano)—
Ser padre es saber criar
por el buen sendero al hijo,
marcándole un rumbo fijo
basándose en respetar.
Por la vida caminar
saliendo de su partida,
y yo lo afirmo enseguida
porque me encuentro consciente,
que respetando a la gente
lejos llegará en la vida.

—(Rubén)—
Padre no es plantar simiente,
sino cuidarla en la siembra
porque no es sólo la hembra
la que cría ejemplarmente.
Los hijos, especialmente
precisan ejemplo de hombre,
y sin que esto le asombre,
yo soy padre cinco veces,
mi cariño en ellos crece
cuando menciono sus nombres.

Mis hijos padre me hicieron,
si es que ser padre es el nombre,
su padre fue un superhombre
hasta que ellos crecieron.
Luego, del nido partieron,
así es la ley de la vida,
y a pesar de su partida
y aunque ya no son bebés,
seguro que su niñez
mi memoria no la olvida.

Yo le quiero preguntar,
querido amigo Mariano,
y no me responda ufano,
¿a cuántos tuvo que criar?
Ya me puedo imaginar
por la pinta que usté tiene,
que ha de tener muchos nenes
y los debe mantener,
la sopita le ha de hacer
y al jugar, los entretiene.
 
—(Mariano)—
La verdad que se equivoca,
aunque la facha la tengo
pero hijos aún no tengo,
ya que aclararle me toca.
Este verso de mi boca
que ahora saliendo está,
sé que Dios me mandará
seguro una bendición,
cuando llegue la ocasión
me llame un niño “papá.”

—(Rubén)—
Hay papás del corazón,
que dan amor adoptivo,
y así se sienten más vivos
si aun biológicos no son.
No importa la ovulación,
sino proveer un guiño
a la infancia de ese niño
con niñez de calle dura,
que come de la basura
y le hace falta cariño.

—(Mariano)—
Una triste realidad,
así se vive actualmente.
Duele, verdaderamente,
tanta falta de bondad.
Se enluta la sociedad
pero en el mundo perdura,
se marchita su figura,
mis deseos los aliño,
es triste ver a los niños
comiendo de la basura.

—(Rubén)—
El problema es que en el mundo
faltan hombres, sobran machos,
y así se crían los guachos
sin un modelo profundo.
Para un futuro fecundo
debe ser el padre ejemplo,
y levantar, lo contemplo,
un hogar como pilar,
debiendo santificar
la familia como un templo.

—(Mariano)—
Es cierto que la niñez
es difícil olvidarla,
por eso hay que disfrutarla,
lo digo con altivez.
Se lo digo sin revés
demostrando mi valía,
aunque me falte baquía,
desde lejos lo distingo,
a los padres, el domingo,
que pasen un feliz día.

© Rubén Sada y Mariano González: ¡Gracias, Mariano! 

18 de junio de 2015

"ANTES DE CENAR" y "REDOMONES" (Contrapuntos por Whatsapp) Mariano González y Rubén Sada

Mariano González, Rubén Sada y nuestro profesor: Emanuel Gabotto

Mariano González, Rubén Sada y nuestro profesor: Emanuel Gabotto
¡Gracias, payadores!

ANTES DE CENAR

  (Rubén Sada)
Muy buenas noches, Mariano,
querido amigo, González,
si la palabra le sale
hoy lo invito a un mano a mano.
Si es que su cuerpo, ya sano,
no le es una barrera
para payar con cualquiera
y compartir la poesía,
invíteme en este día
a saltarle la tranquera.

  (Mariano González)
Cómo anda amigo Rubén,
que Sada es su apelativo
y si la rima consigo
como esquivando un vaivén.
Por lo que dijo recién,
lo digo en forma certera,
en mi morada campera
si usted quiere improvisar,
no va a hacer falta saltar:
¡Está abierta la tranquera!

