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16 de febrero de 2020

BENDITA LA DIFERENCIA



BENDITA LA DIFERENCIA


No existiría el sonido
si no existiera el silencio,
y por lo tanto sentencio
que ninguno está excluido.
Hombre y mujer se han unido
y hacen nido en el que anida
una mezcla bendecida
de espermatozoide-ovario,
uno y otro necesario:
¡ambos engendran la vida!

Ser distintos no es un lastre,
no es una carga ni un peso,
es ser carne junto al hueso
botón y ojal que une el sastre.
Es un magnífico encastre
legado de era ancestral,
complemento natural
del más perfecto equilibrio,
malo es el desequilibrio
y lo contranatural.

No importa ser polo opuesto,
¡benditas las diferencias!
Cada cual con sus esencias...
Uno es balón, la otra cesto.
Y ambos juegan baloncesto,
en el juego de la vida,
en la canasta que anida
el futuro de la historia,
ambos merecen la gloria,
nadie gana la partida.

Bendición ser diferente,

importancia el ser distinto,
pero en el mismo recinto
vivir junto al oponente.
Una es cuenco, otro vertiente,
uno es dedo, la otra anillo,
una es campo, el otro un grillo,
uno es insecto, ella flor,
polinizando el amor
de una tuerca y su tornillo.

Se unen como el yin y el yan

dos complementos anexos,
son cóncavos y convexos
asociados en un clan.
Ha sido de Dios el plan
de poblar la tierra entera,
sin importar la frontera
han de unirse sus dos manos,
ella es invierno y veranos,
él otoño y primavera.

Bendita la diferencia

entre el hombre y la mujer,
que no impida el florecer 
de la mente y la conciencia.
Juntos son la equivalencia
y el más magno complemento
de la vida, el nacimiento
y su fiel cosmogonía 
los reúne en la poesía
del hogar y su cimiento.
♦♦♦
© Rubén Sada. 16/02/2020.


9 de marzo de 2019

DÉCIMAS POR LA MUJER (de Eduardo Lemiña y Rubén Sada)

DÉCIMAS POR LA MUJER

(de Eduardo Lemiña y Rubén Sada)

—Eduardo Lemiña—
Con la décima me duermo,
con ella yo me levanto,
me gusta saber que canto,
con mi mate y con el termo.
Con medicina no enfermo,
costumbre de mi lugar:
la infusión hay que cebar,
para que sea un buen día,
con magia y con alegría,
¡aquí estoy pa' saludar!

—Rubén Sada—
Buenos días, don Lemiña,
veo que ya se levanta
y en la décima que canta
pone su alma y se encariña.
Su palabra ya se aliña
con un decimal perfecto,
inteligente, de aspecto
muy bueno para cantar,
si aquí está pa’saludar,
lo saludo con afecto.

—Eduardo Lemiña—
Me cuesta mucho estudiar,
escribo por intuitivo,
la décima es incentivo,
para poder yo cambiar.
Ya no puedo vacilar,
pues métrica y consonancia,
requieren de mi constancia,
paciencia los profesores,
seguro están los mejores,
combatiendo la ignorancia.

—Rubén Sada—
Combatiendo la ignorancia
se alcanza un nivel sublime,
aun si el verso alegra o gime
contra la injusticia rancia.
Flores de buena fragancia
son las décimas genuinas,
ramos de rosas divinas,
de perfumes y colores,
no importa si tiene errores:
¡toda rosa tiene espinas!

—Eduardo Lemiña—
Un viernes maravilloso,
tenemos que transitar,
juntos podemos lograr,
que este día sea hermoso.
Con un gran abrazo de oso,
le regalo una sonrisa,
que será una fresca brisa,
pues necesita el hermano,
que se le brinde una mano,
como oración en la misa.

—Rubén Sada—
Como oración en la misa
elevo mi ruego al cielo,
para darle mi consuelo
a la mujer que precisa.
Que no haya mujer occisa
víctima de algún chacal
que en proceso criminal
clava dagas en sus senos,
grito también “Ni una menos”
víctima de odio fatal.

—Eduardo Lemiña—
Como oración en la misa,
mirando el techo contemplo,
encuentro a Dios en el templo,
quien dibuja una sonrisa.
Con Él converso sin prisa,
pues es el mejor amigo
siempre camina conmigo,
se hace camino al andar,
y una plegaria ofrendar,
yo soy de su amor testigo.

—Rubén Sada—
Con décimas literarias
toda violencia repudio,
y ofrendo en este interludio
por las mujeres, plegarias.
Ellas son las propietarias
del amor y del querer,
porque hay en toda mujer
un nido que acuna vida,
y no hay miedo que esto impida,
al amor no hay que temer.

—Eduardo Lemiña—
El miedo es un falso amor,
que a la mujer paraliza,
reacción que la piel eriza,
del cobarde y golpeador.
Agoniza ese temor,
es hora de terminar,
las leyes hay que cambiar,
la vida es una y bonita,
vivirla feliz invita,
para de verdad amar.

—Rubén Sada—
Ha sido lindo encontrar
la palabra de un amigo,
que ha compartido conmigo
el arte de improvisar.
Ya nos vamos a marchar
porque el mate se ha enfriado,
doy gracias que lo he encontrado
por esta senda poética,
bendito el gaucho con ética:
¡me gustó lo que ha expresado!

—Eduardo Lemiña—
Mujer que sufriste tanto,
aún puedes respirar,

—Rubén Sada—
la vida te va a premiar
con un majestuoso canto.

—Eduardo Lemiña—
Si caes yo te levanto,
y aquí no ha pasado nada,

—Rubén Sada—
no serás ya más golpeada
por el odio de una riña,

—Eduardo Lemiña—
Lo cantó Eduardo Lemiña
con su amigo Rubén Sada.

