DEJÁ QUE BAILEN EL ROCK
I
Lo sé, que no despreciás
al tango, muchacho, no,
si la moda trajo el Rock,
por ser moda, lo bailás.
Si por las calles cruzás
esa música silbando
adentro te está sobrando
lugar para el dos por cuatro,
lo de ahora es un teatro
que hay que ir protagonizando.
II
Si lo moderno ha querido
un nuevo baile imponer
no nos vamos a poner
como un pibe a los berridos.
Si las pibas han pedido
un ritmo enloquecedor
nos vas a pasar calor
hablándole de la luna,
los tiempos de la laguna
ya se acabaron, señor.
III
Si los muchachos del Norte
de mano nos han ganado
es porque se han avivado
qué vamos a andar con cortes.
Y parecemos consortes
que la van de doloridos,
nosotros hemos querido
que ellos su música impongan
y hoy cantando una milonga
sollozamos compungidos.
IV
Y nombramos a Gardel,
a Arolas, al Pibe Ernesto,
si nos encajan el pesto
ellos qué tienen que ver.
Que si vuelven a nacer
de vergüenza morirían,
no viejo, si en esos días
en que estos ñatos vivieron
ritmos extraños vinieron
y nadies quedó en la vía.
V
No nos vamos a olvidar
de que Gardel con su voz
cantaba el Simmy y el Fox
y hasta lo supo bailar.
Que aplaudimos a rabiar
cuando él allá en Hollywood
a esas rubias de New York
les cantó con tanta cancha
y hoy nos parece una mancha
de que aquí se baile el Rock.
VI
Y Arolas no fue pa' allá
llevándose el bandoneón,
al país del Charlestón
su música a ejecutar.
Y una alegría sin par
el cuore nos invadía
cuando los diarios decían
que Don Eduardo triunfaba
porque allá en Francia bailaban
el tango que se imponía.
VII
De tanto sentir broncar
a veces muchachos, pienso,
que ha terminado D'Arienzo,
que no lo dejan actuar.
Que ya no habrán de cantar
Marino, Vidal, Mauré,
que Edmundo Rivero no es,
que están todos en gayola,
porque enfermos de la gola
no tienen nada que hacer.
VIII
No viejito, son mentiras,
el tango siempre es el tango,
nadies le quita su rango
ni nadies con él se tira.
Sus compases no se espiran
del espíritu porteño
porque él es señor y dueño
de toda la muchachada...
¡Que se dejen de pavadas!
¡Que duerman, si tienen sueño!
IX
Yo escuchaba el otro día
chillar a un punto cabrero
contra el núcleo petitero
por esas cosas que hacían.
Y yo que lo conocía
no me pude contener
y le dije 'qué querés,
si allá en tu laburo camba
donde ganás tantas gambas
te hacen hablar en inglés.
X
Y a ese pibe que tenés
pa' labrarle un porvenir
a una escuela lo hacés ir
donde le enseñan francés.
Entendés o no entendés
yo te daría la razón
si allí chillaras, chabón,
y te hablo en serio, no en broma,
tener que hablar otro idioma
para ganarte el bullón.
XI
Y estás aquí, en la Argentina,
no allá en Francia ni Inglaterra,
lo que no querés es guerra
pues sos una catramina.
Quedate allá en la cocina,
prendé la calefacción
y no pasés papelón
hablando de tu mocedad,
que sólo inspirás piedad
pa' hacerte una suscripción.
XII
Dejá que bailen el Rock
los muchachos, si ellos quieren,
que nuestro tango no muere,
tenemos un buen stock.
Conseguite un lavarropa,
metete allí todo junto
y no olvidés este asunto,
bailarán con frenesí,
mas, pa' que ella diga sí:
se prenden a un tango y punto.
Juan Arrestía. El poeta de Quilmes