  (Rubén Sada)
El público nos reclama
y espera algún contrapunto,
y aunque estemos siempre juntos
el deber al canto llama.
Mi palabra le reclama
que usted proponga su tema
y si no es mucho problema
veré si puedo seguirlo,
porque, tengo que admitirlo,
de maestría es su poema.

  (Mariano González)
Si quiere contrapuntear
no le tendré compasión,
por eso en esta ocasión
se lo vuelvo a preguntar.
Si usted me quiere enfrentar
amigazo, creamé,
no diga que no avisé,
están todos de testigo
es peor chocar conmigo
a chocarse una pared.

  (Rubén Sada)
“Compasión no quiero”. Así
cantaba hace mucho Dyango,
y aunque no le guste el tango
lo pondré a bailar aquí.
De la vida yo aprendí
que no hay que esquivarle al bulto,
no hay que escapar del tumulto
y hay que saltar la pared,
y aunque no me tenga fe
en topada lo sepulto.

  (Mariano González)
Ya me quiere sepultar
y eso que recién arranca,
se lo digo en forma franca
pa’ que logre interpretar.
Aquí firme voy a estar,
y le acepto el desafío,
estimado amigo mío,
mis pensamientos repunto,
si encaramo’ el contrapunto
pídale ayuda a su tío.

  (Rubén Sada)
Mi tío, es gran decidor,
cultor de la chamarrita,
su canto al pájaro imita,
entrerriano y entrador.
Pero a Silva, que es autor
de un libro y hoy vino a verme,
no le gusta socorrerme
y yo ya soy grandecito,
déjelo tranquilo a Sixto,
yo puedo y sé defenderme.

  (Mariano González)
Pero hagamos una cosa,
ya que tarda en contestar
y mucho me hace esperar
en esta noche armoniosa.
Quizás le ayuda su esposa
en el momento oportuno,
las condiciones reúno
por ser de la guardia vieja,
no va ser muy despareja
payando dos contra uno.

  (Rubén Sada)
Ella está allí cocinando
y en cualquier momento llama,
no pido ayuda a una dama
porque sé el cómo y el cuándo.
Mientras me voy preparando
para la hora de comer
es bueno escribir y hacer
poesía repentista,
y así mi boca está lista
para poderlo vencer.

  (Mariano González)
Si lo llaman a comer,
Vaya nomás, sin tardanza,
y si le chifla la panza
el viaje debe emprender.
Si logra satisfacer
lo que cocinó su amada,
dejo mi copla rimada,
ya que me quiso probar,
váyase, amigo, a cenar,
y vuelva pa’ la payada.
  
  (Rubén Sada)
Ya vuelvo, amigo del alma,
pa’ seguir este capítulo,
mas ponga, mientras el título
y muestre el tema en su palma.
La cena me dará calma,
no me hace falta razón,
pero sí buena ración,
y siempre a mí me sucede
que “con hambre no se puede
pensar”, dice la canción.

  (Mariano González)
Acá lo voy a esperar,
compañero del taller.
Vendrá después de comer,
mejor dicho, de cenar.
El tema le voy a dar
mostrando mis condiciones,
a no entrar en discusiones,
yo voy soltando el dilema,
queda aquí plasmado el tema:
¡Hablemos de redomones!

REDOMONES

  (Rubén Sada)
Si hablaremos de caballos
a escribir no me apresure,
dure el verso lo que dure
quiero no cometer fallo.
En menos que canta un gallo
le diré con este hocico,
que con él me identifico,
no puedo admirar a otro,
yo me siento aún un potro
indomable, y no me achico.

  (Mariano González)
Veo que algo se arrimó
y ya con la panza llena,
entró de a poco en el tema,
pero muy poco explicó.
El tema propuse yo
como pa’ entrar en cuestión,
a la orilla del fogón,
yo en mi verso lo detallo,
dígame cuándo un caballo
empieza a ser redomón.

  (Rubén Sada)
El potro salvaje nace,
y vive con libertad,
y luego con crueldad
el hombre le pone enlace.
El potro no se complace
en vivir esclava vida,
lo cercenan las heridas
y el tormento de la fusta,
igual que al hombre lo asusta
una existencia sufrida.