© Eduardo Lemiña y Rubén Sada.

8 de marzo de 2019 - Día internacional de la mujer. No más violencia feminicida.

8 de marzo de 2015

DÍA DE LA MUJER (Décimas del payador nacional Coco Etcheverry)


DÍA DE LA MUJER

(Décimas del payador nacional Coco Etcheverry)

La palabra del poeta
es una flor perfumada
y en su corola aromada
está Cupido en profeta.
Cada pétalo es inquieta
glosa de su inspiración,
la coloca y es renglón
que emociona y se presume
que va exaltando el perfume
del latir de un corazón.

Esa es la poesía en flor
de mi jardín que es Edén.
Quiero agregarle también
que es como un sueño de amor.
Es exhalación, primor,
miel de los besos primeros,
humildad de jazminero,
digo en mi trova galana,
ópalo que se desgrana
de mi joya el romancero.


CON DESEOS DE FELICIDAD EN EL DÍA DE LA MUJER, 
COCO ETCHEVERRY.


9 de julio de 2014

A unos encajes (Por Amador Porres, poeta español)

amador porres

A unos encajes

Oh, los encajes traidores
que entreveo, turbadores,
cuando besan tu divino
cuerpo que provoca ardores
en mi ánimo adivino.
Oh, los encajes traidores.

En su tibia transparencia
-olas rizadas de espumas-
se concilian la turgencia
de la forma, y la cadencia
misteriosa de la bruma.
En su tibia transparencia.

El ver tantos vericuetos,
el cruzar tantos paisajes
y mirar tantos celajes
profesores de secretos
han hecho de tus encajes.
El ver tantos vericuetos.

Ay, quién consiguiera, quién,
coger flores de ese edén
y doctorar los sentidos
en esa ciencia del bien
que ondea de tus vestidos.
Ay, quién consiguiera, quién.

Tu fina carne conoce
la armonía de salterio,
que en su dulce cautiverio
va murmujeando el roce
de tus sedas de misterio.
Tu fina carne conoce.

Ni el susurro de las frondas,
ni el idioma de las ondas
sabrían glosar el leve
bisbiseo de las blondas
hechas de azucena y nieve...
Ni el susurro de las frondas.

¡Qué palpitantes tersuras
ilustran tus vestiduras!
¡Qué modelados perfiles!
¡Qué deleitosas blanduras
de nidos y de pensiles!
¡Qué palpitantes tersuras!

Y si en ti todo es, mujer,
un íntimo florecer
de gloriosas maravillas,
¿cómo podrían caber
en estas pobres quintillas?
Y si en ti todo es mujer.

Amador Porres

6 de julio de 2013

MÁGICO VALLE

mágico valle


MÁGICO VALLE


Tu hermoso corazón está allí hundido
en el medio del valle de la magia.
Y hoy voy a cometer antropofagia,
y comerme con besos sus latidos.

Ese mágico sitio, ese nido
que en secreto, tu intimidad contagia,
detona mi poesía en verborragia,
me tiene trastornado, poseído.

Porque no existen senos tan mullidos,
como ese valle mágico, que acuna
a un niño-hombre desde que ha nacido.

En él buscará una gran fortuna:
cariño, amor, placer, refugio, olvido…
Posee más encanto que la luna.

©Rubén Sada – 17-02-2010

5 de junio de 2013

AQUÍ ME QUIERO QUEDAR



AQUÍ ME QUIERO QUEDAR

“Morena rionegrina, la flor del valle frutal,
te entrego toda mi vida y aquí me quiero quedar”.
Amor de los manzanares - Eduardo “Negrín” Andrade

Aquí me quiero quedar, porque aquí pasé mi vida,
quiero quedarme contigo, mi amada y bella argentina.
Porque te amo desde el norte, jujeña, hasta Malvinas,
desde tu costa marítima hasta tu imponencia andina.

Me quedaré en tu alto valle, morenita rionegrina,

admiraré tus paisajes lacustres, bella neuquina.
Me quedaré en tus montañas, grácil dama mendocina,
que como pechos gigantes tanto me acunan, altivas.

Me quemaré en tu pasión de sangre bien correntina,

en tu selva misionera llena de aves que trinan. 
Correré en tus verdes campos, trigueña santafecina.
Me enfriaré en tus bahías, helada mujer fueguina.

Te abrazaré un dos por cuatro porque me encantás, porteña,

miraré a tus ojos cielo, alta blonda formoseña.
Congelaré tus glaciares australes, santacruceña,
con tu gracia, cordobesa, y en el latir de tus sierras.

Saborearé tus manjares, cariñosa santiagueña,

y el jugo de tu candor de linda estampa salteña.
No será ya impenetrable tu bosque, noble chaqueña,
porque tenés ricas minas, alegre catamarqueña.

Aquí yo me quedaré, en tu llanura, pampeana,

bebiendo este torrontés de tus viñas, riojana.
Tus jardines productivos cultivaré, tucumana.
Bajo el sol mediterráneo fundaré mi hogar, puntana.

Pues no escapé cual cobarde cuando el barco se te hundía,

me quedé a poner el hombro con coraje y valentía.
Yo nunca te abandoné, ni ante el brutal genocida,
ni aunque hoy te vea rendirte al poder capitalista.

Sabes muy bien que entregué a tu alma toda mi vida,

y dejé simiente en ti, cinco personas benditas.
Por eso me quedo aquí, porque sos la más bonita.

Cuando regale mis huesos a tu excelsa geografía,

repetiré aunque esté muerto: “¡Me quedaré, amada mía!
¡Aquí me quiero quedar porque vos sos “Argentina!”

Copyright © Rubén Sada. Publicado en el libro "Octonarios"

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