  (Mariano González)
Hay cosas que no comparto,
mi pensamiento desato
siempre en contra del maltrato
yo, mi cariño reparto.
Mis ideales aparto
siempre con la disciplina,
sigo firme en la doctrina
que en mi verso lo detallo,
porque a pata de caballo
se hizo la patria argentina.

  (Rubén Sada)
Siempre medito en que el perro
no es el mejor amigo
del hombre y sé lo que digo
créame que no le erro.
Como dice el Martín Fierro,
el mejor es el caballo,
hasta más veloz que un rayo,
no es el rigor ni el azote
hasta que se descogote,
lo que amansa a cualquier bayo.

  (Mariano González)
Con un sentimiento grande
ya que lo nombra, Rubén,
lo ha mencionado recién
al escritor José Hernandez.
Por donde quiera que ande,
aunque sea duro el terreno,
topándome con un bueno,
hablando de estos asuntos,
se parece el contrapunto
de Fierro con ‘el moreno’.

  (Rubén Sada)
Yo soy medio resabiado,
(así es mi naturaleza)
enfrento con entereza
lo que el destino ha dictado.
Y si hay que cruzar un vado
no le temo a la corriente,
pues puedo afrontar vertientes
y salir de ellas ileso,
el asunto es no estar preso
y siempre ir trotando al frente.

  (Mariano González)
La verdad coincido en eso,
es linda la libertad,
aunque hablando de verdad
a veces me siento preso.
Pues vivo pensando en eso,
enaltezco mi valor,
le pongo esfuerzo y valor
de lo que digo soy dueño,
estoy preso de ese sueño
de un día ser payador.

  (Rubén Sada)
Nunca usted ha de olvidar
la sabiduría gaucha,
ni ser una pobre laucha
que teme al gato enfrentar.
Con dignidad al payar
ya enfrentó usted al gato,
porque lo enfrenté un buen rato
y ha salido victorioso,
mientras tanto yo, brioso,
tengo cuerda para rato.

  (Mariano González)
Estuvo en esa payada
de personificación,
yo fui el perro en la ocasión,
como dijo Rubén Sada.
Lo escuchó la paisanada,
el corazón me palpita,
ya que lo tengo cerquita
y usted me lo recordó,
lástima no la filmó,
porque estuvo muy bonita.

  (Rubén Sada)
Ya se me está yendo al mazo,
y se me va por la rama,
se esconde abajo’ e la cama
pues le estoy cortando el paso.
¿Lo ha bajado de un hondazo
el moreno a Martín Fierro?
¿Lo ha puesto en un triste encierro
mi trova, por siempre gaucha?
Pues, yo mencioné una laucha
y me salió con que es perro.

  (Mariano González)
Me acuerdo, fue en el taller,
en los pagos de Bernal.
El arte tradicional
allí quiere florecer.
Por cuestiones de querer
estos versos repentinos,
payadores argentinos,
los menciono uno por uno,
Mariano ha sido perruno
y Gabotto fue un felino.

  (Rubén Sada)
Ya que hablamos de Gabotto,
recuerde que de él aprendo,
por eso es que aquí me prendo
y a improvisar me anoto.
Y aunque yo siempre ando en moto
y de zainos no sé nada,
no le esquivé a la payada
en este tema insoluto,
porque payando disfruto
de una amistad bien cantada.

  (Mariano González)
Un poco voy a aflojar,
se equivoca demasiado,
al encontrarse a mi lado
usted quiere improvisar.
Si usted me quiere alcanzar,
de paso le pongo un broche,
haré de versos derroche
poniendo esfuerzo constante,
¡no creo, Rubén, que aguante
seguirme toda la noche!

  (Rubén Sada)
Ya me voy a despedir
porque estoy medio viejote,
abandonar no es mi mote
pero hay que ir a dormir.
Me gustaría seguir
mas, me está invadiendo el frío,
y aunque continuar ansío
pues la poesía me sacia,
yo le quiero dar las gracias
que aceptó mi desafío.

  (Mariano González)
Bueno, vamos a marchar,
a media letra nos vamos.
  (Rubén Sada)
Gracias, payador Mariano,
por tan bien improvisar.
  (Mariano González)
Las gracias le voy a dar
mostrando mis credenciales.
  (Rubén Sada)
Muy buenos los decimales
prolífica la payada,
  (Mariano González)
Un gusto payar con Sada,
dice Mariano González.

-- Autores: Mariano González y Rubén Sada.





15 de junio de 2015

ENTREVERO (Poética contra las drogas y los narcotraficantes) Autor Saúl Huenchul - Canta Germán Montes

Saúl Huenchul -  "El Payador patagónico"
—Canta Germán Montes.

“CD Abriendo Huellas” – PistaNº 11


ENTREVERO

Era en Buenos Aires una madrugada
que con mi guitarra iba a trabajar
cuando en una esquina, todas despeinadas,
como a seis muchachas tuve que enfrentar.

La más jovencita no tendría quince años,
y la más viejona, dieciocho, tal vez,
querían agarrarme como a un bicho extraño,
al verme tan solo, tan gaucho y de a pie.

Una media ruana, babosa y jadeante,
con los senos al aire se me adelantó
y una flacuchenta, que estaba adelante,
de dos manotazos me rompió un reloj.

Me gritó un milico, medio a la pasada:
—“No les haga caso, que nada le harán.
Están, pobrecitas, borrachas y drogadas,
y algunas ni saben hacia adónde van”

Medio al trote largo, safé del grupito,
y eché por la calle, sin dejar de oír,
gruesas palabrotas que llevó el vientito,
entre risotadas de angustia y sufrir.

Pensé en mi sobrina, que un año tenía,
y sentí en el cuerpo como una frialdad,
y mirando al cielo, con la cara fría,
maldecí la droga y otras cosas más.

Pensé en el boliche, donde habían salido,
aquellas muchachas, casi sin control,
los pelos revueltos, los labios caídos,
hediendo a cigarro, a humo y alcohol.

Creo que los padres son los responsables,
con toda la gesta de liberación,
de muchas desgracias, que son incurables,
como un cielo negro para el corazón.

Quisiera marcharme a un sitio sin luces,
para que mis hijos se pudieran criar
mirando de cerca pumas y ñanduces,
para que ellos solos puedan analizar.

Si algún día pisan esos reñideros
que pisen sabiendo que allí no hay honor,
porque el manoseo de esos entreveros
opaca lo lindo que tiene el amor.

Pucha, qué trabajo que dan los gurises,
desde que la madre comienza a creer
que tiene en la entraña pequeñas raíces
hasta que un día de esos le da por nacer.

Y llegan al mundo desnudos de alma
inocentes y puros como un manantial,
por eso los padres, deben con calma
señalar a diario donde está el mal.

La droga mentada y el alcohol son cosas
para las personas sin capacidad
de enfrentar la vida con alma empeñosa
en bien de su sangre y de su heredad.

Pasa por nosotros, gran parte, señores,
no todo es el duende de la juventud,
si realmente hay algo de fe en los mayores
debemos entre todos romper esa cruz.

¿Por qué permitirles a los más ladinos
que con nuestros hijos hagan pa’ vivir?
¡Si no hay justicia pa’ los asesinos
por nuestra familia se tendrían que ir!

A mí no me importa lo que piensan esos,
que viven pendientes de lo qué dirán,
me importa la vida, me importa el progreso,
me importan los hijos, que creciendo están.
Me importa la vida, me importa el progreso,
me importan los hijos, que creciendo están.

Escuchar la pista cantada por Germán Montes:


Con tu visita yo vibro./ Tu regalo apreciaré,/y te obsequiaré mi libro/ si me invitas un café.

Invitame un café en cafecito.app